Las 13 lecciones que hemos aprendido de Pretty Woman
No mezcles negocios y placer
Porque ‘Pretty Woman’ es ante todo una historia de amor, la obra de Garry Marshall nos ha enseñado que, en materia de emociones, el amor no tiene precio. Por eso, y porque hay que saber separar el trabajo del placer, Vivian (Julia Roberts) afirma que un beso nunca está en venta.
-Richard Gere: No dejaré que los sentimientos me influyan en los negocios.
-Julia Roberts: Por eso no beso, es demasiado personal. Desconectas y así no te afecta. Con un tío soy como un robot. Excepto contigo.
Relájate y olvida tus problemas
Por su descaro, su alegría y su deseo de ser feliz, Vivian nos enseñó a disfrutar de la vida, ayudándonos a encontrar formas con las que olvidarnos de los problemas, ya sea descalzos en un picnic o, tal y como ésta sugiere, haciendo de coles.
La conversación:
-Julia Roberts: Pasemos toda la noche viendo viejas películas. Los dos plantados delante de la tele.
-Richard Gere:¿Plantados?
-Julia Roberts: Plantados como hortalizas y tiesos como coles.
Libera complejos
Aunque cueste creerlo, Julia Roberts es una actriz tremendamente tímida a la que le cuesta protagonizar escenas sin ropa. Por ello, Garry Marshall decidió rodar la escena de la bañera haciendo que todos, excepto un cámara, salieran del plató.
Menos pudoroso se mostró Richard Gere, quien, para sorpresa del equipo y sin previo aviso, decidió pasearse totalmente desnudo por el set de rodaje.
Discutir sólo sube el precio
Puede que no fuera el primer encuentro más romántico del celuloide, pero la primera vez que Richard Gere y Julia Roberts coincidieron en escena en ‘Pretty Woman’ nos enseñaron una valiosa lección: Discutir sólo sube el precio.
-Richard Gere: Busco Beverly Hills, ¿puedes indicarme?
-Julia Roberts: Claro, por cinco pavos.
-Richard Gere: Eso no tiene sentido.
-Julia Roberts: El precio ha subido a 10.
-Richard Gere: No puedes cobrarme por una indicación.
-Julia Roberts: Puedo hacer lo que quiera, chato, yo no me he perdido.
Presume de modales
Lo aprendimos en ‘Pretty Woman’: en toda comida elegante hay que tener en cuenta unas sencillas reglas: “la servilleta ha de estar colocada suavemente en la rodilla, los codos fuera de la mesa y la forma correcta de sentarse es erguido”. Y, en materia de cubiertos, es importante distinguir entre el tenedor de pescado, del de ensalada y el de carne”. En caso de duda, sigue el consejo de Héctor Elizondo en la cinta y cuenta las púas: “Cuatro púas, carne. Tres púas, ensalada”.
Los accidentes ocurren
¿Quién no recuerda la graciosa escena en la que Vivian hace volar un caracol en medio de un restaurante? Porque los accidentes ocurren y los moluscos, en palabras de Vivian son unos “mamones que resbalan”, ‘Pretty Woman’ nos enseñó que pedir caracoles en los restaurantes no siempre es una buena elección.
En publicidad no todo vale
Las marcas y anuncios en las películas son una costumbre molesta y frecuente desde tiempos inmemoriales. Pero, ¿quieren todas las marcas salir en el cine? En el caso de ‘Pretty Woman’, Ferrari y Porsche se negaron a salir en la obra por tratarse de una historia sobre la prostitución.
El dinero lo compra todo
Una verdad mostrada en ‘Pretty Woman’ es que en las tiendas de ropa “nunca tratan bien a la gente, sólo a las tarjetas de crédito”. ¿La lección? Si gastas una cantidad obscena de dinero ellos te darán todo, incluida la corbata que llevan.
-Richard Gere: Vamos a necesitar más personal aquí. Le diré por qué. Vamos a gastar una cantidad obscena de dinero. Y vamos a necesitar más personal que nos adule. Eso nos gusta mucho. ¿Entiende?
-Dependiente: Señor, está en el local justo y la ciudad justa para eso. Sus deseos son órdenes. ¿Listos para la diversión?
Cambia el final
¿Quién ha dicho que la mujer siempre tiene que ser la damisela en apuros? Al igual que ya ocurriera en ‘Desayuno con diamantes’, en ‘Pretty Woman’ los protagonistas acaban salvándose el uno al otro.
La escena:
-Richard Gere: ¿Qué ocurrió cuando él subió a la torre y la rescató?
-Julia Roberts: Que ella le rescató a él.
Los finales felices venden más
“Oscuro, horrible y deprimente”. Así describió Julia Roberts el final previsto para ‘Pretty Woman’. J.F. Lawton, el autor, había previsto que la historia terminase con una drogadicta Vivian gritando a Edward desde una cuneta mientras él le arrojaba los 3000 dólares prometidos. Por suerte para Vivian (y para todos), los productores decidieron edulcorar la historia para que, al final, los protagonistas tuvieran el final feliz que ambos se merecen.
Expresa tus emociones
Si algo nos ha enseñado ‘Pretty Woman’ es que es importante expresar las emociones. Un ejemplo de esto lo encontramos en Vivian, quien no duda en comunicar sus impresiones tras asistir a su primera ópera.
La conversación:
-Julia Roberts: Por poco me meo de gusto en las bragas.
-Anciana: ¿Cómo dice?
-Richard Gere: Dice que la música de ‘La traviata’ la embriaga.
No dejes de soñar
Quizá la más importante de las lecciones de ‘Pretty Woman’ es aquella que la cinta nos ofrece en los últimos segundos, donde una voz en off nos invita a no abandonar nuestros sueños: “Bienvenidos a Hollywood. ¿Cuál es tu sueño? Algunos sueños se hacen realidad, otros no. Pero sigan soñando”.
La belleza tiene un precio
En una película en la que casi todo tiene un precio, Julia Roberts nos enseñó que la belleza también se paga. Y en su caso, con salud. En su empeño por lucir perfecta, Julia Roberts pasó dos días sin comer nada salvo un aguacate, haciendo que el hambre y la falta de energía la llevase a sufrir un mareo en mitad del rodaje.
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