Poseidón: quién es, historia y mitología del dios de los mares

Poseidón: quién es, historia y mitología del dios de los mares

Antigüedad

Los mortales pagaron a menudo los enfados y las frustraciones del iracundo dios griego del mar

Mitología griega: la historia de los dioses olímpicos

Estatua del dios griego Poseidón

Estatua del dios griego Poseidón

iStock/Getty Images

Señor de las aguas y los mares, Poseidón era uno de los dioses principales del panteón griego. Lógico, pues los griegos, desplegados alrededor del Egeo, dependían del mar para casi todo, desde el comercio a las comunicaciones o las guerras. Aunque Poseidón no vivía en el cielo, sino en las profundidades del mar, que recorría en un carro tirado por caballos, atendía los consejos de su familia en el Olimpo.

El dominio del mar convertía a Poseidón en la segunda deidad más poderosa, pero no le hacía ninguna gracia tener que aceptar la supremacía de Zeus

Utilizaba su tridente para crear islas, puertos y ríos, pero también para agitar las olas y ocasionar las terribles tormentas del Egeo, por lo que todas las islas y ciudades costeras, más temerosas que agradecidas, le rendían culto y ofrendas. También provocaba los terremotos, muy frecuentes en Grecia. 

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Restos del antiguo teatro de Argos, en Grecia.

Terceros

¿A qué se debían tantos ataques de cólera? Según algunos autores clásicos, a pesar de que el dominio del mar le convertía en la segunda deidad más poderosa después de Zeus, no le hizo ninguna gracia tener que aceptar la supremacía de su hermano, ya que, después de todo, era más joven que él. Incluso conspiró con Hera para destronarle, pero ambos se enzarzaron en una agria disputa por la ciudad de Argos. 

La corte divina resolvió que la patrona fuera Hera, y Poseidón, rabioso, castigó a los pobres argivos secando sus ríos y enviándoles una ola gigantesca. Como es natural, estos se apresuraron a erigirle un templo para aplacar su furia.

El rival que siempre pierde

La verdad es que Poseidón no fue muy afortunado. Volvió a intentarlo con Atenas, pero del manantial que hizo brotar con su tridente salió agua salada. Atenea, más lista, se llevó el premio tras plantar un olivo y, de nuevo, el iracundo dios descargó su frustración con los mortales anegando la región del Ática. 

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Compitió con más dioses por el patronazgo de otras ciudades, pero perdió siempre, lo cual no ayudó a mejorar su carácter. Para colmo, cuando se enamoró de la nereida Anfítrite y decidió tomarla como esposa, esta le rechazó y huyó despavorida, entre otras razones porque la había raptado. Poseidón envió a uno de sus mensajeros, Delfino, para persuadirla. Anfítrite acabó aceptando y del matrimonio nació Tritón. 

El dios tuvo más hijos, fruto de escarceos con su hermana Deméter y otras diosas, nereidas y ninfas. De todos ellos, solo Pegaso y Arión, los caballos alados, pasarían un examen de belleza. Los demás, como el cíclope Polifemo, eran un espanto.

Susurrando a los caballos

Poseidón también creó los caballos y toros. Los griegos sacrificaban a estos animales en su honor y los arrojaban al mar. También le dedicaron los Juegos Ístmicos, con carreras de caballos y carros. Se celebraban en el istmo de Corinto, sede de uno de los mayores templos del dios.

Este artículo se publicó en el número 509 de la revista Historia y Vida. ¿Tienes algo que aportar? Escríbenos a redaccionhyv@historiayvida.com.

Logo LV Este artículo se publicó en La Vanguardia el 12 de septiembre de 2019
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