Frases de la película Había una vez en Hollywood

Frases de la película Había una vez en Hollywood

  • - Rick. ¿Él es tu hijo?
    - ¿Mi hijo? No, es mi doble, Cliff Booth.
    - Mucho gusto.
    - Trabajamos juntos desde las últimas dos temporadas de Recompensa. Mi auto está con el mecánico, así que él me trajo.
    - Esa es una mentirota. A Rick le quitaron su licencia. Demasiadas multas por conducir ebrio.
    - Cliff lo lleva a todas partes.
    - Maldita sea.
    - Parece que es un buen amigo.
    - Intento serlo.

  • - Mierda, es...Es demasiado calor. ¿Pueden reducir el calor?
    - Rick, es un lanzallamas.

  • - ¿Siempre interpretas al malo en esos programas?
    - Sí.
    - ¿Y hay una pelea al final?
    - No en Tierra de gigantes o FBI, pero en los otros, sí.
    - ¿Y pierdes la pelea?
    - Sí, claro. Soy el villano.

  • - ¿Qué te pasa, socio?
    - Ya es oficial, amigo. He pasado de moda.
    - ¿De qué hablas? ¿Qué te dijo?
    - Me dijo la maldita verdad, eso me dijo.
    - Lo siento. Perdóname. Ponte estas. No llores frente a los mexicanos. ¿Por qué estás tan alterado?
    - Si enfrentarte con el fracaso de tu carrera no es suficiente no sé qué mierda lo es.
    - ¿Ese sujeto te rechazó?
    - No. Quiere ayudarme a hacer películas italianas.
    - Entonces, ¿cuál es el problema?
    - ¡Tengo que hacer películas italianas! ¡Ese es el problema! ¡Qué pendejada! No importa que llore en público. ¡Nadie recuerda quién carajo soy!

  • - Diez años de estar empantanado y ahora una carrera hacia abajo.
    - Mira, yo nunca he tenido una gran carrera. No puedo decir que sé lo que sientes.
    - ¿De qué hablas? Eres mi doble.
    - Por favor. Mierda. Soy tu chofer, soy tu mandadero. No me quejo. Me gusta llevarte a todos lados. Me gusta atender tu casa y cuidar tu casa en Hollywood Hills cuando te vas. Pero hace tiempo que no soy un doble de tiempo completo y desde mi punto de vista ir a Roma a protagonizar películas no parece ser el destino peor que la muerte que tú opinas que es.
    - Por favor. ¿Nunca has visto una película italiana de vaqueros? Son espantosas. Es una maldita farsa.
    - ¿Cuántas has visto? ¿Una? ¿Dos?
    - He visto suficientes. A nadie le gustan las "Spaghetti westerns".
    - Maldita sea. Quédate en Los Ángeles. Esmérate en los pilotos.
    - Me siento demasiado inseguro para conseguir un piloto. Y Screen Gems no va a decir nada bueno sobre mí. Tú lo sabes.
    - Hiciste La ley de la recompensa.
    - Nadie me va a perdonar esa última temporada. Haga lo que haga, siempre seré el tarado que hizo que La Recompensa se cancelara porque quería una maldita carrera en cine.

  • Mierda. Ese era Polanski. Era Roman Polanski. Hace un mes que vive ahí. Es la primera vez que lo veo.

  • - Maldita sea. ¿Qué digo siempre? Lo más importante en esta ciudad es que, al ganar dinero compres una casa aquí, que no rentes. Eddie O'Brien me enseñó eso. Un inmueble en Hollywood significa que vives aquí. Que no estás de visita, no estás solo de paso. Vives aquí. Aquí estoy, fracasando en todo, y ¿quién vive en la casa de al lado? El director del Bebé de Rosemary, ni más ni menos. Polanski, el director más solicitado de la ciudad, tal vez del mundo. Es mi maldito vecino. ¿Quién sabe qué podría pasar? Yo podría estar a una fiesta de piscina de protagonizar una película de Polanski.
    - ¿Ya te sientes mejor?
    - Sí. Perdón por todo eso.

