Patrulla Trueno (2021), de Ben Falcone

Tontorrona comedieta de superhéroes, escrita y dirigida por Ben Falcone, y protagonizada por su actriz favorita y esposa, Melissa McCarthy, a la que acompaña Octavia Spencer. Se quiere jugar, por supuesto, con el aspecto orondo de las protagonistas, que no responde al estereotipo de curvilíneas heroínas de acción al uso.

Lydia Berman y Emilia Stanton han sido amigas desde su época escolar, donde la primera era impulsiva y todo corazón mientras que la otra era un cerebrito. Ambas crecen en un mundo en que hay unos personajes con superpoderes que son villanos por definición, debido a una radiación cósmica, Los Maleantes. Y Emilia, que perdió a sus padres por la acción de estos villanos, ya adulta se ha convertido en una superempresaria tecnológica, que está desarrollando una investigación genética para poder convertirse en superheroína. Pero Lydia, a la que hace años que no ve, recibe por accidente los poderes que la convierten en una mujer superfuerte, de modo que Emilia, madre de una adolescente tan empollona como ella –nada se nos dice del padre, laguna de guión–, debe conformarse con el superpoder de la invisibilidad.

La trama resulta bastante insulsa, con unas elecciones a la alcaldía de Chicago en que un candidato se ha aliado con Los Maleantes, entre los que destaca la muy malvada Láser. En cambio el Hombre Cangrejo podría decantarse del lado de los buenos. En cualquier caso éste, interpretado por Jason Bateman, es quien depara los mejores momentos del film con McCarthy, en la escena de una supuesta cita romántica, aunque en realidad lo que Lydia procura es sonsacar información al otro. También tiene gracia cómo recibe la opinión pública a las nuevas superheroínas.

La pobre Spencer no parece creerse nada de lo que se cuenta en la película, con su amistad a machamartillo, aunque peor lo tiene otra ganadora de Oscar, Melissa Leo, con un magro papel de ex agente de la CIA empleada de Emilia, un personaje superplano, cass parece que la han contratado por hacerle un favor, y sacarla del paro.

Los efectos visuales tienen un buscado aire cutrecillo, con las vigas que parecen livianas porque deben serlo de verdad, aunque hay que reconocer que el lanzamiento de autobús tiene su gracia.