Olga Kurylenko (Berdyansk, Ucrania, 1979) tiene bien claro su objetivo: romper moldes y triunfar. Algo que trasluce incluso en la manera en que describe a su personaje en 007 Quantum of Solace: Camille no es la típica chica Bond. No va en busca de un novio, sino de venganza. Si un hombre no le es útil, no duda en tirarlo a la basura. Un perfil a años luz de las pasivas caras bonitas (y cuerpos de miedo) de muchas de sus predecesoras. Camille es una versión femenina de Bond, sentencia.

SUEÑOS DE SEDUCTORA
Poco podía imaginar Olga Kurylenko que, a punto de cumplir 29 años (el 14 de noviembre), sería la última gran promesa del Este. Criada por su abuela en un estrecho pisito en Berdyansk, un anónimo centro turístico ucraniano repleto de balnearios de aguas termales y baños de fango en la costa del Mar de Azov, la pequeña Olga creció totalmente al margen del universo 007. Solo veía culebrones mexicanos, afirma entre risas el último diamante en bruto de la franquicia Bond. El resto de la historia es un cuento de hadas en toda regla: descubierta a los 13 años por un ojeador de modelos en un viaje a Moscú con su madre; asentada como modelo en París a los 17; y a salto al cine a los 26. Tras encadenar un par de producciones poco afortunadas, resume su paso porHitman (Xavier Gens, 2007) con un resignado de todo se aprende; el de Camille en 007 Quantum of Solace es el papel de su vida.

EN CUERPO Y ALMA
Y a Camille le ha entregado su alma y, sobretodo, su cuerpo. En 007 Quantum of Solace, Kurylenko tiene que disparar, pelear cuchillo en mano, conducir lanchas a toda velocidad y saltar desde altísimos balcones, entre otras piruetas y malabarismos de alto riesgo. Perfil que la obligó a prepararse a conciencia. Fue un mes terrible, con cuatro horas diarias de entrenamiento cuerpo a cuerpo y dos más de físico. Todo por hacer creíble al personaje. Mi objetivo era rodar el máximo de escenas posibles sin recurrir a dobles. Cuando te ataca el miedo, tienes que tirar de adrenalina. Poco a poco vas ganando confianza y en el fondo sabes que estás en buenas manos... Pero hubo cosas que, aunque quería, no me dejaron hacer.

FELIZ NAVIDAD
Antes de los tumbos y los mamporros, Kurilenko tuvo que superar un casting que duró más de dos meses. Empezamos en octubre y, después de tres castings, todo terminó felizmente la Nochebuena de 2007, cuando me comunicaron que el papel era mío. ¡Fue el mejor regalo de Navidad que podía imaginar! Se dice que Daniel Craig, al saber que sería Bond, lo primero que hizo fue comprarse una botella de vodka. Kurylenko solo confiesa que se puso a gritar y saltar como una posesa. Era el principio de un largo camino que culminaría en la creación de Camille, la más combativa de las últimas chicas Bond. Mientras preparaba el personaje junto a Daniel y Marc Forster, llegamos a la conclusión que Camille debía ser una suerte de espejo en el que Bond pudiera verse a sí mismo, explica la actriz. Es una mujer con un gran poderío mental y físico y no le tiene miedo a nada.

APRENDER, OLVIDAR…
En un trueque de nacionalidades, la ucraniana da vida en 007 Quantum of Solace a una misteriosa belleza sudamericana que busca vengarse de los asesinos de su familia. El tópico reza que debería ser fría y distante, pero mi carácter es muy mediterráneo, dice. En el film se supone que soy boliviana y, claro, tuve que aprender castellano. Por suerte Camille se ha pasado la vida viajando y hablando mucho inglés, y ha perdido el acento local, se excusa la actriz, como pidiendo perdón por adelantado al público hispanohablante. Entrené dos acentos, uno muy boliviano y otro más internacional. Hicimos una prueba y Marc se quedó con el suave. Mientras aprendía castellano Kurylenko tuvo que olvidar sus conocimientos de ballet, aprendidos en la infancia. Los especialistas siempre me decían: ¡Oye, que esto no es ballet… tienes que ser más brusca! Dejando atrás la sinuosidad y elegancia de la danza, la actriz perfeccionó movimientos más rápidos y abruptos. Trabajé contra mis instintos de bailarina.

… ¿Y BESAR?
Uno de los secretos mejor guardados de 007 Quantum of Solace es hasta dónde llega la relación entre Bond y Camille. Los rumores apuntan a la cancelación del beso de rigor entre el agente secreto y su chica. Kurylenko contesta con una sonrisa enigmática y un poco concreto no hay historia sin romance. ¿Qué puedo decir? Hay mucho feeling entre ambos. Por su parte, Daniel Craig, menos cohibido por las cláusulas de confidencialidad, es un poco más explícito: La relación entre Camille y Bond tiene un componente salvaje, abrasivo, duro. Es una tensión que le va muy bien a la película.

REGRESO AL FUTURO

Después de estar más de un año en las manos del imperio Bond (tres meses de casting, uno de preparación, seis de rodaje y otros tantos de promoción), llega la hora de pensar en el futuro. Kurylenko, lúcida y ambiciosa, tiene dos cosas claras. La primera, un rodaje: Kirot, una película de Danny Lerner que rodaré próximamente en Israel. Más acción y sed de venganza. La segunda, una decisión firme: no volver a desfilar por las pasarelas. Ahora ya no tengo tiempo para seguir mi carrera como modelo. El objetivo es concentrar todas mis energías en crecer como actriz.