  • ¡Oye! Eres el maldito Rick Dalton. Que no se te olvide.

  • - Ahora, Rick, tu cabello.
    - ¿Qué tiene mi cabello?
    - Quiero otro estilo.
    - ¿Qué?
    - Algo más "hippioso".
    - ¿Quieres que parezca un hippie?
    - Bueno, menos hippie, más Hell's Angel.
    - Oye, Sam. Si me vas a cubrir con tanta basura ¿cómo sabrá el público que soy yo?
    - Espero que no lo sepa. No quiero que vean a Jake Cahill. Quiero que vean a Caleb. Te contraté para ser un actor, no un vaquero de televisión.

  • - ¿Hay algún viejo pleito entre ustedes?
    - Por favor, hombre.
    - ¿Qué?
    - El tipo asesinó a su esposa.
    - Por favor. ¿De verdad crees esa pendejada?
    - Sí, Rick, la creo.
    - Y trabajo con mi esposa, y ella también la cree. No quiere ver a ese tipo siniestro.

  • Yo admiro a Cassius Clay, seguro. Lo que admiro es que en su deporte, hay un elemento de auténtico combate. Cuando Cassius Clay enfrenta a Sonny Liston en el ring no son dos atletas fingiendo. Es un combate. Dos hombres tratando de matarse en el acto. Si no lo vences él te mata. Eso va más allá del atletismo. Está más allá del Gran mundo del deporte. Son dos guerreros entablando un combate. Eso es lo que admiro. En torneos de artes marciales no te dejan pelear así. Es muy frustrante. Estás frente a un sujeto, y solo quieres golpearlo. Pero no puedes. Así que haces algo parecido a "manitas calientes". Cassius Clay, Sonny Liston, Joe Louis. El boxeador negro, no el imbécil blanco de kickboxing. Hacen lo que tienen que hacer para ganar. Infligen tanto dolor como sea necesario para derrotar al adversario. Pero en los torneos de artes marciales, yo hago lo mismo para ganar. Desato todo mi poder.
    Mato gente.

  • - Si enfrentaras a Cassius Clay, ¿quién ganaría?
    - Bueno, eso nunca pasaría.
    - Pero si lo hicieras, ¿qué crees que pasaría?
    - Lo dejaría lisiado.

  • - ¿Cómo te llamas?
    - ¿Yo?
    - Sí, tú.
    - Me llamo Cliff. Soy el doble de Rick Dalton.
    - ¿Doble de acción?
    - Sí.
    - Eres bonito para ser doble de acción.
    - Eso me han dicho.
    - ¿Dije algo gracioso, doble de acción?
    - Sí, algo así.
    - ¿Qué es gracioso?
    - Mira, no quiero problemas. Solo vengo a trabajar.
    - Pero te ríes de lo que digo. No estoy diciendo nada gracioso. ¿Qué te causó tanta gracia?
    - Lo que creo es: Eres un hombrecito con una bocota y mucho resentimiento. Y creo que debería darte vergüenza insinuar que serías más que una mancha en el trasero del pantaloncillo de Cassius Clay.
    - Hermano, tú eres el que tiene una bocota. Me encantaría cerrártela, especialmente frente a todos mis amigos. Pero mis manos están registradas como armas mortales. Significa que si peleamos y por accidente te mato iré a la cárcel.
    - El que mate a alguien por accidente va a la cárcel. Es "homicidio imprudencial". Esas patrañas de armas mortales son una excusa para que los bailarines como tú nunca peleen de verdad.
    - ¿Qué tal un combate amistoso? Sin golpes en el rostro. Dos de tres asaltos. A ver quién derriba al otro primero. Nadie intenta lastimar a nadie, solo quién acaba en el piso.
    - Excelente idea, Kato.

