Crítica de Larga vida y prosperidad (Please Stand By)

Larga vida y prosperidad (Please Stand By) es una comedia dramática dirigida por Ben Lewin, el director que se alzó con el premio al público en Sundance con Las sesiones.

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En esta ocasión, se encarga de una película cuyo guión ha escrito Michael Golamco en base a su propia obra de teatro. La protagonista de esta historia es Wendy, una joven del espectro autista que vive en un centro en el que está paulatinamente adquiriendo una serie de rutinas fundamentales para que pueda desarrollar una vida integrada en la sociedad: tiene un trabajo a tiempo parcial y está aprendiendo a valerse por sí misma.

Pero lo más importante para la película es que es una ferviente entusiasta del universo Star Trek. Además de ver cada noche un episodio de su serie favorita, quiere presentarse a un concurso de guiones para un nuevo episodio, lo que la lleva a escribir durante horas y horas y recrear en su imaginación pasajes enteros de su creación.

Sin embargo, el día límite para remitir por correo su libreto, recibe la visita de su hermana y sufre una aguda crisis cuando ésta le dice que no cree que esté preparada para regresar al hogar familiar. Cuando se da cuenta de que el plazo ha expirado, decide llevarlo ella misma en persona a Hollywood. El problema es que ni está autorizada a abandonar el centro, ni tiene claro cómo alcanzar su meta... así que se embarca en un road trip que la llevará hasta los límites de sus posibilidades.

Larga vida y prosperidad podría haber caído en la sensiblería con extremada facilidad, pero un par de giros de timón en sus impases finales, consiguen que la película no zozobre. Aún así, no termina de profundizar en la temática que aborda, se queda solo en unas pocas pinceladas acerca de la particular manera de relacionarse con su entorno, pero no llega a verse el trabajo de su cuidadora y el suyo propio, más allá del hecho de que sale de su área de confort con una inmensa valentía y arrojo. No solo para demostrar a los demás que puede hacerlo, sino sobre todo, para demostrárselo a sí misma.

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La escapada es poco creíble: sí, Wendy encuentra personas indolentes y poco comprensivas con su situación o incluso abiertamente antipáticas y aprovechadas, pero cuando se cruza con gente "chunga" de verdad o le suceden imprevistos que podrían haber tenido consecuencias letales, sale indemne de forma mágica. Léase: la película es tan bienintencionada y buenista que la conclusión puede anticiparse tras quince minutos de visionado.

Donde sí acierta de pleno es en sus homenajes al mundo trekkie. Como curiosidad, además de escuchar el idioma klingon en un momento dado, en la película aparecen las montañas Vasquez Rocks de Agua Dulce, California, una localización muy usada en las series y películas de Star Trek y se establece incluso cierto paralelismo entre su guión y su momento vital.

También es cierto que Dakota Fanning, fascinante en American Pastoral, vuelve a componer un personaje complejo, y en esta ocasión también entrañable, como también lo es su cuidadora Scottie (Toni Collette, que habréis visto recientemente en Hereditary). Los problemas de Larga vida y prosperidad provienen directamente de un guión que alarga demasiado la aventura de la protagonista.

A veces en la sencillez está la clave del éxito, pero otras veces hace falta un poco más de contenido para sustentar un largometraje. Esta película dramática deja buen sabor de boca sin ser empalagosa, pero podría haber dado más de sí saliendo un poco del manido molde de la "historia de superación", sin duda.