Dice Nora Mork (Oslo, 1991) que naci� con dos bombas de relojer�a, una en cada rodilla. Hija de jugadores, sobrina de jugadores, hermana gemela de jugadora, su destino ten�a dos estaciones y ella siempre lo supo. Primera parada, la cima del balonmano, un Mundial, tres Europeos, cuatro Champions. Segunda parada, el quir�fano. Todos sus familiares excepto su madre Tirill -que fue su entrenadora de infancia-, ya se hab�an roto alg�n ligamento cuando le toc� a ella en febrero de 2018 por lo que el dolor fue el esperado. No hubo sorpresas. Pero no contemplaba lo que ocurri� despu�s. Pero no imaginaba lo que ocurri� antes.
Mork es, por resumir, es la mejor jugadora de los �ltimos seis o siete a�os. Dos equipos dominaron ese periodo, Noruega y el Gyori h�ngaro, y ella fue su referente.
Quien no la conozca s�lo necesita ver su �ltimo 'highlight'. El s�bado, ante Croacia, empieza el partido, recibe el primer bal�n en el lateral, realiza una finta de pase que se cree hasta el c�mara y cuando el plano regresa a ella, ya celebra el gol. En el Europeo lleva la barbaridad de 35 tantos en cinco partidos, m�xima goleadora con diferencia -la segunda es Carmen Mart�n-, y su selecci�n es de momento la �nica clasificada para semifinales. Le esperan el t�tulo y el MVP. Y si acaba abrazada a ambos trofeos no habr� nadie en el balonmano que no lo celebre. Por sus rodillas y por lo otro. Quiz� m�s incluso por lo otro.
De lo que le ha hecho sufrir su gen�tica habla un dato: ha sido operada nueve veces de las rodillas. En febrero de 2018, el cruzado anterior de la rodilla derecha; en octubre de 2018, el menisco derecho; y en abril de 2019, el cruzado anterior de la rodilla izquierda. Infecciones, reconstrucciones... pens� en retirarse, claro, como hizo su hermana gemela Thea por lo mismo. Pero continu� porque le queda un objetivo, el oro ol�mpico, ese que se le escap� en los Juegos de R�o 2016 -bronce-, y porque ya llevaba un tiempo trabajando sus miedos con un psic�logo. En concreto, desde septiembre de 2017.
�Ahora lo enfoco todo desde la alegr�a. Jugar a balonmano es el mejor trabajo del mundo. En un d�a malo pierdo un partido. Vale, no pasa nada. Me divierto, lo aprecio todo, pienso en quienes querr�an estar en mi lugar�, comentaba Mork al portal Lead en una entrevista reciente, despu�s de la verg�enza, de la depresi�n, en cierta manera despu�s del desencanto.
Porque hasta aquel septiembre Mork sent�a que todo estaba en orden, que era querida y respetada. Hab�a ganado el Mundial y el Europeo, debutado con la selecci�n absoluta a los 19 a�os, ya ten�a un palmar�s extenso y, entre otras cosas, era la primera jugadora patrocinada por Red Bull. En un pa�s como Noruega, para�so de la igualdad, gozaba de un reconocimiento considerable. Pero entonces se le apareci� un monstruo enorme, bruto, voraz: las redes sociales.
Y Mork descubri� que la crueldad. Un veintea�ero le hacke� el m�vil, otros -algunos de ellos jugadores internacionales- compartieron fotograf�as suyas desnuda y acab� juzgada en la plaza virtual. Cay� en depresi�n. �C�mo entender la actitud de esa gente que la quer�a, de ese pa�s que la quer�a? Se encerr� en casa y no confirm� su presencia en el Mundial del 2017 hasta el �ltimo d�a. Al final fue, jug� como los �ngeles, se llev� la plata y disfrut� de sus �ltimos partidos hasta estos d�as. Luego lleg� la tortura de las rodillas. Pero ella ya lo esperaba. Pero ella ya estaba preparada.
Conforme a los criterios de