  • - ¿Qué carajo, hombre? Permítanme decirles que nadie le dio una paliza a Bruce.
    - Fue un combate amistoso. Apenas si me tocó.
    - Creo que la abolladura en el auto demuestra algo diferente.
    - ¡No! ¿Qué le hicieron a mi auto?
    - ¿Qué le hiciste a su auto?
    - Lancé a este pendejito contra él, pero no sabía que era su auto.

  • - Hola.
    - Hola.
    - ¿Te molesta si me siento junto a ti y me pongo a leer también?
    - No lo sé. ¿Me vas a molestar?
    - Intentaré no hacerlo.
    - Siéntate.
    - Lo siento. Perdóname. ¿No almuerzas?
    - Tengo una escena después.
    - ¿Sí?
    - Si almuerzo antes de una escena me aletargo. Opino que le corresponde a un actor y digo "actor" y no "actriz"porque la palabra "actriz" carece de sentido. Al actor le corresponde evitar impedimentos a su actuación. Al actor le corresponde esforzarse por alcanzar el 100 por ciento de eficacia. Claro, nunca lo logramos, pero esa búsqueda es lo significativo.
    - ¿Quién eres?
    - Puedes decirme "Marabella".
    - ¿Marabella qué?
    - Marabella Lancer.
    - No, por favor. ¿Cuál es tu verdadero nombre?
    - En el set, prefiero que solo usen el nombre de mi personaje. Me ayuda a entregarme a la realidad de la historia. Lo he intentado de ambas formas, y siempre me sale un poco mejor así. Y si puedo ser un poco mejor quiero serlo. Tú eres el malo, Caleb DeCoteau.
    - Creí que se pronunciaba "Caleb Dakota".
    - Estoy segura de que es "DeCoteau".
    - ¿Qué estás leyendo?
    - Es una biografía de Walt Disney. Es fascinante. Es un genio, ¿sabes? Me refiero al tipo de genio que aparece solo cada 50 o 100 años.
    - ¿Qué edad tienes? ¿Doce años?
    - Tengo ocho. ¿Y tú qué lees?
    - Una del Oeste.
    - ¿Eso qué significa? ¿Es buena?
    - Bastante buena.
    - ¿De qué se trata?
    - No la he acabado aún.
    - No te pregunté sobre toda la trama. ¿Cuál es el tema principal?
    - Bueno, es sobre un domador de caballos salvajes. Es la historia de su vida. El tipo se llama Tom Brisa pero todos le dicen "Risa Brisa". Cuando Risa Brisa tenía veintitantos años, y era joven y apuesto podía domar cualquier caballo que le pusieran enfrente. Entonces tenía como un don. Ahora anda cerca de los 40. Sufre una mala caída y se fastidia la cadera. No está lisiado ni nada por el estilo pero tiene problemas de la columna que nunca había tenido, y pasa más días con dolor que antes.
    - Parece ser una buena novela.
    - Sí, no está mal.
    - ¿En qué parte vas?
    - Como a la mitad.
    - ¿Qué está pasándole a Risa Brisa ahora?
    - Pues, está...Ya no es el mejor. Está muy lejos de serlo. Está reconciliándose con ser un poco más inú...Un poco más inútil cada día.
    - Está bien, Caleb. Está bien. Parece ser un libro muy triste. Pobre Risa Brisa. Estoy a punto de llorar, y ni siquiera lo he leído.
    - En unos 15 años, estarás viviéndolo.
    - ¿Qué?
    - Nada, conejita linda. Te estoy tomando el pelo.
    - ¿Sabes qué? Quizá tengas razón sobre este libro. Creo que te afecta más de lo que supuse. No me gustan los apodos como "conejita linda". Pero como estás alterado, lo hablaremos en otro momento.

