Deidades mitológicas

Zeus, Hera y otros dioses del Olimpo: ¿qué representa cada uno de ellos?

La mitología griega, una de las más conocidas en Occidente, combina historias fantásticas con auténticas tragedias que tienen como protagonistas a las divinidades del Olimpo y también a los simples mortales, sujetos a su capricho.

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La pareja primordial, Gea y Urano

La pareja primordial, Gea y Urano

Para los antiguos griegos, el mundo estaba poblado por una incontable cantidad de dioses. Aunque en la Teogonía, obra del poeta Hesíodo, del siglo VII a.C., donde se describe el origen del cosmos y el linaje de los dioses, no existe una clasificación o definición más o menos estricta de las divinidades primordiales del panteón griego, algunos autores consideran que cuatro de ellas constituyeron los elementos principales del universo: Caos, Gea, Tártaro y Eros.

El panteón griego también lo formaron los Titanes, una raza de poderosas deidades que gobernaron antes de que Zeus venciera a su padre Cronos y asumiera el poder en el Olimpo.

Algunos de los Titanes más importantes fueron el propio Cronos, Japeto o Atlas. Así, tras la victoria de Zeus, el panteón del mundo griego estuvo compuesto por los llamado "dioses olímpicos", algunos de ellos tan importantes y a la vez tan conocidos como Hermes, Apolo, Ares, Atenea, Afrodita, Hades o Poseidón, los cuales dirigían las vidas de los mortales a su antojo, con la aquiescencia del padre de los dioses, Zeus. 

También existía otro tipo de dioses que, aunque menores, no dejaban de tener cierta importancia en la vida de los simples mortales. Por ejemplo algunas divinidades acuáticas como Tritón, hijo de Poseidón y Anfítrite, un ser mitad hombre y mitad pez que se consideraba mensajero o heraldo de Poseidón, el dios de los mares.

Asimismo, los dioses eran representaciones de fenómenos que el ser humano no podía explicar, como el rayo o los terremotos, mientras que otros abarcaban conceptos abstractos como la sabiduría, el amor, la guerra… e incluso profesiones como la metalurgia.

Pero los dioses no siempre se mostraban en toda su belleza y esplendor; a veces adquirían formas extrañas, cuando no terroríficas, para, en forma de fábula, poder explicar a los seres humanos cómo debían actuar en todo momento. Los dioses nacían del mismo modo que las personas, y tenían las mismas virtudes y defectos: generosidad, envidia, celos, ira …. Aunque realmente lo que los hacía totalmente distintos a los mortales es que nunca envejecían… ni tampoco morían.  

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Zeus, el padre de los dioses

Hijo de los Titanes Cronos y Rea, Zeus es el poderoso señor de los Cielos y del Universo, la divinidad que rige los destinos de los hombres desde su trono en el Monte Olimpo. Zeus aparece armado con el trueno y el relámpago, sus símbolos de poder, y también es mostrado como un implacable seductor, padre de un gran número de dioses y semidioses. Una profecía afirmaba que Cronos perdería el trono a manos de un hijo suyo, tal como había hecho él con su padre Urano. En consecuencia, a medida que Rea iba dando a luz a sus hijos, Cronos los devoraba

Hijo de los Titanes Cronos y Rea, ZEUS es el poderoso señor de los Cielos y del Universo, la divinidad que rige los destinos de los hombres desde su trono en el Monte Olimpo.

Zeus de Otricoli, copia romana en mármol de un original griego del siglo IV a.C.

Zeus de Otricoli, copia romana en mármol de un original griego del siglo IV a.C.

Zeus de Otricoli, copia romana en mármol de un original griego del siglo IV a.C.

PD

Cuando Zeus se sintió lo suficientemente poderoso como para desafiar a su padre, se enfrentó a él e hizo que regurgitara a sus hermanos: Poseidón, Hades, Hestia, Deméter y Hera. Enfurecido, Cronos llamó a los Titanes para que le ayudasen a llevar a cabo su venganza. Conocida en la mitología como la Titanomaquia, aquella guerra devastó el Universo, pero finalmente Zeus y sus hermanos salieron victoriosos y establecieron su residencia en lo alto del monte Olimpo, desde donde se dispusieron a gobernar el universo. De aquí viene su apelativo: olímpicos.

