Este álbum es un viaje. No sólo nos transporta a lugares físicos, a paisajes, sino también a todo lo que tenemos guardado dentro de nuestros pensamientos. Es un camino que se debe recorrer desde el dolor para, al final, poder librarnos de él.
Los paisajes que escuchamos (y caminamos) parecen haber estado siempre ahí, esperándonos. Es como si mirásemos por una pequeña ventana a cada pista ya existente, que no parecen tener principio ni final. Recorremos momentáneamente ciertos lugares que parecen estar ahí desde siempre, esperándonos.
Para escuchar este tipo de música primero debemos desnudarnos mentalmente. Quitarnos los prejuicios existentes alrededor de la música ambiental y dejar que cada pista nos lleve a donde está determinado. Créeme, será un viaje que nunca olvidarás.
Hablemos un poco de “Ambient 4: On Land”
Ambient 4: On Land es el último álbum de la tetralogía Ambient que Brian Eno comenzó en 1978 con los álbumes Ambient 1: Music For Airports (1978), Ambient 2: The Plateaux Of Mirror (1980), Ambient 3: Day Of Radiance (1980) y Ambient 4: On Land (1982).
De todos los anteriores, este último Ambient 4 es el más distante y oscuro, incluso pudiendo encuadrarlo dentro de los inicios del dark ambient. Pero, aunque sea un álbum tan oscuro, late intrínseco un romanticismo fundamental para Eno. Fue grabado entre septiembre de 1978 y enero de 1982.
Para la creación de las distintas sonoridades que escuchamos a lo largo del álbum, Brian Eno empleó tanto sintetizadores como instrumentos acústicos e incluso grabaciones que él había hecho de lugares reales, o sonidos extraños que había recolectado durante sus grabaciones anteriores en el estudio.
Son muy interesantes afirmaciones como la siguiente, que el propio Eno hace en el libreto del álbum: “Considero esta música como ambiental: para ser experimentada desde adentro.”
Esta era una idea que el músico llevaba barajando desde años atrás de la creación del On Land. Afirma que, en sus trabajos anteriores, se podía vislumbrar todo lo que quiso plasmar en este álbum, aunque ni él mismo sabía en esos momentos que aquel era el camino que verdaderamente quería recorrer.
Fue en su álbum Another Green World de 1975 cuando comenzó a ser consciente de cuál era la forma que él empleaba, o quería emplear, para ver la música y crearla. En ese Eno comenzó a experimentar con el hecho de dotar a cada canción con un “paisaje” propio, y que fuese ese “paisaje” el que determinara los sucesos a lo largo de la canción, así como el carácter de la misma.
Para Eno, el término “paisaje musical” hace referencia a lugares, tiempos, climas y estados de ánimo que esa música evoca. Además, estos paisajes están llenos de recuerdos para el compositor, siendo obras muy personales.
Fue Another Green World el punto de partida. Después de ese álbum, Eno se interesó cada vez más por la experimentación y creación de ambientes dentro del estudio, jugando con los recursos que tuviese disponibles. Principalmente sentía mucha curiosidad por el empleo de efectos como la distorsión o el juego con los tempos.
Comenta que una de las principales referencias para Ambient 4: On Land fue la película Amarcord de Federico Fellini, imaginándose la banda sonora que le pondría.
Respecto a los instrumentos que encontramos a lo largo del álbum, afirma que para él aquellos sintetizadores de la época, aún un poco jurásicos, le resultaban de utilidad limitada, pues no los sentía como algo orgánico sino como unos sonidos muy esquematizados. Incluso el propio estudio de grabación se convertiría en un instrumento más.
Debido a esto, decidió emplear menos los instrumentos electromecánicos y acústicos. En su lugar, utilizó sorprendentes utensilios para grabar sonoridades como cadenas, palos , sonidos de ranas e insectos y piedras.
Afirma que: “Junto con esta transición hubo un creciente interés en encontrar el sonido como un material completamente plástico y moldeable. Nunca sentí ningún sentido de obligación sobre el realismo.” Es más, para él una referencia visual era el expresionismo abstracto francés.