  • ¿Qué carajo fue eso? ¡Qué horror! ¡Carajo! ¡Pedazo de mierda! Maldita sea, Rick. Te juro... ¡Olvidar tu diálogo! ¡Quedar mal así frente a toda esa maldita gente! Bebiste toda la noche. Bebiste otra vez. Ocho malditos whisky sours. Qué pendejada. Eres un borracho miserable. Olvidas tus malditos diálogos. ¡Estuve ensayándolos y ahora parece que no ensayé nada! ¡Estás sentado ahí como un mandril! ¡Ocho malditos whisky sours! ¡No pude beber solo tres o cuatro! ¡Fueron ocho! ¿Por qué? Eres un maldito alcohólico. Bebes demasiado. Todas las malditas noches. Se acabó. ¡Se acabó! Deja de beber ahora mismo. Prométete que vas a dejar de beber. Demuéstrale a la mocosa. Demuéstrale al maldito Jim Stacy. Vas a demostrarle a todo ese set quién es Rick Dalton. Déjame decirte algo. Si no dices bien los diálogos voy a volarte los sesos esta noche, ¿de acuerdo? Tus sesos quedarán embarrados por toda tu maldita piscina. Hablo en serio, hijo de puta. Ponte las pilas. ¿Mejor? Excelente.

  • - ¿Eres un viejo vaquero que hacía películas ahí?
    - Me sorprende lo exacta que es esa descripción. "Un viejo vaquero que hacía películas en el rancho Spahn".
    - ¿Filmabas westerns en los tiempos de antaño?
    - Si con "los tiempos de antaño" te refieres a "televisión hace 8 años"sí.
    - ¿Eres actor?
    - No. Soy un doble.
    - Un doble. Es mucho mejor.
    - ¿Por qué es mejor?
    - Los actores son falsos. Solo dicen cosas que otros escriben y fingen matar personas en sus estúpidos programas de la tele. Mientras tanto, mueren personas de verdad a diario en Vietnam.

  • - ¿Quieres que te la chupe mientras manejas?
    - ¿Cuántos años tienes?
    - ¿Qué?
    - ¿Cuántos años tienes?
    - Es la primera vez que me lo preguntan en mucho tiempo.
    - ¿Cuál es la respuesta? ¿Vamos a jugar juegos infantiles?
    - Dieciocho. ¿Te sientes mejor?
    - ¿Tienes alguna identificación como licencia para conducir?
    - ¿Es broma?
    - No. Quiero ver algo oficial que compruebe que tienes 18. Lo cual no tienes porque no los tienes.
    - Hablando de aguafiestas.
    - Eso eres tú.
    - Sí. Obviamente, no soy muy joven para cogerte. Pero tú sí eres muy viejo para cogerme.
    - Soy muy viejo para ir a la cárcel por sexo. La prisión ha querido atraparme toda mi vida y no ha podido. El día que lo haga, no va a ser por ti. Sin ofender.

  • - ¿George Spahn sigue siendo el dueño de este rancho?
    - Sí, George es el dueño.
    - ¿Aún vive aquí?
    - Sí.
    - ¿Sigue viviendo ahí mismo?
    - Sí.
    - ¿Está aquí ahora?
    - Supongo que sí.
    - ¿Entonces George les permitió a todos vivir aquí?
    - Por supuesto.
    - ¿Y ustedes lo cuidan?
    - Todos cuidamos a George. Amamos a George.
    - ¿Habría algún inconveniente en que vaya a saludar a un viejo amigo?
    - Ahora no puedes verlo.
    - ¿Por qué no puedo verlo?
    - Porque está dormido. Es la hora de su siesta.
    - Creo que iré a comprobarlo. ¿Quién sabe? Quizá acaba de despertarse.

  • - ¿De dónde conoces a George?
    - Yo hacía películas de vaqueros aquí en el rancho.
    - ¿Cuándo viste a George por última vez?
    - Yo diría que hace unos 8 años.
    - Perdón, no sabía que eran tan cercanos. Cuando despierte, le diré que viniste.
    - Realmente quisiera saludarlo ahora. Ya que estoy aquí. Vine de muy lejos. No sé cuándo volveré por aquí.
    - Entiendo, pero me temo que es imposible.
    - ¿Imposible? ¿Por qué es imposible? Porque él y yo vemos televisión los domingos. FBI y Bonanza.
    - Pero a George le cuesta mantenerse despierto.
    - Lo obligo a tomar una siesta para poder ver la tele juntos.
    - Mira, pelirroja, voy a entrar ahí. Con mis propios ojos, voy a echarle un vistazo a George. Y esto no me va a detener.
    - Como quieras.
    - ¿Está allá atrás?
    - La puerta al final del pasillo. Quizá tengas que sacudirlo. Me lo cogí como loca esta mañana. Tal vez esté cansado.