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Atenea, la diosa de la sabiduría

Diosa de la sabiduría, la guerra y los oficios, Atenea era la hija predilecta de Zeus por su valentía y también por su agudo ingenio. El mito del nacimiento de  Atenea cuenta que a Zeus se le profetizó que, tal como había hecho él con Cronos, su descendiente le arrebataría el trono. Por esta razón, cuando dejó embarazada a la titánide Metis, el padre de los dioses se la tragó y su hija Atenea nació, adulta y completamente armada, de su cabeza después de que el dios Hefesto la abriera de un hachazo para intentar aliviar el dolor de cabeza del dios supremo.

Diosa de la sabiduría, la guerra y los oficios, Atenea era la hija predilecta de Zeus por su valentía y también por su agudo ingenio.

Atenea Giustiniani, copia romana del original griego atribuido a Fidias. Museos Vaticanos.

Atenea Giustiniani, copia romana del original griego atribuido a Fidias. Museos Vaticanos.

Atenea Giustiniani, copia romana del original griego atribuido a Fidias. Museos Vaticanos.

Tetraktis (CC BY-SA 3.0)

Uno de los epítetos de Atenea es Palas y se la representa con una lanza, un escudo o con ambos a la vez. A diferencia de Ares, que era la personificación de la guerra en su forma más brutal, Atenea empleaba la inteligencia y el orden en todas sus estrategias militares. Atenea fue adorada en Grecia y en toda su área de influencia, desde las colonias griegas de Asia Menor hasta las de la península ibérica y el norte de África.

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Hera, la reina del olimpo

Hermana y esposa de Zeus, Hera, como el gran dios olímpico, era hija de los titanes Cronos y Rea y madre, entre otras divinidades, de Ares, el terrorífico dios de la guerra. El mito se refiere a la poderosa Hera como una divinidad de naturaleza violenta y vengativa. Este último aspecto es muy evidente en su actitud con las numerosas amantes de su esposo Zeus y su descendencia ilegitima, pero también contra los mortales que se atreviesen a agraviarla, como fue el caso de Pelias, rey de Yolco, el cual degolló a una mujer en su altar, o el del príncipe troyano Paris, quien la ofendió gravemente tras elegir a Afrodita como la diosa más bella.

Hermana y esposa de Zeus, Hera, como el gran dios olímpico, era hija de los titanes Cronos y Rea y madre, entre otras divinidades, de Ares,el terrorífico.

Zeus y Hera. Cuadro pintado por el artista irlandés James Barry entre 1790 y 1799. Graves Art Gallery, Sheffield, Inglaterra.

Zeus y Hera. Cuadro pintado por el artista irlandés James Barry entre 1790 y 1799. Graves Art Gallery, Sheffield, Inglaterra.

Zeus y Hera. Cuadro pintado por el artista irlandés James Barry entre 1790 y 1799. Graves Art Gallery, Sheffield, Inglaterra.

PD

A menudo se representa a Hera en un trono coronada con el polos (una corona cilíndrica utilizada por muchas de las grandesdiosas) y sosteniendo una granada, símbolo de la fertilidad y el matrimonio, institución de la cual era la principal valedora.

Poseidón, señor de los mares

Poseidón jugó un papel clave durante la Titanomaquia, la terrible guerra en la que participó junto a sus hermanos Zeus y Hades, en la que finalmente las deidades olímpicas lograron vencer a los Titanes. Tras su victoria, los tres hermanos se repartieron los dominios de la Tierra y el Cielo, y Poseidón se quedó con los mares, en cuyas profundidades el dios vivió en magnificas mansiones doradas bellamente decoradas con corales y flores marinas.

Poseidón jugó un papel clave durante la Titanomaquia, la terrible guerra en la que participó junto a sus hermanos Zeus y Hades.

Estatua del dios Poseidón que decora el puerto de Copenhague, Dinamarca.

Estatua del dios Poseidón que decora el puerto de Copenhague, Dinamarca.

Estatua del dios Poseidón que decora el puerto de Copenhague, Dinamarca.

Hans Andersen (CC BY-SA 3.0)

Poseidón gobernó en todos los mares, ríos y océanos, y era capaz de provocar violentas tormentas y catastróficas inundaciones. Los griegos atribuyeron a su furia desatada la destrucción causada por los terremotos. A pesar de su cólera devastadora, Poseidón también era el protector de los marineros y el patrón de los caballos. 

