A lo largo de su vida y su trayectoria art�stica, nos hemos referido a Patti Smith, fundamentalmente, de dos maneras: como la gran poetisa del rock y como la madrina del punk. La primera observaci�n es indiscutible: desde que Smith (Chicago, 1946) descubri� simult�neamente a Bob Dylan y al gran genio de los simbolistas franceses, Arthur Rimbaud, la mayor de sus preocupaciones ha sido la palabra. La palabra -sustanciada en poes�a, la m�s elevada forma de comunicaci�n, como ella siempre ha defendido- tiene fuerza, tiene poder, y hubo un momento en que decidi� dar el paso y volcar sus versos en forma de canciones. Y la poes�a se hizo m�sica.
Seg�n Patti Smith, el rock es un estado de guerra permanente, una confrontaci�n con otras ideas, un desaf�o al poder y actitudes que merecen una respuesta -no se arrug�, por ejemplo, al cantar los versos "Jesucristo muri� por los pecados de los dem�s, pero no por los m�os" (Gloria) en el mism�simo Vaticano-, y as� naci� su leyenda: no s�lo continu� una l�nea abierta por Dylan, Leonard Cohen y Jim Morrison, al entender el rock como un veh�culo de expresi�n literaria y pol�tica, sino que lo hizo afilando las u�as y dejando que su guitarrista predilecto, Lenny Kaye, convirtiera la guitarra en una m�quina de ruido. Y as� fue como, tambi�n, inspir� el nacimiento del punk en tanto que rock subversivo, capaz de iniciar una revuelta.
El punk, normalmente, se entiende como una fuente de controversia. Es una provocaci�n y un desaf�o a las normas. Pero en ese aspecto, la vida de Patti Smith -que ahora vuelve a explicarse en forma de libro ilustrado, Patti Smith. She has the power, dibujado y escrito por Ana M�shell para la editorial Lunwerg, del grupo Planeta- no ha sido especialmente punk. Por ejemplo, la primera vez que actu� en Espa�a, en el a�o 1979, en el actual Pabell�n Ol�mpico de Badalona, circul� la historia de que Smith hab�a orinado en el borde del escenario, delante del p�blico. Hace unos d�as le pude preguntar a Gay Mercader, el promotor de aquel concierto, si la historia era cierta, y Mercader no pod�a asegurarlo: contaba que es cierto que se pas� buena parte del concierto con la entrepierna del pantal�n mojada, pero sin que se supiera el origen del l�quido -pudo haber sido agua echada por encima-.
Pero su vida s� que ha sido de ideas, de fidelidades y de activismo. El episodio m�s conocido de la vida de Patti Smith antes de la publicaci�n de su primer disco, Horses (1975), fue el de su relaci�n con el fot�grafo Robert Mappelthorpe, fallecido en 1989 a causa del sida. Originalmente fueron novios, una relaci�n breve que mut� en amistad profunda cuando �l confes� que era gay. Mappelthorpe fotografi� a Smith para las portadas de sus primeros discos y tuvo que soportar un ataque furibundo hacia su obra por parte de los sectores m�s conservadores de la sociedad americana, al presentar im�genes de fetichismo homosexual demasiado adelantas para su �poca -grandes penes negros, lluvias doradas y otras filias-. Smith explic� su historia con Mappelthorpe en su primer libro de memorias, �ramos unos ni�os (Lumen, 2010).
La muerte de Mappelthorpe se produjo en un momento de su vida en la que estaba parcialmente retirada de la m�sica y de los escenarios, y b�sicamente escrib�a historias y poemas de forma privada. A principios de los 80 Smith se apart� de la m�sica tras casarse con Fred Smith, ex miembro de la banda garage MC5, tuvo a sus hijos y se dedic� a su familia. Fue su elecci�n -la misma que han tomado, a�os despu�s, artistas como Neneh Cherry o Dido-, y nunca ha considerado que hiciera lo incorrecto. Regres� en 1988 con su cuarto disco, Dream of life -el que contiene la canci�n People have the power-, cuando ya hab�a consolidada la crianza de su su primer hijo, Jackson (1982), y hab�a tenido a su hija Jesse (1987). Jackson quiso seguir los pasos de su padre como guitarrista y lleg� a acompa�ar a su madre en las giras que hizo en los 90, cuando su figura resurgi� tras la oleada del grunge. En 1996, en el primer Doctor Music Festival que se hizo en Escalarre (L�rida), Smith invit� a su hijo a salir a tocar con ella (y se present� digitando el famoso riff de Smoke on the Water, de Deep Purple).
La historia de Patti Smith ha sido de p�rdidas profundas -la de Mappelthrope en 1989 y la de su marido en 1994, de un fulminante ataque al coraz�n- y de amistades fuertes, muchas de ellas en Espa�a. Quienes le han tratado destacan su enorme coraz�n, su inteligencia, su gran conversaci�n, la fortaleza de sus valores humanistas, y su vinculaci�n a las causas m�s justas. En referencia a si se consideraba feminista -un movimiento que ella impuls� dando ejemplo, y motivando la entrada de muchas chicas en la escena punk-, afirm� que en efecto, as� se consideraba, pero con un matiz: "Tengo una hija, pero tambi�n tengo un hijo. No me puedo olvidar de �l. Soy feminista, pero a�n m�s soy una defensora de los derechos humanos".
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