ESPA�A
Tribunales

La Audiencia Nacional procesa a cuatro jefes de ETA por el asesinato de Miguel �ngel Blanco

El juez Garc�a-Castell�n se apoya en informes de la Polic�a y la Guardia Civil, la jurisprudencia del Supremo sobre Puigdemont en la causa por terrorismo, y el testimonio de dos etarras confesos. Fija una fianza solidaria de dos millones de euros a depositar en 24 horas

Jos� Javier Arizcuren Ruiz, Kantauri, durante un juicio en la Audiencia Nacional en 2013.
Jos� Javier Arizcuren Ruiz, Kantauri, durante un juicio en la Audiencia Nacional en 2013.EfePOOL
Actualizado

La Audiencia Nacional ha dictado auto de procesamiento contra cuatro de los que fueron m�ximos responsables de la organizaci�n terrorista ETA por el secuestro y asesinato de Miguel �ngel Blanco.

El magistrado Manuel Garc�a-Castell�n ha dado este paso que llevar� a sentar en el banquillo a los etarras que en el momento del crimen de Blanco, en julio de 1997, dirig�an la organizaci�n terrorista. El juez se�ala la autor�a mediata de los jefes de ETA y la comisi�n por omisi�n del atentado. El magistrado fija una fianza solidaria de dos millones de euros para los cuatro procesados que deber�n aportar en un plazo de 24 horas.

Se trata de Jos� Javier Arizcuren Ruiz, Kantauri; Ignacio Gracia Arregui, I�aki de Renter�a; Mar�a Soledad Iparraguirre, Anboto, y Mikel Albisu, Mikel Antza, considerado n�mero uno de la trama etarra en aquellas fechas. A Antza, tras su captura, se le intervino una base de datos con informaci�n sobre 14.000 objetivos de ETA.

El juez apunta a la responsabilidad de los dirigentes de ETA por su autor�a intelectual, por considerar que pod�an haber evitado el crimen y no lo hicieron, al considerarles autores intelectuales de los hechos, al sostener que dieron el visto bueno a los cr�menes contra pol�ticos dentro de la din�mica de la "socializaci�n del terror".

Explica en su auto que en ETA reinaba una "fuerte jerarqu�a, en la que imperaba la disciplina y la organizaci�n. Existi� una cadena de mando de tipo vertical y 'militar' en la que las �rdenes emanadas desde su 'Comit� ejecutivo' llegaban a los integrantes de los comandos operativos de la organizaci�n terrorista para ser cumplidas. De este modo, cada miembro de un comando o de cualquier estructura obedec�a las �rdenes que le transmit�a su enlace o responsable directo porque sab�a que detr�s de esa orden estaba la 'Direcci�n' de ETA, su 'Comit� Ejecutivo', desglosa en su escrito.

"La informaci�n del objetivo sobre el que materializar la acci�n terrorista, y la planificaci�n y ejecuci�n de la acci�n terrorista, eran actuaciones generadas en el denominado 'nivel directivo' de ETA, es decir, en el seno de su 'Comit� ejecutivo', la c�pula de la organizaci�n terrorista", a�ade el texto.

La decisi�n de realizar la acci�n terrorista contra Miguel �ngel Blanco "no fue tomada por un miembro concreto o aislado del Comit� ejecutivo de ETA, sino que requiri� del consenso y la toma de una decisi�n, adoptada de forma colegiada, por todos los integrantes de la Direcci�n".

Garc�a Castell�n entiende que del an�lisis de los documentos sobre ETA y del estudio de la estructura y el funcionamiento interno de la organizaci�n terrorista, "puede concluirse que los integrantes del Comit� ejecutivo de ETA en el momento en que se produjo el secuestro del concejal del PP, pudieron haber evitado su asesinato".

En su extenso auto, detalla las pruebas y documentos que existen sobre cada uno delos cuatro procesados y que demuestran que formaban parte de la estructura directiva de ETA, que eran los que tomaban las decisiones y avalaban las actuaciones de los comandos.

Adem�s de material documental incautado en operaciones, aporta tambi�n las 'cantadas' de los etarras detenidos, sus escritos de autocr�tica en los que exponen sus dependencias jer�rquicas.

Este procedimiento en el que el juez se�ala por autor�a mediata a los jefes de ETA abre el camino para otros sumarios que a�n se instruyen en la Audiencia por otros cr�menes (como el de Santa Pola, el de Gregorio Ord��ez o el del magistrado Querol Lombardero) en los que tambi�n figuran como investigados los jefes de ETA.

Garc�a-Castell�n abri� diligencias en 2022 por una querella de Dignidad y Justicia en la que solicitaba actuar contra los jefes de ETA en julio de 1997, fecha en que se cometi� el atentado. En la causa tambi�n est� personado el Partido Popular. Amabas acusaciones se�alan la gran importancia de este procesamiento que abre la puerta a otras actuaciones en otros sumarios por la "autor�a mediata".