  • - Fuimos colegas en el pasado, y quise saber si estabas bien.
    - No estoy nada bien.
    - ¿Qué te pasa?
    - No veo un carajo. ¿Dirías que algo "me pasa"? El hombre no ve un carajo.
    - Lo siento mucho. Sí, me dijeron.
    - Squeaky me mandó a la cama.
    - ¿La pelirroja que está afuera?
    - ¿Qué demonios te pasa? Primero me despiertas...¡ahora finges que no te dije que estoy ciego! ¿Cómo voy a saber el color del cabello de la chica que está conmigo todo el tiempo?
    - Tienes razón, George.
    - ¡No! ¡Por Dios!
    - Está bien. No todo el mundo necesita un doble.
    - No sé quién eres pero me conmoviste hoy. Viniste a visitarme. Ahora tengo que seguir durmiendo. Tengo que ver FBI esta noche. Lo veo con Squeaky. Se pone furiosa si me quedo dormido.
    - ¿Qué pasa cuando se pone furiosa?
    - Nada. No me gusta decepcionarla.
    - ¿Les diste a todos esos hippies permiso para estar aquí?
    - ¿Quién demonios eres?
    - Soy Cliff Booth. Soy un doble. Antes trabajábamos juntos. Solo quiero saber si estás bien. Que todos esos hippies no se estén aprovechando de ti.
    - ¿Squeaky?
    - Sí.
    - Ella me ama. Así que trágate eso.
    - Cuídate, George.

  • - ¿Qué tal tu plática con George? ¿Lo tenemos secuestrado?
    - No es la palabra que usaría.
    - Ya que has hablado con él, ¿crees que todo está bien?
    - No exactamente.
    - Esto fue un error. Deberías irte.
    - Ya me voy.
    - ¡George no está ciego! ¡El ciego eres tú!

  • - ...ya no puedo pagar tu sueldo, Cliff. ¿Sabes? Apenas puedo pagar mi casa. El plan es vender la casa y comprar un condominio en Toluca Lake, ahorrar el dinero. Vivir de él, algo así. Con suerte, me contratarán para los nuevos pilotos.
    - Es un buen plan.
    - Sí. Para entonces sabré si tengo carrera o no. Si estoy arraigado en Los Ángeles, como dice Eddie O'Brien, o si estoy a un paso más de volver a Missouri. Cuando termine este viaje europeo, creo que habremos llegado al final del camino, Cliff. Estas cuatro películas italianas, después de 9 años juntos serían el último "rodeo" de Rick y Cliff.
    Cliff no tiene idea de lo que va a hacer. Lo único que ambos saben con certeza: Esta noche, Rick y Cliff se van a emborrachar a la antigua. Saben que una vez que aterricen en El Segundo será el fin de una era para ambos. Y cuando llegas al final de la línea con un amigo que es más que un hermano y poco menos que una esposa quedarse borrachos como una cuba es la única manera de despedirse.

  • En El Coyote, todos bebieron margaritas y la pasaron bien. Excepto Sharon. Sharon sentía cierta melancolía debida al embarazo. Además, luego dijeron que había sido la noche más calurosa del año. La había hecho sentir desagradablemente embarazada.