También explica: “La complejidad de un piano acústico es exactamente lo que hace posible que me siente en el instrumento durante media hora tocando la misma nota, porque no está haciendo el mismo sonido, el mismo ruido, y la evolución del sonido en el tiempo es de gran interés para mi.”
Sin embargo, Eno también trabajó para este álbum con músicos como John Hassell (trompeta), Bill Laswell (bajo), Michael Brook (guitarra) y Daniel Lanois (productor, no de este álbum).
Es muy bonito lo que comenta Eno respecto a cómo eligió los elementos sonoros para las distintas canciones: “La elección de los elementos sonoros en estos lugares surgió menos de escuchar música que de escuchar el mundo de una manera musical.”
Cuenta que cuando estaba en Ghana siempre llevaba con él un micrófono y una grabadora de casette con la intención de grabar música indígena y acentos del habla. Sin embargo, lo que finalmente hizo fue sentarse en un patio todas las noches con el micrófono grabando el ambiente dese todas las direcciones. Para él, el conjunto de sonoridades de aquel lugar se convirtieron en música.
Tras volver de Ghana, Eno explica que Robert Quine le dio una copia del álbum He Loved Him Madly de Miles David. A Eno le pareció revolucionaria la producción que Teo Macero llevó a cabo en ese álbum, encontrando cierta sensación de espacialidad que tanto le gustaba y buscaba. Desde ese momento, aquel álbum se convirtió también en una importante referencia.
Para Eno, la composición de músicas ambientales es equiparable a un pintor que decide extraer la figura humana de un paisaje. Como en música la figura humana sería la voz, Eno elimino todo posible reconocimiento de la misma, así como melodías reconocibles por las personas. Por este motivo sentimos una sensación de vacío, como si algo faltase en la canción.
Su intención, por lo tanto, no era crear una obra musical donde los sonidos tuviesen relación armónica, rítmica o melódica. Su intención era expandir el campo auditivo del oyente, más allá de lo posible incluso. Quería que los sonidos se moviesen de forma orgánica dentro de la canción, que tuviesen vida propia.
Además, Eno ideó una novedosa forma de escucha específica para este álbum. Inicialmente quería lanzarlo en versión cuadrafónica pero, finalmente, decidió no hacerlo porque era consciente de que muy pocas personas, incluso él mismo en ese momento, poseían en sus casas tal sistema de audio.
Frente a esto, Eno empleaba durante muchos años un sistema de altavoces basado en tres escuchas, con dos altavoces a los lados y uno detrás de la persona. Afirma que mediante esta disposición la música se expande por la habitación dando la impresión de un espacio más grande. El propio Eno afirma que este sistema es bastante económico y fácil de instalar, pero muchos oyentes directamente se conformaban con el tradicional sistema de dos altavoces a cada lado.
Fue un álbum muy influyente para todo el género ambient posterior, siendo un ejemplo para los primeros trabajos de artistas como Aphex Twin. También podemos encontrar canciones de este álbum en discos y vídeos como: Mistaken Memories Of Mediaeval Manhattan (Brian Eno), The Khumba Mela (Same As It Ever Was (Albert Falzon), Mythological Lands – Symbols From The Magic Drum (David Bickley), Oceand Of Sound (David Toop) o Shutter Island (Martin Scorssese).
Sin embargo, el disco no se libró de las críticas que, en esa época, fueron las mismas que también se les hizo a los compositores minimalistas. De hecho, la guitarrista y cantante Lydia Lunch afirmó en una ocasión que la ambigüedad emocional que fluía por las canciones de Eno era “opresiva e insípida”.
Con este álbum Eno consiguió traer el paisaje sonoro hasta el primer plano, absorbiéndonos. De hecho, como más tarde veremos en el análisis de canciones, ya no existe ninguna melodía, ningún elemento que parezca ser protagonista. Nos movemos en un mar de sonoridades que, mágicamente, logran transportarnos a diversos lugares.