El magistrado apoya su decisi�n de procesarlos en informes tanto de la Guardia Civil como de la Polic�a en los que se desglosa la composici�n de la direcci�n etarra de la �poca, se aportan los datos para sustentar esta estructura delictiva. Ambos cuerpos explican c�mo ETA era una organizaci�n piramidal y jer�rquica en la que nada se llevaba a cabo sin las �rdenes y el visto bueno de la direcci�n.

En ambos informes se apunta la identidad de los cuatro jefes de ETA ahora procesados como los entonces responsables de la trama terrorista. Y son contundentes: "Pod�an haber evitado" el asesinato de Blanco.

Los investigadores sostienen que, desde esos puestos �ten�an la capacidad para decidir la concreta ejecuci�n de una acci�n terrorista�. �Es m�s, en el caso de pretender atentar contra objetivos especiales, la Direcci�n de ETA ten�a que dar su autorizaci�n�, explican en el informe aportado a la causa.

En sus conclusiones, la Polic�a a�ade que tuvieron en su mano impedir el asesinato durante los tres d�as de secuestro. �Los miembros del Comit� Ejecutivo de ETA ten�an la capacidad y los medios para poder haber ordenado el cese del cautiverio y la evitaci�n de su asesinato, igual que asumieron desde un primer momento su secuestro y la responsabilidad de su muerte en un comunicado posterior. Pudieron evitarlo simplemente dando una orden al comando que lo ten�a retenido�. �Estaban en situaci�n de plena conciencia de su posici�n de mando y teniendo el pleno dominio sobre el actuar de sus comandos armados, en este caso el Donosti, pudiendo haber impedido su asesinato�, insisten.

Tambi�n utiliza la argumentaci�n del Tribunal Supremo a la hora de imputar a Puigdemont por terrorismo. Como desvel� EL MUNDO, esta argumentaci�n del Alto Tribunal abr�a la v�a para condenar a jefes de ETA por los atentados cometidos cuando formaban parte de la direcci�n de la banda. En el auto del pasado 29 de febrero en que acord� encausar al ex president por su papel en Tsunami Democr�tic, el Alto Tribunal cerraba sus argumentos recurriendo al concepto de autor�a mediata, que permite la condena de los dirigentes de una organizaci�n por los hechos cometidos por los miembros de base.

�En una organizaci�n delictiva los hombres de atr�s, que ordenan delitos con mando aut�nomo -pudiendo evitarlo- pueden, en este caso, ser responsables como autores mediatos, aun cuando los ejecutores inmediatos sean, asimismo, castigados como autores plenamente responsables�, explica la Sala de Admisi�n para responsabilizar al ex president.

�El autor mediato de este supuesto domina la ejecuci�n del hecho, sirvi�ndose de todo un aparato de poder de organizaci�n que funciona desde la c�pula, donde se dise�a, planifica y se dan las �rdenes delictivas, hasta los ejecutores materiales de las mismas, no sin antes pasar tales �rdenes por las personas intermediarias que organizan y controlan su cumplimiento�, a�aden una resoluci�n que fuentes judiciales y fiscales consideran relevante para llegar a condenar a jefes de ETA.

Adem�s de la jurisprudencia del Supremo y de los contundentes informes de Polic�a y Guardia Civil, el magistrado ha tenido tambi�n en cuenta la declaraci�n de dos etarras confesos que aportaron testimonio directo a la Audiencia Nacional sobre la estructura de ETA y como se dir�a la organizaci�n terrorista. Uno de ellos corrobor� los informes policiales sobre los integrantes de la direcci�n de ETA, los cuatro ahora procesados. Los confesos declararon en la causa sobe el asesinato de Gregorio Ord��ez.

En un comunicado, Dignidad y Justicia explica que este caso fue el primero que esta asociaci�n de v�ctimas consigui� reabrir "por la v�a de la autor�a mediata y la comisi�n por omisi�n. Adem�s de este, y con la misma doctrina, la asociaci�n ha reabierto causas como la del atentado de Santa Pola, el de Ondarroa, el de Sang�esa, el de Jes�s Mar�a Pedrosa Urquiza o el de Jos� Francisco Querol Lombardero, entre otros. Algunos de estos no tienen siquiera autor conocido, por lo que engrosan la dram�tica lista ahora reducida a 378 asesinatos. El procesamiento de la c�pula de ETA en el caso Miguel �ngel Blanco, por lo tanto, abre la puerta a que la Audiencia Nacional siente en el banquillo tambi�n a quienes eran responsables de la banda terrorista cuando se produjeron los mencionados atentados. El caso, por lo tanto, que ya supuso un antes y un despu�s en la lucha antiterrorista, pues despert� las conciencias dormidas de millones de personas y llen� de razones a la justicia, al legislador y a las fuerzas de seguridad para poner todos los resortes del estado de derecho al servicio del fin de ETA, est� llamado ahora a convertirse en un punto de inflexi�n en la batalla judicial contra los casos sin resolver, pues abre una puerta nunca antes explorada para esclarecer cientos de asesinatos hasta el momento impunes por la v�a de la acusaci�n de los jefes de la organizaci�n"