  • - ¡Oye, tú! ¡Sí, imbécil! ¡Te hablo a ti! ¿Qué haces con ese escandaloso pedazo de mierda aquí a medianoche? ¡Este es un camino privado! ¿Quién eres? ¿A quién vienes a ver?
    - A nadie, señor. Estamos perdidos y nos desorientamos.
    - Sí, cómo no. Malditos hippies. Vienen a fumar yerba en un camino oscuro, ¿no? La próxima vez que lo intenten, repara tu maldito silenciador.
    - Lamentamos haberlo molestado.
    - Mira, jefe. No debes estar aquí. ¡Ahora llévate tu carcacha y lárgate de mi maldito camino! ¡Dennis Hopper! ¡Mueve este maldito pedazo de mierda!
    - Está bien. Deme un momento para dar la vuelta.
    - ¡Maneja en marcha atrás, tarado pero maneja de una vez!
    - Está bien. Ya no me grite. Tranquilo, ya nos vamos.
    - ¿Qué diablos estás viendo, pendejita pelirroja? Si regresan por aquí, llamaré a la policía. Malditos hippies marranos.

  • - Ahí, en su casa lujosa, creyendo que nos echó. Pero nos ha visto. Está despierto. Está alerta. Todos están despiertos. Oyen sus malditos discos. ¡Todos están despiertos!
    - Escuchen. ¿Qué dijo Charlie? Dijo: "Ve a la antigua casa de Terry, y mata a todos ahí dentro". Ustedes lo oyeron. Dijo que fuera "brujesco". O él dijo eso o soy un mentiroso. ¿Alguna de ustedes cree que soy un mentiroso? ¿Qué tal tú? ¿Crees que soy un mentiroso?
    - No, claro que no.
    - Bien.
    - Un momento. ¿Ese era Rick Dalton?
    - ¿Quién?
    - El de La recompensa.
    - ¿Quién? ¿Jake Cahill?
    - Sí. El tipo en el camino era Jake Cahill.
    - Un momento. ¿Jake Cahill acaba de gritarme?
    - Está más viejo, pero creo que sí.
    - ¿Quién es el tal Rick?
    - ¡Por Dios, Sadie, presta atención! Era Jake Cahill en la serie de vaqueros de los '50, La recompensa.
    - Vete al diablo, Katie. Perdón por no saberme el nombre de los fascistas de la tele de los años 50.
    - No puedo creer que ese imbécil fuera Jake Cahill. Cuando era niño, yo tenía una lonchera de La recompensa. Era mi favorita entre todas.
    - Oigan esto: En nuestras sesiones drogados he estado elaborando una idea en mi cabeza. Escuchen. Todos crecimos viendo la tele, ¿me entienden?
    Si creciste viendo la tele, viste cómo mataban gente. En todos los programas que no fueran Amo a Lucy había asesinatos. Así que mi idea es que matemos a quienes nos enseñaron a matar. ¿Dónde estamos, hombre? ¡Estamos en el jodido Hollywood! Las personas que nuestra generación creció viendo matar gente viven aquí. Y viven en el lujo más obsceno. ¡Que se pudran! ¡Cortémosles el pito y obliguémoslos a comerlo!
    - Qué buena idea, Sadie. ¿Listas para ir a matar cerditos?
    - Esperen un momento. Mierda. Olvidé mi cuchillo en el auto. ¿Puedo ir por él?
    - Sí, claro.

  • - Eres real, ¿verdad?
    - Soy tan real como una dona, cabrón. Ve a la sala.
    - ¿Qué está pasando?
    - ¡Ve!
    - ¿Quién demonios es ella?
    - No lo sé.
    - Francesca. Los conozco. Conozco a los tres. Sí, del rancho Spahn. El rancho Spahn, sí. No sé tu nombre, pero recuerdo ese cabello. Y tú. Recuerdo tu carita paliducha. Y tú ibas a caballo. Sí. ¿Tú eres...?
    - Soy el diablo, y he venido a hacer lo que hace el diablo.
    - No, era algo más tonto. Algo como "Rex".