Lugares que ya existen pero que muchos de los oyentes desconocen. Por ello, este álbum evoca más a la imaginación que al recuerdo. Las canciones nos hacen viajar a escenarios que tal vez no existan pero sí imaginamos. Y, más importante aún, nos hace sentir.
Canciones del álbum
Lizard Point
Este lugar es el extremo más meridional de Inglaterra, muy cerca de Land’s End.
Es genial la apertura de esta canción, con una increíble sensación espacial desde el comienzo.
Encontramos en esta y el resto de canciones, que el ambiente se basa en notas pedales (generalmente graves) sobre las que se mueven las diferentes sonoridades inconexas que van evolucionando a lo largo de la canción. Así, la música parece tener vida propia, como un paisaje que es estático pero con elementos que se mueven sobre él.
Esta canción es realmente oscura, con sonidos inquietantes de sintetizador así como unos potentes graves que, a no ser que los escuches con unos buenos altavoces, no vas a ser capaz de sentir en su totalidad.
Es evidente que cada nueva sonoridad que escuchamos es una exploración que Eno ha hecho con ese sonido. Y, como no podía ser de otro modo, encontramos también mucho juego con los panoramas. Por supuesto no existe el mundo de la tonalidad en este tipo de canciones. Simplemente se trabaja añadiendo capas que tensan o relajan un fondo estable.
The Lost Day
Aunque dura más de nueve minutos, perdemos muy rápido la sensación de temporalidad. Al escuchar la canción realmente sentimos la angustiosa sensación de estar dentro de un lugar oscuro y profundo, rodeados de sonoridades amenazantes. La trompeta es el factor que más contribuye a la tensión de la obra, sobre un grave constante que pocas veces cambia de notas y mantiene todo el edificio sonoro.
Explora sonoridades naturales pasadas por mucho eco y ecualizaciones. Estas sonoridades se mueven también sobre una base, creando eventos de tensión o distensión momentáneos que aparecen y desaparecen en oleadas, como el dolor.
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A lo largo de la canción escuchamos sonidos de grillos que, junto con la ambientación oscura, nos transporta a un lugar en plena noche. También se aprecian como pequeñas campanitas que chocan al movimiento de un leve viento.
Aunque hablamos de música ambiental, debemos tener la capacidad de abstraernos en ella para poder comprenderla y disfrutarla. Tenerla simplemente de fondo no será suficiente ni útil.
Tal Coat
Hace referencia a Pierre Louis Jacob (1905 – 1985) quien también era conocido como Pierre Tal-Coat, defensor del expresionismo abstracto francés. A este respecto, Eno comenta que este álbum:
“Fue un intento de transponer a la música algo que se pueda hacer en la pintura: crear un ambiente figurativo. A principios del siglo XX, la ambición de los grandes pintores era hacer pinturas que fueran como la música, que entonces se consideraba como el arte más noble porque era abstracto, no figurativo.”
Al inicio de la canción escuchamos sonoridades que nos remiten al burbujeo del agua. Este comienzo contiene notables sonidos sintetizados que poco a poco se nos muestran más al frente. Sin embargo, en este caso son los rápidos movimientos de sintetizador los que actúan como base, moviéndose sobre ellos notas largas de otras sonoridades, así como el bajo.
Aunque hay un movimiento continuo, la ausencia de armonía y melodía nos hace sentir estaticidad. Sentimos que la obra, en todo su desarrollo sonoro, realmente está quieta, inmóvil.
Juega mucho con el ruido, introduciendo en momentos concretos ruido blanco.
El fragmento de piano añade belleza y delicadeza a la canción, aumentando después de esta parte la intensidad de los sintetizadores.
Shadow
Inicia con sonoridades agudas y ruidos que nos recuerdan al viento.
Es una canción curiosa porque emplea la voz como un recurso más, como algo con lo que experimentar. De hecho, está tratada de tal forma que parece un instrumento de viento hindú, así como su melodía. El aire que le da a la voz la convierte en una sonoridad metálica.
El sonido de los grillos vuelve a aparecer.
Apreciamos la combinación de varios instrumentos de viento orientales, que tocan acordes disonantes. También encontramos la trompeta de John Hassell cargada de efectos.
