Una impresionante colección de coches es el epítome de la riqueza y el buen gusto.
Es raro que una persona adinerada tenga un solo coche, pero algunos llevan el arte del coleccionismo a cotas vertiginosas.
Desde el entusiasmo desenfadado hasta los sentimientos de inseguridad más arraigados, nos adentramos en la psicología de la creación de una enorme colección de coches.
Por qué se colecciona
Para muchos, el coleccionismo de coches comienza con sentimientos de nostalgia, ya sea el coche soñado de la infancia o simplemente un icono de años pasados.
Jay Leno, por ejemplo, tiene muchas compras sentimentales en su garaje, como su Buick Roadmaster de 1955, que fue su primer coche.
El coleccionismo de coches también tiene un componente social, ya que los aficionados chatean en foros en línea o se reúnen en eventos.
Además, tiene que ser agradable cuando la gente felicita a uno de tus muchos coches mientras estás por ahí.
La fidelidad a una marca también puede conllevar ventajas, como la del fiel seguidor de Bugatti que fue invitado a llevar sus tres coches de récord a la sede central de Bugatti.
Algunos coleccionistas aprecian el diseño y la estética, y ven su colección de coches como una colección de arte funcional.
Otros ven sus coches como activos tangibles, ya que los coches antiguos o raros se revalorizan con el tiempo.
Por último, y quizá lo más importante, los coches son un enorme símbolo de estatus.
Tener una colección de coches valiosos e impresionantes puede ser un reflejo de la propia identidad, gustos y posición en la sociedad.
La colección de coches de Nicki Minaj demuestra exactamente por qué se hace llamar Barbie, mientras que un multimillonario sij posee 15 Rolls-Royce a juego con cada color de sus turbantes.
La psicología que hay detrás de una colección de coches
Quienes poseen una gran colección de coches sienten un fuerte vínculo emocional con ellos.
Sus coches les aportan alegría y comodidad, e incluso actúan como una especie de compañía para sus propietarios.
Estos vínculos emocionales se forman a través de los recuerdos, las experiencias y el simbolismo de cada coche.
El acto de coleccionar también puede desencadenar la liberación de dopamina, que crea una sensación de placer y recompensa.
Encontrar un modelo raro, anticiparse a una venta, restaurar un coche antiguo: todo ello es inmensamente satisfactorio y adictivo.
También hay una sensación de fantasía y evasión asociada a la construcción de un garaje.
Los coleccionistas pueden perderse entre retoques, pulido y mantenimiento general, además de soñar con qué comprar después.
En su forma más básica, el coleccionismo de coches es pura alegría.
Sin embargo, muchos coleccionistas también luchan contra la sensación de control.
Su colección requerirá un mantenimiento y una atención cuidadosa y les proporciona una forma segura de tener el control en un mundo caótico.
Una vez que alguien ha empezado una colección de coches, es raro que alguna vez sienta que tiene suficientes.
Esto puede llevar a sentimientos de inadecuación o a intentar mantener las apariencias, como ciertas celebridades que fingen tener una flota cuando en realidad no la tienen.
Retos de la recogida
Algunos coleccionistas muestran tendencias obsesivo-compulsivas.
Esto se manifestará fijándose en adquirir determinados modelos, manteniendo su flota impecablemente limpia y organizada, o gastando horas y una fortuna en proyectos de restauración.
Tener buen ojo para los detalles es crucial para tener éxito como coleccionista de coches, pero no si eclipsa el placer de la afición.
Coleccionar coches requiere mucho espacio, y algunos modelos necesitarán instalaciones climatizadas.
Si no dispone de la solución de almacenamiento adecuada, sus coches podrían estropearse y desorganizarse.
La colección de un miembro de la realeza emiratí es tan grande que ha tenido que repartirla en cuatro museos distintos.
Y un multimillonario indio aloja sus 170 coches en un rascacielos de 27 plantas.
Invertir en coches raros y valiosos puede ser muy rentable, pero también supone un riesgo financiero.
El mercado podría oscilar y devaluar por completo tu coche, o podrías encontrarte con gastos inesperados de restauración o mantenimiento.
Para algunos, sin embargo, este riesgo forma parte de la emoción.
A pesar de los riesgos que entraña, es probable que el encanto de coleccionar vehículos clásicos y exóticos nunca desaparezca.
Estos objetos de coleccionista no sólo son bonitos a la vista, sino que también cumplen una función.
Como respondió un coleccionista de coches cuando le preguntaron por qué invertía todo su dinero en automóviles y no en otra cosa: "Porque no se puede conducir un cuadro".