Gazzaniga, ¿sólo una cesión?

Gazzaniga, ¿sólo una cesión?

GIRONA

El arquero volvió a protagonizar una actuación de oro

Gazzaniga, en el RCDE Stadium

Gazzaniga, en el RCDE Stadium

Pere Puntí

Ha cogido las riendas de la portería para no soltarlas. Paulo Gazzaniga, a pesar de la polémica derrota en el Estadio de la Cerámica, volvió a cuajar una actuación que roza la matrícula de honor, si es que no se le adjudicó directamente.

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En el último día del mercado de invierno. Así llegaba el arquero argentino tras pasar por su lugar nombres como el de Luca Zidane, Álvaro Fernández, Agustín Rossi o Claudio Bravo. Sin embargo, su carta de presentación no era la más óptima para la titularidad de un equipo con intenciones de quedarse en la máxima categoría del fútbol por muchos años.

Viene el segundo portero del Fulham, Gazzaniga”, se leía en distintos lugares. Lo que no esperaban muchos gerundenses es que, el mismo Gazzaniga, se convertiría en uno de los cerrojos con mayor nota en las filas del Girona. Puede resultar extraño, pues ha encajado en todas las jornadas, pero las actuaciones sobre los verdes del campeonato no empaña para nada sus notas.

Frente al Villarreal, el guardameta volvió a firmar una actuación que, solo por él y a pesar del esfuerzo de todo el equipo, merecía un punto. El Villarreal se llevó tres puntos en el 101 de encuentro desde los once metros, pero Paulo se encargó, a pesar de todo, de que jugadores como Gerard Moreno, Baena o Yeremy Pino tuvieran pesadillas con el portero gerundense.

Sacó manos por todos lados. Arriba, abajo, más complicadas, menos complicadas, con el sol de cara y con el mismo de espaldas. No había forma de batir a un muro de casi dos metros, 1,96 si nos ponemos quisquillosos. En el tiempo añadido volvió a consagrarse parando el penalti a Gerard Moreno. Incluso tuvo tiempo de regatear a los atacantes que presionaron la salida del cuadro catalán. Era pura sintonía.

Aunque no todo acaba ahí. Desde que Paulo cogió la titularidad, el Girona parece más seguro que nunca bajo los palos del arco ‘gironí’. Es por eso que, desde aquí, lanzo una reflexión que probablemente compartan las oficinas de Montilivi. ¿Debería el Girona pelear un futuro traspaso del arquero a la provincia catalana?

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