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Manuel Alcántara (siglo XX)

El malagueño escribía su artículo diario con un gran sentido de la actualidad y con unas dosis de humor que no encuentro en otros periodistas.

09 DE DICIEMBRE DE 2022 · 09:30

Busto de Manuel Alcántara en el Palacio de Exposiciones de Estepona. / TyK, Wikimedia Commons.,
Busto de Manuel Alcántara en el Palacio de Exposiciones de Estepona. / TyK, Wikimedia Commons.

España tiene 50 provincias más dos ciudades autónomas: Ceuta y Melilla. He estado en 42 capitales de provincia, también en Ceuta y en Melilla. Desde hace algunos años, cada vez que llegaba a una ciudad capital buscaba los periódicos más destacados por ver si encontraba artículos de Manuel Alcántara, que publicaba sus trabajos en una cadena de prensa nacional. 

En Madrid no podía leerlo. Los cuatro periódicos que leo en esta ciudad donde vivo, por orden son: El País, El Mundo, ABC y La Razón, pero ninguno de ellos publica los artículos de Alcántara. Ellos se lo pierden. También nosotros, los lectores, porque el malagueño escribía su artículo diario con un gran sentido de la actualidad y con unas dosis de humor que no encuentro en otros periodistas. Hermanaba a la perfección la gracia con la ironía y la alegría con la tristeza.

Manuel Alcántara, periodista y poeta, nació en Málaga el 10 de enero 1928. En su ciudad natal concluyó la escuela primaria y el bachillerato. Cuando le llegó la edad se trasladó a Madrid, donde hizo la carrera de Derecho. En la capital comenzó a colaborar con importantes revistas literarias. Con el grupo Alforjas para la poesía recorrió parte de España dando a conocer su poesía. En 1962 fue distinguido con el Premio Nacional de Literatura José Antonio Primo de Rivera. Cuatro años más tarde se le concedió otro importante premio: el Luca de Tena de periodismo. En 1968 recibió el Premio IV Centenario de San Juan de la Cruz por una serie de seis artículos y el Premio Primera Llamada por su poema Carta a un poeta que murió fuera de España, dirigido a Antonio Machado.

El poeta y periodista murió en su Málaga natal el 17 de abril 2019.

La palabra de Dios

La palabra de Dios suena en el tiempo.

 

La palabra de Dios

resbala por las piedras y me llega

a través de los hombres,

acomodada por sus manos, fría,

extrañamente turbias, inexplicable.

 

La palabra de Dios suena en el viento.

 

Tu palabra, Señor, como una lágrima

que suspende tu mano sobre mí,

se queda por el aire

a mis alzados brazos imposible.

 

Desde el barro, mi solo consejero,

levanto una columna de preguntas

sosegadas y oscuras como un humo

que hasta Ti asciende ingrave

manchando la pared de la mañana.

Tú tenías la voz innumerable

lo mismo que la lluvia,

y oficio de la tierra era mojarse.

 

Tú tenías la voz alegre y blanca

de la lluvia tendida por las piedras.

 

¿Qué ha pasado, Señor, después de aquello?

 

¿Qué me ha pasado a mí que no te entiendo?

¿Y a Ti qué te ha pasado?

¿Qué ríos o qué espadas se han alzado

cortándome, ahogándome tu lluvia?

 

¿Por qué me dejaste tu palabra oscura?

 

Remotamente duro es tu silencio,

callas como una estrella.

 

(Dios sigue estando, claro, pero arriba.)

 

Señor, yo no te tengo más que miedo.

 

Necesito que grites,

quiero tu resplandor sobre mi frente

o en el hombro tu mano azul y eterna.

 

Quiero vestirme de palabra tuya

para andar abrigado hasta tu tiempo.

 

Cuando Dios nada dice es que algo pasa.

 

(Con silencio de nieve sobre nieve,

la palabra de Dios está cayendo.)

 

Compréndeme, Señor,

te ando buscando a ciegas

y hasta mis labios viene

tu ruidoso silencio inmerecido.

En esta oscura búsqueda no encuentro

ni manos que me lleven

ni viejas catedrales que me sirvan.

Contra esto nada sirve,

quizá el camino andado de quererte…

Y en mi insignificante trascendencia,

levanto un haz de sangre o de preguntas

y un eco de silencio me responde.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Dios en la poesía religiosa española - Manuel Alcántara (siglo XX)