No debería sorprendernos: Darren Aronofsky siempre nos ha puesto las cosas muy difíciles, desde el viaje existencialista de 'La fuente de la vida' (2006) hasta el retrato íntimo de la autoexigencia en 'Cisne negro' (2010), pasando por su viaje psicotrópico de crítica social en 'Réquiem por un sueño' (2000) o su odisea bíblica en 'Noé' (2014). Este director neoyorquino se ha convertido en uno de los directores contemporáneos más interesantes, pero también más complejos. ¿Es un pedante o un genio? ¿Sus películas son obras maestras o productos de los aires de grandeza de un director megalómano?

Viendo 'madre!', cuesta responder a estas preguntas. Amado y odiado a partes iguales en cada uno de sus estrenos, Aronofsky no ha perdido la oportunidad para seguir haciendo lo que de verdad le gusta: dejarnos con la boca abierta. Si eso es para bien o para mal, cada uno debe decidirlo por sí mismo. La cuestión aquí es entender -en la medida de lo posible- los mensajes que oculta su nueva película. Adentrarnos en la oscuridad de la casa habitada por Jennifer Lawrence y Javier Bardem, y descubrir qué es lo que quiere contarnos el director. Porque la película puede prestarse a muchas lecturas, pero si hay algo que tiene es mensaje. Y uno muy gordo.

[¿Hace falta que apunte que, a partir de aquí, el artículo está indecentemente plagado de SPOILERS?]

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RESONANCIAS BÍBLICAS

La lectura más clara de esta película pasa a través de la Biblia. Concretamente, de su primer capítulo: el Génesis, donde todo comenzó. Y es que 'madre!' es una crónica alegórica de los inicios de de la humanidad, que poco a poco va cogiendo carrerilla para hablarnos de forma angustiante de lo que esa humanidad ha conseguido con su irresponsabilidad. Pero no nos adelantemos. Comencemos por los personajes principales, claras representaciones de figuras bíblicas:.

- Javier Bardem es Dios. Es un hombre que quiere ser escuchado, seguido y admirado. Le obsesiona. En el fondo, es un egoísta, sólo le importa lo que la gente piense de él y el amor que le profesan nunca es suficiente. Lo especial para él no es la Madre Tierra -y se nota en cómo la ignora y menosprecia-, sino las personas que él ha creado y ha puesto en ella. Por eso no se asusta por la gente que entra, porque él creó la Tierra para que los humanos vivieran en ella... Aunque hace la vista gorda cuando la destrozan. En realidad, ¿qué valor tiene esta existencia concreta si puede construirla una y otra vez?

- Jennifer Lawrence es la Madre Naturaleza. La casa es una especie de alter ego de ella misma, representando el planeta Tierra. Son un mismo ser, y por eso ella escucha un corazón que late cuando pone la oreja en la pared. Por eso ve un rastro de sangre que atraviesa el suelo: es ella misma sangrando. Quiere estar sola y tranquila en su inmensidad, arropada por el amor de su creador, pero no necesita a la humanidad para nada. Pero la humanidad sí la necesita a ella. El problema es que no la respeta, y aquí es donde se infiltran los mensajes ecológicos y políticos de los que hablaremos más tarde.

- Michelle Pfeiffer y Ed Harris son Adán y Eva. Los primeros en entrar en la casa: primero él, después ella. Él está encantado con estar en los dominios de su creador; ella es un ser manipulador que acabará por tocar aquello que se les prohibió (en la película, el cristal de Bardem; en el Génesis, la manzana prohibida del árbol sagrado). Cuando su historia entra en acción es cuando se ven más claramente las referencias bíblicas.

- Los hermanos Gleeson son Caín y Abel. Durante el transcurso de la historia, aparecen dos hermanos que discuten por un asunto económico, que a fin de cuentas trata sobre los celos de uno hacia otro por la atención o preferencia parental. Los celos de Caín acaban matando a Abel en la Biblia, del mismo modo que el personaje de Domhnall Gleeson acaba asesinando a su hermano en la ficción -y en la vida real- Brian Gleeson.

Hasta ahí pueden leerse los personajes más reconocibles, a los que sigue una masa de gente que representan los creyentes o, en última instancia, la humanidad en su conjunto. Y las connotaciones bíblicas no están sólo en las personas. Ese terrible momento en el que el hijo de Lawrence y Bardem es devorado por la multitud puede ser una metáfora de lo que ocurre cada domingo en la iglesia: comer el cuerpo y beber la sangre de Jesús. Con estas pinceladas de referentes, Aronofsky dota al relato de una base identificable (aunque quizás cueste pillarlo todo a primera vista), para ir tejiendo una crítica durísima a nuestra existencia.

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¿QUÉ ESTAMOS HACIENDO CON EL PLANETA?

Tras exponer todas estas similitudes con la Biblia, el tercer acto de la película se centra en otra cosa diferente: los efectos que la humanidad tiene sobre el planeta (representado aquí, como veíamos antes, por la casa y Jennifer Lawrence). El comportamiento de la humanidad se expone como algo violento, irrespetuoso y anárquico, dejando entrever el verdadero mensaje final de 'madre!': estamos destruyendo al planeta con nuestro egoísmo y despreocupación. Hemos destruido la paz de la Tierra y hemos hecho sangrar las paredes del hogar de la Madre Naturaleza, porque no hemos sido capaces de entender que no somos nada sin ella. Sólo cenizas.

