"Aquel fue el encuentro m�s violento de mi vida. Una encerrona con un ambiente mal�simo. Iban con mucha malicia". Pirri, el capit�n de la selecci�n espa�ola, a�n se estremece al recordar la Batalla de Belgrado del 30 noviembre de 1977, el partido en el que comenz� la extraordinaria racha de Espa�a en la clasificaci�n para los Mundiales. La victoria ante Yugoslavia por 0-1 otorg� el pasaporte para el torneo de Argentina de 1978, desde entonces se han encadenado 12 campeonatos. Para la memoria, el botellazo a Juanito G�mez cuando se retiraba del campo con el pulgar hacia abajo dirigido al p�blico y el gol a trompicones de Rub�n Cano en el estadio del Estrella Roja, abarrotado con m�s 66.000 exaltados espectadores.
"Los yugoslavos necesitaban ganar por m�s de dos tantos de diferencia para clasificarse y fueron a por nosotros. Desde el inicio se emplearon con mucha violencia, con entradas dur�simas. Ten�an mala intenci�n y quer�an hacer da�o. Adem�s, el p�blico estaba como loco. Era un ambiente tremendo, muy desagradable. Insisto, el partido m�s dif�cil de mi vida", recalca el que fuera �dolo madridista, un jugador at�pico, capaz de compaginar su actividad deportiva con los estudios de Medicina. Jos� Mart�nez, Pirri, sum� 41 internacionalidades con Espa�a y 16 goles. En el Real Madrid disput� 561 partidos y logr� 172 dianas. Tras retirarse se integr� en los departamentos m�dicos y t�cnicos del club blanco. Ahora tiene 76 a�os.
"Aquello era muy peligroso y pens�bamos que nos iba a pasar algo. Fueron a cazarnos y a m� me pillaron al cuarto de hora, con una entrada de Kustodic, que luego jug� en el H�rcules. Me entr� por detr�s y me rompi� la vaina del peroneo del tobillo derecho. Fue a darme con mala idea, porque si te entra de frente le puedes esquivar, pero por detr�s no tienes salvaci�n. Me lesion� y me tuve que retirar del campo. Me rompi� y tem� no poder jugar el Mundial de Argentina, afortunadamente no fue as�", rememora, 44 a�os despu�s, el polivalente jugador del Real Madrid.
La Federaci�n yugoslava gener� un ambiente muy hostil. El seleccionador Ladislao Kubala alert� que tem�a que los jugadores fueran envenenados y por eso orden� llevar comida y agua desde Madrid. "Nos dijeron que estuvi�ramos muy pendientes de todo, que nos podr�an intoxicar. Llegamos a Belgrado un d�a antes del partido y apenas salimos del hotel. Est�bamos muy custodiados", explica Rub�n Cano, el autor del gol de aquella victoria con la que empez� todo. Un argentino nacionalizado que ya tiene 70 a�os y que lleg� a la selecci�n tras destacar en el Elche y en el Atl�tico de Madrid.
EL P�BLICO BORRACHO Y LOS PERROS
"Fue una batalla real. El ambiente era infernal desde el calentamiento. No hab�a vallas y el p�blico nos gritaba y quer�a entrar en el campo, la polic�a tuvo que recurrir a los perros para atajar a los violentos. La gente llevaba dos d�as de fiesta y hab�a muchos que estaban borrachos", a�ade el delantero, que firm� 12 partidos con Espa�a y cuatro goles.
"Ellos tambi�n se jugaban la clasificaci�n y fueron muy violentos desde el inicio del partido. Recuerdo que nada m�s comenzar hicieron una falta terror�fica a Eugenio Leal, luego se fueron a por Pirri, a quien lesionaron. Salieron muy agresivos y aquello era la guerra. Nos pegaban con el bal�n en juego, pero tambi�n cuando no est�bamos en las jugadas. Nos insultaban, nos escup�an y nos tiraban del pelo y nos daban patadas por detr�s cuando el �rbitro no les miraba", rememora el delantero en conversaci�n telef�nica desde el municipio de Lomas de Zamora, en la provincia de Buenos Aires.
"Controlamos bien el partido, no pasamos demasiados apuros, y eso que ellos ten�an un equipazo. Entonces, Yugoslavia no estaba dividida y contaba con jugadores de Croacia, Serbia o Montenegro. Eran buenos, pero creo que perdieron mucha fuerza al ser tan agresivos con nosotros. Ellos necesitaban meter dos goles y eso nos daba tranquilidad. Tuve la fortuna de marcar el gol de la victoria. Ese fue el tanto m�s importante de mi vida por todo lo que representaba para el pa�s. Tambi�n met� otros relevantes en el Elche, el Atl�tico, el Tenerife, el Rayo y el Atlanta, pero no fue lo mismo. Estaba supercontento, porque mi objetivo era jugar un Mundial, ya fuera con Argentina o Espa�a. Tuve alguna posibilidad de ir al campeonato de Alemania de 1974, pero estuve lesionado. Luego me decid� por jugar con Espa�a y acert�. Jugar el Mundial en Argentina me hizo una enorme ilusi�n� , dice el ex delantero rojiblanco, que, despu�s de trabajar como secretario t�cnico del club dirigido por Jes�s Gil en el Atl�tico, qued� tan cansado que decidi� apartarse para siempre del f�tbol. "Qued� muy saturado, Jes�s Gil se met�a en muchos l�os y luego todo reca�a sobre m�. Durante un breve tiempo me dediqu� a representar jugadores, pero pronto comprend� que ese mundillo no me gustaba".
El colof�n al aquelarre de Belgrado fue el botellazo recibido por Juanito en el minuto 76, cuando se marchaba del campo, sustituido por Dani. "Yo estaba sentado en el banquillo y Juan se desplom� justo delante de m�. No me lo pod�a creer. Le tuvieron que sacar en camilla. Fue terrible. Y es que los jugadores y el p�blico estaban demasiado excitados", lamenta Pirri.
"Nos clasificamos y nos fuimos corriendo al vestuario, est�bamos contentos , pero muy preocupados por el impacto recibido por Juanito. No sab�amos qu� ser�a de �l, todo fue muy dram�tico", a�ade Rub�n Cano, que destaca que el f�tbol, afortunadamente, ha evolucionado para mejor: "El f�tbol de ahora no tiene nada que ver con el de aquel tiempo. Entonces, los �rbitros permit�an much�simo a los agresivos, los jugadores de m�s calidad sufr�an la persecuci�n de unos rivales que iban a pararles como fuera. Ahora, los jugadores est�n m�s preparados y cuidados".
Conforme a los criterios de