Ares, un dios guerrero

Hijo de Zeus y Hera, Ares era el dios de la guerra y quizás el menos popular del panteón olímpico debido a su carácter irascible, su agresividad y su insaciable necesidad de enfrentamiento. Ares es famoso por haber seducido a la diosa del amor y la belleza Afrodita, haber luchado sin éxito contra el héroe Heracles y haber enfurecido a su tío Poseidón tras matar a su hijo Halirrotio. Ares se convirtió en un dios mucho más popular en época romana, cuando adoptó un aspecto más severo y se asoció con el dios romano de la guerra, Marte.

Hijo de Zeus y Hera, Ares era el dios de la guerra y quizás el menos popular del panteón olímpico debido a su carácter irascible.

Ares Borghese, copia romana del siglo I o II d.C. Museo del Louvre, París.

Ares Borghese, copia romana del siglo I o II d.C. Museo del Louvre, París.

Ares Borghese, copia romana del siglo I o II d.C. Museo del Louvre, París.

Marie-Lan Nguyen (CC BY 2.5)

Los griegos consideraban que Ares nació en Tracia, una región del sureste de Europa, al norte del mar Egeo, enclavada entre las actuales Bulgaria, Grecia y la Turquía europea, quizás en un intento de explicar su origen asociándolo con lo que los helenos consideraban pueblos extranjeros (bárbaros) amantes de la guerra y que creían totalmente opuestos a ellos.

Hermes, el dios más astuto 

En la mitología griega, Hermes era dios del comercio, la riqueza, la suerte, la fertilidad, la cría de animales, el sueño, el lenguaje, los viajes… aunque también de los ladrones y los mentirosos. Hijo de Zeus y la ninfa Maya, Hermes era uno de los más astutos y traviesos de los doce grandes dioses olímpicos, además de actuar como su mensajero. Hermes también era un psicopompo, es decir, un guía entre dos mundos, el divino y el humano.

En la mitología griega, Hermes era dios del comercio, la riqueza, la suerte, la fertilidad, la cría de animales, el sueño, el lenguaje, los viajes.

Hermes con el niño Dioniso, escultura de mármol atribuida al escultor Praxiteles. Museo arqueológico de Olimpia.

Hermes con el niño Dioniso, escultura de mármol atribuida al escultor Praxiteles. Museo arqueológico de Olimpia.

Hermes con el niño Dioniso, escultura de mármol atribuida al escultor Praxiteles. Museo arqueológico de Olimpia.

Cordon Press

A Hermes asimismo se le atribuyen inventos como la lira, el alfabeto y los dados. Este último invento, tan del gusto de los jugadores, hizo que el dios fuera muy querido por quienes disfrutaban de juegos y apuestas. Además de la lira, Hermes también invento otro famoso instrumento musical: la flauta de pan o syrinx, que era utilizada por los pastores para reunir a sus rebaños.

Apolo, el dios de la belleza y el arte 

Asociado con el arco, la música y la adivinación, el dios Apolo era la personificación de la juventud y la belleza, fuente de vida y curación, mecenas de las artes y tan brillante y poderoso como el mismo Sol. Hijo de Zeus y Leto, y hermano gemelo de Ártemis, Apolo nació en la isla de Delos, donde se le adoraba, al igual que en Delfos, lugar que albergó uno de los oráculos más importantes de la Antigüedad. El mito cuenta que su madre Leto, temerosa de la venganza de la esposa de Zeus, Hera, que estaba furiosa por la enésima infidelidad de su marido, escogió la estéril isla de Delos para dar a luz y ocultar a Apolo y su hermana Ártemis.

Asociado con el arco, la música y la adivinación, el dios Apolo era la personificación de la juventud y la belleza, fuente de vida y curación, mecenas de las artes.

Apolo Citaredo, copia romana del siglo I d.C. de un original griego. Roma, Museo Nacional Romano, Palacio Altemps.

Apolo Citaredo, copia romana del siglo I d.C. de un original griego. Roma, Museo Nacional Romano, Palacio Altemps.

Apolo Citaredo, copia romana del siglo I d.C. de un original griego. Roma, Museo Nacional Romano, Palacio Altemps.

Jose´ Luiz Bernardes Ribeiro (CC BY-SA 4.0)

Cuando Leto dio a probar por primera vez la ambrosía (la comida de los dioses) al pequeño Apolo, este se transformó de inmediato en un bello joven. Apolo recibió de manos de Hefesto, el maestro artesano del monte Olimpo, un arco que acabaría por convertirse en uno de sus atributos más reconocibles. Apolo tuvo muchos hijos, algunos de los cuales fueron muy famosos como Orfeo (considerado como uno de los principales poetas y músicos de la Antigüedad, cuya música se decía que amansaba a la fieras) y Asclepio (patrono de la medicina y la curación).

