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"Nunca iba a hacer otra película de terror porque ya hice la mejor", dice. "¿Por qué iba a bajar de categoría?". Neve Campbell, en una entrevista para ELLE Estados Unidos, confiesa que, cuando filmó la primera película de la franquicia de 'Scream', fue tal éxito que solamente recibía guiones de películas de miedo.
'Scream: Vigila quién llama' no fue su primer largometraje, pero sí le dio el espaldarazo definitivo en un año, 1996, en el que también había estrenado otro clásico, 'Jóvenes y brujas'. Parecía condenada a ser una de las grandes reinas de las películas de misterio y suspense y uno de los iconos de estilo y cine de los 90. La condena se cumplió.
Y por mucho que ella quiera escapar de lo que pareció convertirse en una pesadilla, está de vuelta más de 25 años después con el estreno de 'Scream', la quinta parte de la saga, en la que se vuelve a reunir el trío original de actores: Courteney Cox, David Arquette y la protagonista, Neve Campbell.
Campbell nació el 3 de octubre de 1973 en Guelph, Ontario (Canadá), hija de Marnie, una psicóloga, profesora de yoga y educadora del VIH nacida en Ámsterdam y de Gerry, un británico que emigró a Canadá desde Glasgow y que daba clases de teatro en un instituto de Ontario. Su nombre es el apellido de soltera de su madre, utilizado por primera vez por sus antepasados, judíos sefardíes que emigraron a los Países Bajos.
Ambos se separaron cuando Neve tenía dos años. La actriz tiene tres hermanos, Damian, Alex y Christian; estos dos últimos son también actores. La vena artística no solo procede del padre, sino también de los abuelos. Sus abuelos maternos dirigían una empresa de teatro en Holanda, mientras que los paternos también fueron actores.
Sin embargo, nuestra protagonista no se decantó en primer lugar por la interpretación, sino por la danza, para la que tenía un evidente talento. Se matriculó primero en la Erinvale School of Dance para estudiar ballet, lo que decidió a los 6 años, y a los 9 años ingresó en la Escuela Nacional de Ballet de Canadá, donde representó, entre otros bailes, 'La Bella Durmiente' y 'El Cascanueces'.
"Sólo bailaba, bailaba y bailaba; era muy disciplinada y estaba un poco aislada", recuerda de aquella época. A los 14 años, una crisis nerviosa le provocó la pérdida total del cabello, que solo recuperó en su totalidad con acupuntura intensiva.
Un año después, y tras sufrir muchas lesiones relacionadas con la danza (le extirparon un juanete del dedo gordo del pie y sus articulaciones estaban prácticamente desgastadas), decidió dedicarse a la interpretación, tras lo cual fue corista en el musical "El fantasma de la ópera" en el teatro Pantages (Toronto) mientras asistía a la escuela secundaria. Allí conoció a Jeff Colt, camarero del teatro, con el que se casaría en 1995 en la catedral inglesa de Westminster, pero se divorció tres años después.
Enamorada del guión de 'Scream'
Al principio se ganó la vida trabajando para campañas de publicidad, llevándose algún que otro chasco como aquella ocasión en la que posó en traje de baño para lo que creía que era un catálogo pero luego apareció en una enorme valla en Toronto. Después de que la rechazaran en la serie 'Los vigilantes de la playa' porque era demasiado pálida, consiguió su primer papel en televisión en 1992 con la serie 'Catwalk', pero fue otra serie, 'Cinco en familia', la que le lanzó al estrellato. Dio vida a la quinceañera Julia, una joven de fuerte personalidad, durante seis temporadas (1994-2000).
En 1996 llegaría su primer gran papel en el cine, el de la víctima inocente Sidney Prescott en 'Scream: Vigila quién llama', la cinta que redefinió el género de slasher (aquellas películas de terror en la que un psicópata bien armado va asesinando adolescente tras adolescente).
