La curiosa coincidencia que comparten Rafa Alcántara y Mikel Merino

La curiosa coincidencia que comparten Rafa Alcántara y Mikel Merino

REAL SOCIEDAD

Rafa Alcántara y Mikel Merino comparten medular en la Real 25 años después que sus padres, Miguel y Mazinho, lo hiciesen en el Celta

Los Do Nascimento-Alcántara y Merino

Los Do Nascimento-Alcántara y Merino

MD

El fútbol entrelaza vidas y trayectorias y en ocasiones es la Real el punto de encuentro. El destino vuelve a unir a los Do Nascimento-Alcántara y los Merino son familias de futbolistas de elite, ahora unidas por la escuadra txuri urdin por culpa de los herederos de la saga, el hispano-brasileño Rafael, por un lado, y el navarro de Iruñea Mikel. Rafinha Alcántara do Nascimento -pone primero el apellido de su madre, la jugadora de voleibol Valeria Alcántara- y Merino coincidieron por primera en el césped el pasado sábado, en el primer partido en Anoeta de 2022. Un cuarto de siglo antes, sus progenitores, también mimaban el cuero en la misma medular, pero de un equipo situado a 760 kilómetros de Donostia, el Celta de Vigo. Miguel Merino, avezado mediapunta madrileño con llegada, y Mazinho do Nascimiento, colosal pivote campeón del mundo con Brasil, compartieron la camiseta celeste en la campaña 1996/97. Fue la tercera y última de Miguel en el cuadro olívico y la primera de de las cuatro del brasileño en Balaídos.

Rafa, que cumplirá 29 años el 12 de febrero, es mayor que un Mikel que nació al inicio de esa campaña, en 1996. Vino al mundo en Iruñea y no en Vigo porque lo hizo el 22 de junio, en plenas vacaciones del aita. Sus primeros pasos los dio en Balaídos y su primera camiseta no fue la de Osasuna, sino la del Celta. “Maite, mi mujer, le traía al campo en una mochila de bebé”, relató Miguel a MD. “Siempre quería mirar al campo y se giraba para seguir el juego, quizá porque había movimiento”, cuenta su progenitor.

Esa temporada, Miguel jugó 45 partidos en el Celta y de muchos de los de casa fue testigo Mikel: “Cuando empezó a andar, ya se movía por toda la grada y no había manera de pillarlo; los escalones eran más grandes que él y se podía partir la crisma”, relata el mayor de los Merino.

Para Rafinha, su aita es su “héroe”. Él sí tuvo oportunidad de ver en acción en Balaídos a un pivote único, con un despliegue comunal y una lectura del juego privilegiada. Lo demostró durante 138 encuentros en un Celta cuya manija era suya. Así como Mikel Merino entró enseguida en las categorías inferiores de Osasuna, Rafinha nunca llegó a militar en la cantera del Celta, salvo en torneos puntuales. Rafa dio sus primeros pasos en el Ureca de Nigrán, pero era ¡portero! Sus exageradas cualidades técnicas impulsaron luego a los técnicos a convertirle en centrocmapista: “No tuvimos la oportunidad de que jugase en el Celta. Les pedí que entrenase en las categorías inferiores, pero me dijeron que no había sitio”, indicó Mazinho. Tres años después acabó en la Masía con su hermano Thiago, ahora en el Liverpool.

El tiempo dirá si Rafa y Mikel, como los autores de sus días en Vigo, sólo coincidirán un año en la Real. 

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