Hay una larga serie de escenas, previas al nacimiento del Mesías, en las que Lawrence huye despavorida del horror que se ha formado en las habitaciones de su hogar: peleas, manifestaciones violentas, fanatismo religioso, guerras... El director reúne en ese lapso de tiempo -el más angustioso de toda la película- todos los males que la humanidad ha perpetrado en sus numerosos siglos de existencia. La religión es un eje central de todos esos males: nos habla de personas que están desesperadas por seguir a un Dios, por adorarlo, pero cuando llega la hora de proteger sus creaciones no mueven ni un sólo dedo. De hecho, Aronofsky tiene un guiño malévolo incluso para los que, de vez en cuando, intentan hacer algo: esa escena en la que un grupo de visitantes pinta las paredes de la casa. Entre todo el caos, esa acción se antoja insignificante, como cuando creemos que la destrucción del planeta se detendrá por saber que los tetrabricks van en el contenedor del plástico. El mal ya está hecho y no hay vuelta atrás, parece decir 'madre!'. La Madre Tierra nos entregó su corazón -como muestra uno de los pósters promocionales de la película- y nosotros lo lanzamos a la basura.

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EL SER CREATIVO Y EL SER FEMINISTA

Abandonemos un momento las evidentes referencias religiosas y los mensajes de preservación del medio ambiente. Que no es poco ya de por sí. 'madre!' es también la historia de un artista frustrado y su inconmensurable ego. El personaje de Javier Bardem podría haber sido cualquier cosa, pero ha resultado ser un artista, un escritor, que sufre continuos bloqueos creativos y que utiliza su entorno de forma desagradable para obtener su inspiración. Igual que los seres humanos, esa representación de Dios también es un ser inseguro que desea ser amado a toda costa. Cuando, al final de la película, sostiene en sus brazos el cuerpo quemado de Lawrence, confiesa que está y siempre estará insatisfecho. Nunca nada será suficiente, y por eso tiene que crear y crear hasta que sus creaciones se agoten.

Sin embargo, durante su visita al Festival de Venecia, la propia Jennifer Lawrence afirmó que, para ella, esta película habla de la fama y los falsos ídolos. No sólo se refería a los que han motivado la creación de religiones y sectas alrededor del mundo, de las escrituras sagradas que siguen leyéndose una y otra vez, sino también de nuestra contemporaneidad: de las 'celebrities' y sus millones de seguidores. La creación del fandom. Visto así, el film podría ser también una alegoría de las redes sociales: la radicalización, la violencia verbal y las faltas de respeto en nombre de nuestras propias creencias estrechas de miras. El triunfo de la individualidad y, en consecuencia, del egoísmo por todo lo que nos rodea, aunado en grandes masas irreconocibles de gentes que se esconden tras un perfil falso en Twitter. También esa multitud que asalta la casa de la pareja evidencia que no son merecedores de privacidad, es la constatación de que, en la era de internet, no existe vida íntima donde un caradura no pueda entrar. Pero, como podéis ver, todo esto sólo son conjeturas, ideas que salen despedidas de las impactantes imágenes de la película.

En aquella entrevista veneciana, JLaw también dejó un último hilo para el debate: ¿es 'madre!' una película feminista?

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"Para mí, esto es increíblemente feminista de la misma forma en que estas novelas victorianas y patriarcales muestran a esos esposos amorosos y sorprendentes que están llevando muy lenta y delicadamente la dignidad de sus esposas. Para ser una película feminista, no tenemos que ser mujeres agresivas. Antes de que supiéramos lo que era el feminismo, la gente estaba escribiendo estas novelas que mostraban que la fuerza de las mujeres se desprendía de ellas mismas".

Sea o no feminista, 'madre!' ha conseguido dividir a público y crítica. Habiendo analizado todo lo que parece desprenderse de su historia, hemos de volver a preguntarnos: ¿es una obra maestra o puro humo intelectualoide? ¿Son sus metáforas bíblicas evidentes y prosaicas, o una manera genial de criticar al mismo tiempo las religiones y los efectos de la humanidad sobre el planeta? Solo el tiempo dirá si esta película será relevante. Como poco, está consiguiendo avivar un debate que, en estos tiempos que corren, no nos viene nada mal.

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Mireia Mullor

Mireia es experta en cine y series en la revista FOTOGRAMAS, donde escribe sobre todo tipo de estrenos de películas y series de Netflix, HBO Max y más. Su ídolo es Agnès Varda y le apasiona el cine de autor, pero también está al día de todas las noticias de Marvel, Disney, Star Wars y otras franquicias, y tiene debilidad por el anime japonés; un perfil polifacético que también ha demostrado en cabeceras como ESQUIRE y ELLE.

En sus siete años en FOTOGRAMAS ha conseguido hacerse un hueco como redactora y especialista SEO en la web, y también colabora y forma parte del cuadro crítico de la edición impresa. Ha tenido la oportunidad de entrevistar a estrellas de la talla de Ryan Gosling, Jake Gyllenhaal, Zendaya y Kristen Stewart (aunque la que más ilusión le hizo sigue siendo Jane Campion), cubrir grandes eventos como los Oscars y asistir a festivales como los de San Sebastián, Londres, Sevilla y Venecia (en el que ha ejercido de jurado FIPRESCI). Además, ha participado en campañas de contenidos patrocinados con el equipo de Hearst Magazines España, y tiene cierta experiencia en departamentos de comunicación y como programadora a través del Kingston International Film Festival de Londres.

Mireia es graduada en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y empezó su carrera como periodista cinematográfica en medios online como la revista Insertos y Cine Divergente, entre otros. En 2023 se publica su primer libro, 'Biblioteca Studio Ghibli: Nicky, la aprendiz de bruja' (Editorial Héroes de Papel), un ensayo en profundidad sobre la película de Hayao Miyazaki de 1989.