Missing (2023), de Nicholas D. Johnson

June, que acaba de cumplir los 18 años, ha sido criada por su madre Grace, el padre murió siendo ella una niña, le quedan vagos recuerdos y una breve grabación en vídeo. Por ello le duele que la madre se vaya con su novio Kevin de vacaciones a Cartagena, en Colombia, de modo que pasará sola el día del padre, y organizar una fiesta con sus amigos no es suficiente consuelo. El día que la pareja debe regresar, no aparecen en el aeropuerto, en realidad no han subido al avión que debía llevarles de vuelta. La policía es avisada, pero June, nativa digital y mañosa usuaria de todas las herramientas tecnológicas que cabe imaginar, busca averiguar por su cuenta lo ocurrido, las autoridades se muestran excesivamente lentas.

Película dirigida por Nicholas D. Johnson y Will Merrick, en cuyo guión han intervenido Sev Ohanian y Aneesh Chaganty, responsables de la original cinta Searching. Está cortada por el mismo patrón –trama policíaca intrigante con algunas sorpresas, y el uso de las pantallas para conducir la narración–, casi dan ganas de decir que ha nacido un nuevo subgénero, el del thriller tecnológico, aunque cabe decir que se riza el rizo, en un más difícil todavía, y donde los espectadores de más edad o menos conocedores de determinadas herramientas, pueden despistarse en algún momento. En fin, se recurre al teléfono, las videollamadas, los asistentes de voz, la geolocalización, las redes sociales, el servicio de mensajería, las compras por internet, las cámaras en directo en lugares públicos, las cámaras de seguridad de las viviendas, etc, etc, y vemos a June manejándolas a ritmo vertiginoso, aunque alguna vez debe pararse a reflexionar, por ejemplo cuando toca adivinar el password para acceder a alguna aplicación. La joven Storm Reid funciona bien en su rol protagonista.

Quizá se ha perdido el factor “novedad”, pero la trama atrapa, y sabe conjugar la trepidación que compartimos con la protagonista, con el factor humano, que surge sobre todo por el personaje de Javier, interpretado por Joaquim de Almeida, mensajero y realizador de chapuzas a domicilio, padre de un joven que vive en Cartagena, que tiene la capacidad de empatizar con quien requiere su ayuda. Hay más personajes, la amiga de su edad Veena, y la abogada Heather.

A la hora de dar explicaciones de lo ocurrido se juega con temas en los que existe alta sensibilidad social, y sin ser más concretos sí diremos que al final, las mujeres son más sensibles y responsables, mientras que entre los varones asoma con frecuencia la agresividad y la frustración. Quizá el desenlace no está del todo logrado en la justificación de todo lo que hemos visto, pero sí es ingenioso en la solución tecnológica final.