Lantern Marsh
Este es un lugar en East Angalia donde Eno creció. El compositor comenta: “Mi experiencia no deriva de haberlo visitado (aunque casi seguro que lo hice) sino de haberlo visto posteriormente en un mapa e imaginar dónde y qué podía ser.”
Lantern Marsh es un lugar situado a pocos kilómetros de East Angalia, donde Eno creció. Sin embargo, no tiene recuerdos de este lugar pese a haberlo visitado de pequeño. Las sensaciones y sentimientos que emplea para recrearlo musicalmente se basan en mapas que Eno había consultado y cómo él se imaginaba dicho lugar.
De nuevo encontramos un bajo pedal que soporta toda la estructura y que es bastante grave y profundo. Estas profundidades se agrandan cuando escuchamos sonidos que nos recuerdan al canto de las ballenas.
En contraposición, escuchamos también las sonoridades de campanas agudas rozándose con el viento. Otros sonidos más agudos se van abriendo paso en la canción, como si fuesen susurros, prácticamente estáticos. Nos conducen a las profundidades del mar, al abismo subacuático donde sonoridades metálicas navegan de un lado a otro junto con oleadas de sonoridades que vienen y se van, de un lado a otro.
Unfamiliar Wind (Leeks Hills)
Al comienzo escuchamos graznidos de gaviotas junto con un ruido constante y repetitivo. En la base seguimos teniendo notas pedales tratadas acústicamente. Parece que acabamos de salir de las profundidades acuáticas de la canción anterior para observar ahora el vuelo de los pájaros desde un acantilado.
Encontramos también una especie de coro que actúa como base acústica pero que, a veces, también se sitúa al frente de la canción.
Aparecen sonoridades de pisadas, de alguien caminando sobre un terreno arenoso. Aunque también podrían ser olas o viento. Es todo muy subjetivo.
Sin duda, podemos sentir que nos transportamos a este lugar. Podemos sentir cómo nos evadimos de nuestra realidad incluso con los ojos abiertos.
A Cleaning
Podríamos decir que, efectivamente, es la canción más “clara” del disco. Es un título revelador, como si Eno quisiera purificarnos de todo lo que hemos escuchado anteriormente. De toda esa oscuridad y agonía que ya hemos dejado atrás.
Empieza con una sonoridad grave que se va transformando hacia el agudo. De fondo, un ruido blanco parece representar el de una cascada. Escuchamos también pájaros y todo este conjunto nos conduce a un escenario de selva tropical.
De pronto resaltan unas notas pedales sintetizadas. Notas claras y agudas. Ya no hay dolor en esta canción. Es relajante y estática, como un amanecer en la selva tropical. De hecho, el bajo potente junto con el resto de notas parece representar precisamente al sol naciente.
Dunwich Beach, Autum, 1960
Es un importante puerto marino de Dunwich, Gran Bretaña, donde el mar lleva erosionando la tierra durante más de trescientos años.
Al escuchar la canción, parece invadirnos una gran sensación de luto. Los paisajes sonoros se llenan de una gran oscuridad y tensión. Aunque al principio puede parecernos todo muy estático, vemos una evolución, como si algo estuviese a punto de revelarse.
Vuelven los grillos y, con ellos, la sensación de noche. También aparece algo que podría ser una melodía, aportando movimiento al espacio. Y, por supuesto, seguimos en ausencia de una armonía.
El piano toca una melodía triste pero atractiva. Es miserable, pero bonito al mismo tiempo.
Sin duda este disco bien podría ser el proceso de una catarsis. Tras limpiarnos de todo lo malo, ya podemos acceder a esta última canción completamente espiritual, traslúcida, en comparación con las primeras del álbum. Ya no hay dolor ni nos afecta ninguna sonoridad.
Escuchamos también lo que parece una percusión metálica movida por el viento. Todo es igual, estático, y las notas caen como gotas de agua. En general, las sonoridades están tratadas en gran medida, con mucho eco y reverb.
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Esperamos que te haya gustado este álbum tan personal de Brian Eno y todas sus curiosidades, así como el proceso de creación.
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