Afrodita, la diosa del amor 

La hermosa Afrodita era la divinidad del amor, la belleza y el deseo, y encarnaba todos los aspectos de la sexualidad hasta el punto de que, si se lo proponía, podía convencer, susurrándoles al oído, tanto a dioses como a mortales para que yacieran con ella. Uno de los principales mitos que rodean a la diosa es el de su nacimiento. Según cuenta el poeta Hesíodo en su Teogonía, Gea, la gran diosa de la Tierra, se había casado con su hijo Urano, el imponente dios del Cielo, pero entre ellos no había amor.

La hermosa Afrodita era la divinidad del amor, la belleza y el deseo, y encarnaba todos los aspectos de la sexualidad.

El nacimiento de Venus, cuadro pintado por Sandro Boticelli en 1485. Galeria de los Uffizi, Florencia. 

El nacimiento de Venus, cuadro pintado por Sandro Boticelli en 1485. Galeria de los Uffizi, Florencia. 

El nacimiento de Venus, cuadro pintado por Sandro Boticelli en 1485. Galeria de los Uffizi, Florencia. 

Cordon Press

Este mito cuenta que Urano además odiaba a sus hijos y los mantenía encerrados en el fértil vientre de la diosa. Cansada de esta situación, Gea convenció a su hijo Cronos para que castrara a su padre mientras mantenía con ella relaciones sexuales. Cronos cortó el miembro a su progenitor, que cayó al mar embravecido. A la deriva, el órgano sexual cercenado de Urano fue a parar a Chipre, y de aquel amasijo de espuma surgió la diosa del amor. Afrodita fue asimismo la protectora de todos aquellos que navegaban por el mar, así como de las cortesanas y las prostitutas. 

Hades, señor del inframundo

Hijo de los titanes Cronos y Rea, y hermano del poderoso Zeus, a Hades le tocó en suerte gobernar los infiernos. Apodado el invisible, el dios del inframundo iba ataviado con un cetro o una cornucopia, y su nombre también hacía referencia al tenebroso lugar al que las almas de los difuntos iban a pasar toda la eternidad.

Hijo de los titanes Cronos y Rea, y hermano del poderoso Zeus, a Hades le tocó en suerte gobernar los infiernos.

Hades con Cerbero, escultura de mediados del siglo II d.C. encontrada en el santuario de los dioses egipcios en Gortina, Creta.

Hades con Cerbero, escultura de mediados del siglo II d.C. encontrada en el santuario de los dioses egipcios en Gortina, Creta.

Hades con Cerbero, escultura de mediados del siglo II d.C. encontrada en el santuario de los dioses egipcios en Gortina, Creta.

Carole Raddato (CC BY-SA 2.0)

Posiblemente Hades fuera el dios más temido por los griegos, y por este motivo tanto Homero como Hesíodo lo describían como un dios "sin piedad", "detestable" o "monstruoso". Se casó con su sobrina Perséfone, hija de su hermana Deméter, a la cual raptó para llevarse a su reino de sombras y convertirla en su esposa. 

Tritón, un dios marino 

Hijo de Poseidón y de la nereida Anfítrite, Tritón era el gobernante de las profundidades del mar y, según Hesíodo, era un dios "terrible" y "poderoso". Tritón vivía junto a sus progenitores en palacios dorados situados bajo el mar, aunque a diferencia de Poseidón era mostrado siempre mitad humano y mitad animal.

Hijo de Poseidón y de la nereida Anfítrite, Tritón era el gobernante de las profundidades del mar.

La fuente del Tritón, escultura obra por el escultor italiano Gianlorenzo Bernini entre 1642 y 1643, Roma.

La fuente del Tritón, escultura obra por el escultor italiano Gianlorenzo Bernini entre 1642 y 1643, Roma.

La fuente del Tritón, escultura obra por el escultor italiano Gianlorenzo Bernini entre 1642 y 1643, Roma.

Chabe01 (CC BY-SA 4.0)

En las antiguas representaciones, la parte inferior de Tritón tenía la forma de un gran pez mientras que la mitad superior se representaba como una figura humana. Tritón llevaba siempre una caracola, que soplaba como si fuera una trompeta para calmar o elevar las olas del mar, y al parecer su sonido era tan desafinado y estridente que, cuando se soplaba, hacía huir despavoridos a los gigantes, quienes lo imaginaban como el rugido de una bestia salvaje y oscura.