Campbell quedó fascinada por el guion, obra de Kevin Williamson (que luego fue el creador de 'Dawson's Creek)' y por la propuesta de cómo Wes Craven iba a plantear los sustos. Se sorprende al recordar el impacto del papel entre el público: "La gente se acerca y me dice: 'Sidney Prescott me cambió la vida. Me hizo sentir más segura de mí misma. Me hizo ser menos víctima. Me hizo pasar a la acción'".
Tenía tan solo 22 años cuando se embarcó en el rodaje de la que ha sido hasta 2018 la película de terror más taquillera. Un año después ya era conocida en todo el planeta, había presentado 'Saturday Night Live' y había salido en la portada del 'Rolling Stone': "Esa altura de la fama no era algo que una joven de 22 años supiera manejar", explica en la mencionada entrevista.
Su pelea con Ghostface se repetiría en otras tres ocasiones dirigida por Craven; 'Scream 2' (1997), ' Scream 3' (2000) y 'Scream 4' (2011). Pero ante lo que pueda parecer, no es amante de las películas de terror porque asegura que le dan mucho miedo. ¿Su favorita? Otro enorme clásico, 'El resplandor', de Stanley Kubrick.
Comenzaron a llegar muchos guiones a su buzón, pero el tremendo ritmo de trabajo (filmaba entre 15 y 16 horas diarias nueve meses al año) de 'Cinco en familia' le impedía dedicarse plenamente a su carrera cinematográfica. De hecho, por problemas de agenda tuvo que rechazar un papel en Armageddon (1998). Aún así, rodó títulos como otra recordada película de misterio de la década, 'Juegos Salvajes' (1998), con Denise Richards, y la comedia romántica 'Tango para tres', con Matthew Perry.
En 2000 anunció que dejaría 'Cinco en familia' para concentrarse en el cine. En apenas cuatro años se había convertido en uno de los rostros más conocidos de la pequeña y la gran pantalla. Sobrepasada por su experiencia, en 2003 decidió abandonar Hollywood y marcharse a Gran Bretaña, donde vivió durante siete años y conoció una experiencia de la interpretación completamente distinta.
Fue a través del teatro: "Aprendí mucho de mí misma y del oficio", dice. "Me sumergí de una manera diferente que es realmente difícil de hacer en Estados Unidos". No dejó el cine por completo, filmando en esa primera década del siglo XXI películas como 'The Company' (donde dio vida a una bailarina), 'El enemigo está dentro' o 'Cerrando el círculo'.
Una nueva oportunidad
Amante de los animales, con un sentido del humor muy negro y con un truco de belleza infalible (para mantener el rostro delgado, hay que sumergir la cara en agua helada, con cubitos de hielo, tres veces durante seis segundos cada una... pero recuerda que después duele la cara), consiguió volver a la televisión por la puerta grande. Logró una aparición como invitada en 'Mad Men' y un papel en 'House of Cards'.
Compartió cartel con Dwayne Johnson en 2018 en el blockbuster 'El rascacielos' y en 2020 consiguió el papel protagonista del drama 'Clouds', un original de Disney+ en el que da vida a una madre de un adolescente diagnosticado con un cáncer de huesos. Ha llegado a una edad en la que ya le ofrecen papeles de madre y no de joven, reconoce divertida; de hecho, en el nuevo Scream, Sidney Prescott es madre y esto la obliga a elevar el nivel de supervivencia: "Como madre, la idea de que algo amenace a sus hijos será terrible para ella".
Wes Craven había fallecido en 2015 y, sin la presencia del director que conocía la franquicia, le costó plantearse volver a interpretar a Sidney Prescott. Pero los directores de la nueva película, Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillett, autores de otra película de 'Slasher' titulada 'Ready or Not', la convencieron por carta, explicándoles qué pensaban hacer con su personaje.
En la entrevista de ELLE USA reconoce que fueron necesarias muchas horas de negociación para llegar a un acuerdo económico. Explica que cuando era joven le decían que no podía pedir dinero: "Me pregunto si hubiera sido un hombre trabajando en la quinta película de esta franquicia, si hubiera sido la misma conversación en mi negociación. Al final lo conseguimos, pero siento que habría sido diferente si yo fuera un hombre. Sinceramente, lo siento".
