Las causas del despido de Quique Setién: "Dejadez total, el equipo no le aguantaba a él, ni él a ellos" | Relevo
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Las causas del despido de Quique Setién: "Dejadez total, el equipo no le aguantaba a él, ni él a ellos"

Horas de llegada al entrenamiento, desidia, toxicidad... La situación entre el técnico cántabro y el Villarreal se volvió insostenible.

Quique Setién, durante uno de sus últimos partidos al frente del Villarreal. /EFE
Quique Setién, durante uno de sus últimos partidos al frente del Villarreal. EFE
Sergio Fernández

Sergio Fernández

Quique Setién no entró con buen pie en el Villarreal. Y salió todavía peor. Pero empecemos por el principio: apenas 10 días después de llegar buena parte del vestuario ya se había posicionado abiertamente en su contra. No es sólo porque tuviera poca retención con los nombres. "¿Tú quien eres?", le preguntó a Yeremy Pino, para después llamarle Yeray más de una vez. Pepe Reina también, alguna vez, fue Miguel Reina porque le recordaba a su padre y, más recientemente, el analista David Fuster fue Raúl Fuster.

Quique Setién, sobre Alejo.EFE

La realidad es que el sabor de boca que deja Setién en Villarreal es malo. "Dejadez", explican a Relevo fuentes conocedoras de todo el proceso. A pesar de los inicios, la Directiva se alineó con él y se enfrentó a varios pesos pesados del vestuario que no le aguantaban. No iban a cambiar en ese punto de la temporada y el tiempo les dio la razón a ambos: plaza europea y asperezas más o menos limadas. Aunque el ambiente nunca llegó a ser bueno...

Con los resultados llegó la relajación: nada más terminar la temporada Setién se marchó al homenaje de Joaquín y ni planificó, ni volvió para planificar nada del verano. Desde ahí terminó viajando a Santander, vacaciones y contacto prácticamente nulo durante un mes.

Poco interés en los refuerzos

El club reforzó su cuerpo técnico con tres analistas. Uno de ellos, aconsejado directamente por su ayudante Ramiro Amarelle. Setién los conoció en persona el mismo día que volvió a los entrenamientos, de forma poco menos que tangencial.

Después de eso, pretemporada se desarrolló con una cierta tranquilidad a pesar de partidos malos, goleadas en contra, bajas y otras vicisitudes que son perfectamente achacables a los inicios de la temporada. Pero el ambiente no era bueno. Iba a empeorar... por la vuelta a los colegios.

Los niños en el cole

Varios jugadores de la plantilla, padres de familia, exploraron la posibilidad de que las sesiones de entrenamiento empezasen un poco más tarde. Todo esto la semana de antes de empezar LaLiga. Hasta ese momento la tradición marcaba: 9.15 horas desayuno todos juntos y 10.30 entrenamiento. Veteranos de la talla de Reina, Parejo o, sobre todo, Capoue, se lo comentaron y en un principio Setién se mostró muy receptivo. "No soy autoritario. Si todos están de acuerdo"...

Y hubo acuerdo. Pero no le pareció bien. Querían empezar a entrenar a una hora que a él le pareció demasiado tarde... y se negó. Al día siguiente Capoue llegó tarde, con la multa ya preparada. Desafiante. En claro gesto de protesta.

Siendo el mejor jugador de la pretemporada... se quedó fuera del once contra el Betis. Salió y, enfadado como estaba, no tuvo su mejor actuación. Derrota, enfado posterior en el vestuario, discusión incluso con algún directivo... Mal ambiente.

Llovía sobre mojado

Capoue no estaba cómodo con Setién. Ya la temporada anterior le dejó bien claro que a él no le gustaba jugar donde quería el cántabro, pero que lo asumía por el bien del club y porque él se lo pedía. La maniobra de los colegios terminó de envenenar el ambiente.

Tampoco entre el cuerpo técnico y la directiva es que se estuvieran repartiendo abrazos. Unos veían unas carencias profesionales que otros negaban y el desencuentro era cada vez más patente. Las vacaciones no enfriaron este panorama.

La victoria contra el Mallorca no fue balsámica en absoluto. Los reproches no cesaban: presuntas filtraciones a la prensa, sospechas, acusaciones "injustas" métodos anquilosados... "No es que el equipo no creyera en él, que eso ya se había vivido y solucionado. Es que él no creía en el equipo. Todo le parecía mal, todo era una queja, todos estaban fatal...".

La gota que colma el vaso: pachanga en Santander

Contra lo que pueda parecer, la derrota en Cádiz, con la "auto expulsión" de Pedraza, no supuso la chispa que explotó el polvorín. Fue justo después.

Quique Setién agendó un extraño entrenamiento en la mañana del sábado, justo después del viaje, tras haber dormido en la Ciudad Deportiva, con la idea de poder marcharse a Santander por la tarde y disfrutar de un partido de leyendas de la Selección que se iba a jugar en El Sardinero (finalmente se suspendió).

Y pensaba volver, tranquilamente, el miércoles por la tarde después de haber organizado la semana de trabajo con una cariz claramente favorable para sus planes personales.

No hubo ocasión. La situación estalló. Pocas horas después el adiós de Setién estaba sellado. Se marchó, apenas se despidió y emitió un comunicado.

El próximo técnico... el sábado

Raúl, Pacheta, Javi Gracia, Lopetegui, Gallardo, Arruabarrena, Graham Potter... El Villarreal no ha entrado a confirmar ni desmentir contactos con ninguno de ellos pero sí es cierto que han mantenido reuniones con muchos, y todavía dos o tres más.

Por primera vez en mucho tiempo las urgencias no obligan a tener un entrenador contratado en 24-48 horas y se van a tomar el tiempo de verlos a todos y tomar, el sábado, una decisión calmada.