En la cuarta planta del Hospital Vithas de Gasteiz está la Unidad de Cirugía Artroscópica (UCA) que fundó en 1995. Acaba de salir de quirófano y Mikel Sánchez nos recibe cordialmente entre prótesis de pies e implantes de rodillas. Curioso y amante de la naturaleza, el afamado traumatólogo de los deportistas de élite ha dejado de ser aquel niño que auscultaba insectos y pequeños roedores en el caserío familiar de Gopegi, para convertirse en el primer cirujano del mundo en comprender el potencial terapéutico del plasma rico en factores de crecimiento en el campo de la traumatología y del aparato locomotor.

A la larga lista de premios suma ahora el de Fundación Sabino Arana. Satisfecho, supongo.

Me hace mucha ilusión, la verdad porque es un premio de casa y que se lo den a una persona de casa, pues se sale un poco de la norma.

Experto en medicina regenerativa, prótesis de rodilla, hombro, artroscopia de tobillo, factores de crecimiento y cirugía de rodilla. Y ahora, inmerso en las prótesis con impresión 3D. Casi nada.

—Siempre me ha tocado estar en la punta de lanza de las novedades y, ahora, en la cirugía de prótesis de rodilla, cadera u otras articulaciones el camino está en la impresión 3D que permite diseñar con precisión todo el instrumental que nos permite colocar de manera más exacta las prótesis.

Y se hace aquí mismo, en la UCA.

—Sí, aquí hemos desarrollado todo un grupo de instrumentos en 3D para colocar prótesis de rodilla con un diseño nuestro, incluso empezamos imprimiendo aquí, pero es complicado, así que ahora nos lo imprime una empresa con nuestro sistema.

¿Qué ventaja tiene para traumatólogos y pacientes?

—La exactitud, evita errores. Hasta ahora, los instrumentos para colocar las prótesis eran estándar: ponías una varilla dentro del hueso, calculabas en la radiografía cómo hacerlo y sobre esa varilla ibas añadiendo piezas, siempre con un poco de arte por parte del cirujano, claro; en cambio, ahora se puede corregir toda esa inexactitud de holguras que hay con el instrumental estándar; lo que hacemos es un escáner del hueso, lo imprimimos en 3D y sobre ese modelo en plástico diseñamos las vías exactas que sólo valen para esa rodilla.

Algo así como prótesis personalizadas.

—Las prótesis no, el instrumental. Prótesis personalizadas se han empezado a hacer para casos más complejos, pero todavía va a costar que se generalice su uso, que lleguen a todos los pacientes. Pero hoy en día las prótesis están muy bien diseñadas, el fallo está en cómo ponerlas; es como si un coche tiene los neumáticos perfectos, pero no están bien alineados.

Rodilla, hombro, tobillo, muñeca, columna... son todas intervenciones complejas. ¿A qué parte del cuerpo ‘teme’ más Mikel Sánchez?

—Uy, yo soy muy curioso... Puedo decir que las que menos me gustan son muñeca, cadera y columna, pero al final, te acaba gustando lo que mejor dominas y cuantas más veces realizas una intervención, mejor te sale, así que, como los resultados son mejores, te acaba gustando más, y siempre va a haber más casos de rodillas y hombros que de tobillos o codos, por ejemplo. Hombros y rodillas son lo que más he intervenido.

Tras una lesión, habrá partes del cuerpo que sufran más secuelas.

—Todas las articulaciones dejan secuelas, pero en una mala fractura de columna, las soluciones son más complejas; si alguien tiene un accidente de tráfico y se rompe la columna..., hoy por hoy no está en nuestras manos arreglar a una persona parapléjica, ojalá seamos capaces en el futuro, la columna es muy delicada, todo el sistema nervioso, en general.

A partir de cierta edad siempre hay algún hueso o músculo, articulación o ligamento que molesta o duele, ¿es normal? ¿Se puede prevenir?

—El deterioro del organismo ligado al envejecimiento es normal; en realidad, todo el cuerpo envejece, pero los órganos vitales siguen funcionando más o menos bien, a no ser que se padezca alguna enfermedad; sin embargo, lo mecánico, el soporte del organismo, el aparato locomotor que nos hace ir de un sitio a otro tiene un envejecimiento más precoz y ahí influyen factores como el sedentarismo, la alimentación y el sobrepeso, los defectos de la sociedad moderna.

Entonces, también notan más casos de obesidad infantil.

—Sí, se nota e influye en que vengan más niños y niñas a las consultas, pero no sólo por la obesidad, también porque ahora practican más deporte competitivo y desde pequeños tienen más lesiones, lesiones que cuando yo empecé ni veíamos los traumatólogos; ahora los niños se rompen los ligamentos cruzados igual que los mayores y llegan a tener lesiones graves.

Así que en las consultas de Traumatología siempre hay lista de espera.

—Las personas somos muy propensas a tener dolencias del aparato locomotor y también es cierto que cuando a alguien le duele la rodilla va más al médico que si le duele el estómago por una mala digestión, porque le limita su calidad de vida. Traumatología es probablemente la especialidad que más recursos consume tanto en la Sanidad pública como en la privada; de ahí la importancia del ejercicio físico y de los tratamientos preventivos.

Significa que los avances en medicina regenerativa se traducen en un envejecimiento más tardío.

—Eso es, y en eso estamos, lo que pretendemos es que si alguien va a acabar con una prótesis sea los 80 años en lugar de a los 60, que todo lo que se estropea en una articulación vaya mucho más lento, y ya si podemos revertirlo, sería fantástico.

Hay algo que le quede por aprender, algún gusanillo que le ronde...

—Claro, hay tantas preguntas para las que me van a faltar respuestas... que por eso quisiera correr mucho; todo lo relacionado con la regeneración de los tejidos supuso un cambio brutal en nuestra especialidad, pero ahora se ha iniciado un camino que va a ser muy bonito, va a haber avances tremendos y en eso estamos.

¿En qué sentido y plazo?

—La próxima década va a haber un cambio brutal.

Y hacia dónde, ¿qué descubrimientos nos esperan?

—Ahora está de moda todo lo relacionado con los factores de crecimiento, la medicina regenerativa y las células madre; es un mundo misterioso en el que algo empezamos a descubrir, pero que en el futuro nos va a aportar muchas soluciones a enfermedades que hoy tienen mala cura. Y en nuestro trabajo, en el de los traumatólogos, avances para problemas del sistema neurológico para los que hoy tenemos mala solución; también en el campo de las enfermedades congénitas y deficiencias musculares en niños, por ejemplo; son descubrimientos que van a llegar a lo largo de las próximas décadas; ése es el gusanillo del que hablábamos antes que me queda.