Biografía del aclamado aunque elusivo novelista J.D. Salinger, famoso tras la publicación de su novela ‘El guardián entre el centeno’
El guardián entre el centeno es un caso singular en la historia de la literatura. La única novela de un autor, J.D. Salinger, cuya especialidad era escribir relatos cortos. Y aún así se ha convertido en un clásico, una de las novelas americanas más importantes de la historia.
Además, la novela está rodeada de un cierto malditismo, al haberse convertido en una de las obsesiones predilectas de psicópatas y perturbados, que han llegado a protagonizar actos violentos inspirados por el rencor hacia el mundo que encierra el libro de Salinger: así, en 1980 un tal Mark David Chapman asesinó al músico John Lennon en la puerta de su casa, y después se sentó a leer El guardián entre el centeno mientras esperaba a la policía, a la que entregó la novela de Salinger como su única declaración.
Pocos meses después, John Hinckley disparó contra el Presidente Ronald Reagan; también declaró estar obsesionado con El Guardián entre el centeno. Y en 1989, Robert John Bardo, otro desequilibrado fan de la novela, asesinó a la actriz Rebecca Schaeffer.
Siendo así, parecería lo más lógico que hubiera al menos una adaptación al cine de semejante luminaria de las letras con una historia tan morbosa detrás. Pero, como el espectador descubrirá en Rebelde entre el centeno, Salinger nunca autorizó que la historia de su mítico Holden Caulfield fuera llevada a la gran pantalla.
Seguramente fuera una de las excentricidades por las que era tan conocido, pero en realidad los lectores del libro saben bien que el estilo del mismo, donde priman más los pensamientos y sensaciones de Holden que los propios eventos, no se prestaría demasiado bien al medio cinematográfico.
Así las cosas, a Hollywood no le queda otra que renunciar a la famosa novela. Pero sí hay otra manera de aprovechar su enorme leyenda: un biopic sobre el autor, J.D. Salinger, dando especial énfasis a la creación de su gran obra. Pocos años después de su muerte, llega ahora a nuestras pantallas.
Crítica de El fundador (2017): Otro biopic más
El problema que suelen tener los biopics es un cierto tufillo a telefilm: suele ocurrir que la historia no se enfoca en aspectos temáticos concretos, sino que se pretende dar una amplia visión del personaje a tratar. Y cuanto más se abarca, menos se aprieta, dejando una sensación de amarillismo superficial. Por desgracia, Rebelde entre el centeno no es una excepción.
Y eso que cabe alabar varios aspectos de la película: principalmente, que huye de la corrección televisiva en la presentación visual, que pretende dotar a cada escena de énfasis pertinentes a la narración o al punto de vista del protagonista. La fotografía también aporta un toque elegante, al igual que una cuidada ambientación de las épocas tratadas. El reparto cumple a la perfección con sus papeles.
Y sin embargo, la película fracasa en la creación de un personaje principal que se haga fascinante al espectador. Por más que Nicholas Hoult lo intenta, el material dramático que se le ha entregado no daba más de sí. La simple presentación de los sucesos de su vida y de sus peculiares comportamientos no bastan para componer el relato de un personaje tan misterioso e interesante. Realmente, al terminar la película no tenemos demasiado claro qué tipo de persona es el Salinger que pretende presentar el director Danny Strong (que debuta tras la cámara de cine con esta película, después de realizar algunos capítulos de Empire).
La película pretende también explotar la leyenda negra de El guardián entre el centeno, en un par de secuencias en las que siniestros fans desequilibrados importunan a Salinger en las proximidades de su casa.
Finalmente, el personaje más interesante y mejor presentado resulta ser el de Whit Burnett, profesor de Salinger en la universidad y uno de sus primeros editores. El rol está interpretado nada menos que por el repudiado Kevin Spacey, al que en esta ocasión no se le ha sustituido por Christopher Plummer ni por ningún otro actor. Spacey vuelve a dar muestra de su enorme capacidad actoral para transmitir con naturalidad un personaje que no tiene tanto tiempo en pantalla como el de Hoult.
En definitiva, una película con ciertas bondades formales, pero que no puede zafarse de los bagajes propios del género biopic. Se puede ver con cierto agrado, y puede aportar datos no conocidos sobre la vida de Salinger y la creación de su famosa novela. Pero no hay nada en ella que resulte demasiado memorable.
