Peter Morgan, el biógrafo extraoficial de la reina Isabel II

Peter Morgan, el biógrafo extraoficial de la reina Isabel II

Creador de 'The Crown'

Inició su radiografía de la monarca en ‘La reina’ y finalmente encumbró el símbolo en ‘The Crown’

Muere la reina Isabel II de Inglaterra, última hora, en directo

Peter Morgan en el centro con Matt Smith y Claire Foy en el rodaje de 'The Crown'

Peter Morgan en el centro con Matt Smith y Claire Foy en el rodaje de 'The Crown'

Alex Bailey / Netflix

El guionista Peter Morgan fue distinguido en 2016 como Comandante de la Orden del Imperio Británico. Durante la ceremonia tuvo la oportunidad de hablar con el príncipe Carlos. “¿Así que eres guionista?”, le preguntó. Tras asentir, el heredero al trono le comunicó su opinión no solicitada sobre la profesión: “¿No es tan fácil escribir, verdad? Tiendo a pensar que lo más importante no es tanto lo que dejas dentro [del texto] como aquello que dejas fuera”. Podía ser un comentario inofensivo, un intento de Carlos de tener una breve conversación con el invitado en el palacio de Buckingham. Pero también cabía la posibilidad que fuera un dardo envenenado: una reprimenda por el retrato que Morgan había dispensado a la reina Isabel II y a la familia Windsor en la ficción.

El reconocimiento era por la contribución de Morgan en el terreno dramático de la Commonwealth como uno de los guionistas más prolíficos del Reino Unido. Se había especializado en el cine biográfico tras escribir la película The Deal (2003) sobre la tensa relación entre Tony Blair y Gordon Brown. “La razón por la que era chocante era porque había una tradición en los medios británicos de tratar a los políticos a través de la sátira”, explicó sobre su obra contracorriente. Y pronto la documentación de personas y hechos históricos se volvió una norma de su cine con Enrique VIII (2003), El último rey de Escocia (2006) o finalmente The Queen (2006), por la que obtuvo su primera nominación al Oscar y con una Helen Mirren que sí se llevó la estatuilla.

Obtuvo la distinción de Comandante de la Orden del Imperio Británico justo antes de estrenar 'The Crown', que colocaría a la monarquía contra las cuerdas

La película se basaba en los convulsos días que siguieron a un 1 de septiembre inolvidable, el de 1997, en el que el laborista Tony Blair fue elegido primer ministro y Diana, la princesa de Gales, falleció en el puente del Alma de París a causa de un accidente de tráfico. En la película, que fue dirigida por Stephen Frears, Morgan se imaginaba la gestión de la tragedia en el castillo de Balmoral con una Reina reflexiva, que en un primer momento se negaba a bajar la bandera a media asta y a celebrar un funeral de Estado por el estatus de Diana Spencer: podía ser madre de Guillermo y Enrique, los herederos al trono, pero estaba excluida de la realeza tras divorciarse del príncipe Carlos.

Peter Morgan no era ajeno al protocolo aristócrata pero, por supuesto, no estaba familiarizado a esos niveles. Nacido en Wimbledon en 1963, hijo de una católica polaca que había huído de los soviéticos y de un judío alemán que había huído de los nazis, se casó con una princesa en 1997: Anna Carolina von Schwarzenberg, hija del político checo y noble Karl von Schwarzenberg, la familia noble de Franconia y Bohemia cuyos orígenes se remontan al siglo XII. Con ella tuvo cinco hijos y vivió durante etapas en Viena, hasta separarse en 2014. Y tras esa radiografía de Isabel II, que imaginaba el símbolo del Imperio Británico en sus momentos más vulnerables, no pudo evitar resistirse a volver a ella.

Horizontal

Helen Mirren en The Queen

Otras Fuentes

Lo hizo en 2013 tras haber firmado Frost/Nixon o la deportiva The Damned United. Entonces mudó a Isabel a los escenarios del West End de Londres y con un aliciente: recuperar a Helen Mirren como la monarca. A partir de sus retratos previos de Tony Blair y de la reina había descubierto que había un elemento que llamaba su atención: las audiencias entre la jefa de Estado y los primeros ministros. “Lo central en la relación que tienen la Reina y el Primer Ministro en estas reuniones semanales es que son confidenciales. La reina no le dice nada a su esposo; los primeros ministros no pueden hablar de ello con sus mujeres; las conversaciones ni están en las actas. Es la única área de su vida profesional que no está archivada”. Esto le permitió adentrarse en su terreno favorito: dejar volar la imaginación sin emanciparse de la verdad.

“Cada día mientras escribo una película biográfica me peleo con la relación entre la verdad y la exactitud”, reconocía. Una forma que tenía que combatir las noches de insomnio por esta cuestión era recordarse que, si su material exhalaba verdad, podía sentirse bien. Y la otra era asumir que él no hacía el equivalente de una fotografía sino de una pintura: de llegar a la verdad no tanto desde la precisión del dato, ya que esto sería un documental, sino de presentar la verdad a partir de la dramatización, de la imaginación, de conjeturas. Porque él, al fin y al cabo, no había estado en las reuniones entre Blair y Isabel.