  • - ¿A qué hora enfrentó a los intrusos?
    - Como a la medianoche.
    - ¿Alrededor de medianoche? ¿Cómo sabe que era medianoche?
    - Pues yo estaba en la cocina. Estaba haciendo unas margaritas. Oí un mofle ruidoso. Miré el reloj. El reloj de la cocina marcaba la medianoche.
    - ¿Las 12:00 exactamente?
    - Tal vez eran las 12:05. Algo así.
    - ¿Y no volvió a verlos hasta que la mujer lo atacó en la piscina?
    - No.
    - ¿Y qué hicieron los perpetradores?
    - ¿"Perpetradores"? Eran unos hippies idiotas. Dos entraron por la puerta principal. Y el hombre dijo que él era el diablo. Y dijo: "He venido a hacer no sé qué mierda del diablo". No eso exactamente, pero...
    - "Mierda del diablo".
    - Sí, mierda del diablo.

  • - Oigan. Un momento. ¿A qué hospital te llevan? Te veré ahí, ¿sí?
    - No tiene caso que vayas al hospital. ¿Por qué no cuidas a tu señora?
    - Acaba de tomarse cinco somníferos. Estará dormida hasta octubre. Estos tipos tendrán que volver para despertarla.
    - No me voy a morir. Quizá me quede cojo. Todavía no me toca. No tiene caso que esperes en una sala de espera. Ve a acostarte desnudo con esa criatura hermosa. Ve a visitarme mañana. Lleva bagels. Si quieres hacer algo por mí, cuida a Brandy. Debe estar un poco alterada. Tal vez quiera dormir contigo.
    - ¿Bromeas? Está durmiendo con Francesca. Quizá nunca la recuperes.

  • - Te veré mañana.
    - ¡Oye! Eres un buen amigo, Cliff.
    - Intento serlo.

  • - ¿Hola?
    - Hola. Soy Jay Sebring, un amigo de los Polanski. Eres Rick Dalton, ¿cierto?
    - Sí, soy Rick Dalton.
    - Yo vivo al lado.
    - Ya lo sé. Me burlo de Sharon diciéndole que es vecina de Jake Cahill. Para ponerle precio a la cabeza de Roman, debe ir a tu casa, ¿no?
    - Ya lo creo. ¿Qué carajo pasó?
    - Unos hippies locos se metieron en mi casa.
    - ¿Trataban de robarte? No sabemos lo que querían. ¿Querían robar? No lo sé. ¿Estaban locos por las drogas? ¿Quién sabe? Trataron de matar a mi esposa y a un amigo mío.
    - Qué terrible. ¿En serio?
    - Sí, en serio.
    - Mi amigo y su perra mataron a dos y después...Pues, mierda, yo achicharré a la última.
    - ¿La "achicharraste"?
    - Sí, la quemé hasta que quedó crujiente.
    - ¿Cómo lo hiciste?
    - Aunque no lo creas, tengo un lanzallamas en mi cobertizo. De Los 14 puños de McCluskey. ¡Sí! Sí, de esa. Y todavía funciona, gracias a Dios.
    - ¿Todos están bien?
    - Pues los malditos hippies no, de eso no hay duda. Pero yo estoy bien. Mi esposa está bien. Solo estamos un poco alterados. Qué miedo.
    - Sí.
    - Jay, mi amor, ¿todo bien?
    - Todo está bien, cariño. Pero unos hippies se metieron a la casa de al lado.
    - Qué horror. Qué miedo. ¿Todos están bien?
    - Estoy hablando de eso con tu vecino de al lado.
    - ¿Rick Dalton?
    - Sí, conmigo.
    - Pues hola, vecino. ¿Todos están bien?
    - Sí, Sharon. Todos están bien.
    - ¿Tú estás bien?
    - Sí, estoy bien. Gracias por preguntar.
    - Rick, ¿quieres venir a tomar un trago y conocer a mis amigos?
    - Sí, claro. Gracias.
    - ¡Qué bien! Te abriré la verja.
    - Mucho gusto, ¿no? Jay Sebring.
    - Es un placer.
    - El gusto es mío.