Raymond Kopa ha fallecido este viernes a los 85 a�os. Gan� tres Copas de Europa, dos Ligas con el Real Madrid y el Bal�n de Oro en 1958, siendo el primer futbolista franc�s en conseguirlo.
El genial futbolista del norte de Francia naci� peque�o, d�bil y con pocas facilidades f�sicas para dedicarse al deporte. Para m�s inri, cuando a�n no hab�a iniciado su andadura en esto del f�tbol, perd�a el dedo �ndice de su mano izquierda en un accidente en una mina. Todo eran obst�culos. Nadie habr�a apostado entonces que aquel fr�gil chaval, esa endeble figura, ser�a a�os m�s tarde a los altares del f�tbol franc�s.
Sus inadecuadas caracter�sticas f�sicas pasaron a un segundo plano cuando Kopa desarroll� su destreza mental y rapidez gestual. Era endiabladamente el�ctrico, radical en su cambios de direcci�n, casi imposible de interceptar con el cuero en los pies. Por si fuera poco, a ello le a�adi� una privilegiada visi�n de juego y cierto olfato goleador que le convert�a en una potencia ofensiva. "Bastaba con pegar un pelotazo a Kopa, �l la pisaba, la pisaba y la pisaba y nunca la perd�a", aseguraba Marquitos, compa�ero del franc�s en el Real Madrid. Y es que el menudo futbolista galo era h�bil como pocos.
Comenz� su carrera en el SCO DAngers, equipo que se le qued� peque�o tras dos temporadas. Empezaba entonces su idilio con el Stade de Reims, equipo en el que jugar�a en dos etapas distintas en el tiempo, iguales en cuanto a �xito. Junto a los Henri Michel, Leon Glovacki...desarroll� el f�tbol conocido como 'f�tbol-champagne'. El espect�culo sobre el terreno de juego vino acompa�ado de dos campeonatos de liga y una Supercopa francesa.
La carrera de Kopa, en im�genes
Falt� la Copa de Europa, torneo que precisamente le encaminar�a hacia su gran destino: el Real Madrid. Su Stade de Reims se jugaba la Copa de Europa en el Parque de los Pr�ncipes ante el equipo merengue. Kopa no marc� y termin� perdiendo una angustiosa final (3-4), pero poco despu�s del pitido final, ya negociaba su pase al conjunto madrile�o.
Rechaz� una oferta de renovaci�n en el Madrid
En el Madrid lograr�a el cetro continental hasta en tres ocasiones. Tres a�os casi perfectos en los que sumar�a dos ligas a su palmar�s. Y es que en esa �poca coincidieron grandes leyendas del mundo del f�tbol. Los Rial, Di St�fano, Puskas, Gento o el propia Kopa formar�an una de las delanteras m�s legendarias del club blanco. Pero como durante toda su vida, Kopa no lo tuvo nada f�cil. Su posici�n choc� con la presencia de Di St�fano y termin� por desplazar al franc�s a la banda, como bien explicar�a a�os despu�s 'La Saeta', para el que el futbolista galo s�lo tuvo palabras de agradecimiento. "Jugar con Di St�fano era como llevar paraca�das cuando viajas en avi�n".
Todo apuntaba a una larga estancia en la capital espa�ola, y Santiago Bernab�u as� lo pretend�a, pero la mala suerte se volv�a a cebar con Kopa. Una repentina lesi�n, la muerte de su hijo por un c�ncer y su mujer, que como el propio Kopa reconoci�, "nunca se adapt� a la vida espa�ola", hicieron que regresara a su pa�s desechando un supercontrato de cinco temporadas con el club merengue.
Sin suerte en la selecci�n
El destino en Francia fue, de nuevo, el Stade de Reims. Dos ligas m�s pon�an fin a una carrera para enmarcar. A los t�tulos colectivos se a�ad�a un Bal�n de Oro durante su aventura en Espa�a. Inmejorable de no ser por sus resultados con la selecci�n. Kopa disput� dos mundiales, el de Suiza 54 y Suecia 58, pero en ninguno consigui� acabar con el t�tulo. Tuvo la mala fortuna, otra vez, de cruzarse con la Brasil de Pel�, Garrincha y compa��a.
Hasta en esos golpes de la diosa fortuna, Kopa era un hombre de costumbres. Tradicional, humilde, trabajador y comprometido con lo causa, con �sa que le llev� a formar parte de la historia de este deporte. Valores que nada tienen que ver con el f�tbol actual. Por ello, es dif�cil imaginar al peque�o extremo franc�s en el f�tbol de hoy. "El f�tbol actual est� tan profesionalizado que da asco". Una muestra m�s de que Kopa era un ejemplo a seguir, ya fuera en una terreno de juego, o fuera de �l.