Él asume que, para transmitir verdad, no necesariamente se tiene que ser preciso en la exposición de los hechos: él propone un cuadro, no una fotografía

Y, después de los teatros, tocaba escribir de la hija de Jorge VI en el medio que le faltaba: la televisión. Peter Morgan, la productora británica Left Bank Pictures y Sony Pictures Television ofrecieron a Netflix un proyecto con pedigrí: un biopic extenso que él mismo lideraría como showrunner y que, además, contaría con Stephen Daldry (Las horas) en la dirección. Si querían el proyecto, debían garantizarles la producción de seis temporadas y un presupuesto que se calcula alrededor de los 100 millones por temporada. El resto es historia: tanto Claire Foy como Olivia Colman se han llevado el Emmy por interpretar a la monarca (sí, es un papel con suerte) y en 2021 fue proclamada como la mejor serie dramática de la televisión, con Morgan llevándose también su reconocimiento como guionista.

Las actrices de la serie

Claire Foy, Olivia Colman y Imelda Staunton, las tres reinas de 'The Crown'. 

NETFLIX

El comienzo de esta etapa profesional estuvo marcada por su relación con Gillian Anderson, que empezó en 2016, finalizó en diciembre de 2020 y que incluyó a la actriz de Expediente X fichando para The Crown para interpretar a Margaret Thatcher, registro por el que se llevó también un Emmy. ¿Su método de trabajo? Despertarse a las seis de la mañana, pasar las primeras horas del día en silencio y reunirse una vez por semana con los investigadores que le ayudan a documentar la obra, como informaba un perfil de The New York Times. Y su criterio es claro: los detalles del funcionamiento de la casa real británica y los hechos históricos solo le interesan si le permiten impulsar dramáticamente la historia.

De momento, se han estrenado dos de los tres actos de la vida de la reina Isabel. En noviembre está previsto que desembarque en Netflix la quinta temporada, que contará con Imelda Staunton para llevar la corona y Jonathan Pryce como el duque de Edimburgo, y Elizabeth Debicki en la piel de Diana en el momento de su muerte. La sexta temporada, en teoría, debe ser la última. Y, durante estos seis años que lleva en antena, The Crown se ha convertido en una incomodidad para los Windsor: la pluma (o, mejor dicho, el tecleo) de Morgan transmite la sensación al espectador que ha estado espiando a Isabel por los cerrojos de Buckingham y Balmoral.

Actress Gillian Anderson and Peter Morgan at 'The Crown' Gala Screening during AFI Fest on November 16, 2019 in Hollywood, CA.

Peter Morgan y Gillian Anderson estuvieron juntos entre 2016 y diciembre de 2020. 

O'Connor/AFF-USA.com / Otras Fuentes

Esto llevó al gobierno de Boris Johnson a intimidar a Netflix y a la producción. El secretario de cultura, Oliver Dowden, pidió que Netflix pusiera un aviso indicando que The Crown es ficción porque “es una obra de ficción producida de forma impecable (...) pero Netflix debería dejar muy claro al principio que sólo es eso”.

El ministro de cultura, John Whittingdale, también dijo en un comité del parlamento británico que “Las emisoras tradicionales del Reino Unido están sujetas a requisitos bastante estrictos... y luego están los servicios de vídeo bajo demanda, que en realidad no están sujetos a ninguna regulación o requisito”. En este sentido, advirtió que “si queremos o no poner requisitos básicos en los servicios bajo demanda es algo en lo que podría pensar el gobierno”. Y es que, tras tratar el tortuoso matrimonio del príncipe Carlos con Diana en la cuarta temporada, retratando a Carlos como un marido pésimo, infiel y acomplejado por el carisma de su esposa, The Crown se había vuelto más que una anecdótica incomodidad.

Lee también

Aumenta la tensión entre Netflix y el gobierno británico por 'The Crown'

Pere Solà Gimferrer
Horizontal

Pero, cuando se trata de la visión de Peter Morgan sobre lo que representa la corona y la reina Isabel II, no existe una lectura clara. Él, por ejemplo, describió a Carlos como “un personaje por el que sientes simpatía y crítica en la misma medida”, un pensamiento similar al que despierta “la monarquía en general”. Y de la institución dijo que era “indefendible” y que, al mismo tiempo, es tan tremendamente “ridícula que no puedes evitar sentir un poco de lástima por ellos”. Son pensamientos que podrían ser tildados de republicanos.

Sin embargo, incluso se podría argumentar que tiene un espíritu monárquico a regañadientes al destapar y representar su falta de calidez como madre pero también su sacrificio personal para simbolizar la grandeza del Reino Unido. Aquí reside la clave de Peter Morgan como biógrafo extraoficial de la reina: en la lucha entre la simpatía y la crítica que transmite con su trilogía dramática, todavía pendiente de unos últimos brochazos con las temporadas finales de The Crown que toman otra dimensión tras el fallecimiento de Isabel II.

La clave de Peter Morgan como biógrafo extraoficial de la reina reside en la lucha entre la simpatía y la crítica que transmite con su trilogía dramática

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...