Michelle Williams (Kalispell, EEUU; 1980) se maneja con la misma soltura en cualquier esquina del ring. Igual se deja ver en la �ltima extravagancia Marvel (Venom: Habr� matanza) que insiste con Kelly Reichardt, la voz m�s brillante y respetada del cine independiente (su �ltimo trabajo con ella, Showing up, llega despu�s de obras mayores como Wendy y Lucy y Meek's Cutoff'). Y as� hasta convertirse en una de las actrices de referencia para cualquier generaci�n.
Su �ltimo trabajo, Los Fabelman, a las �rdenes de Steven Spielberg, le ha valido su quinta nominaci�n a los Oscar. Lejos de los registros torturados y enfebrecidos de Brokeback Mountain, Manchester by the sea, Blue Valentine o Mi semana con Marilyn (las otras veces que fue candidata), esta vez la int�rprete que empezara de ni�a en la serie Dawson's Creek se exhibe ligera, simp�tica y, llegado el caso, hasta ingr�vida.
Ahora habla de su carrera, de lo dif�cil que es dar vida a una madre delante del hijo, de la maternidad y hasta de boxeo, que, qui�n lo dir�a, fue su gran pasi�n de ni�a.
- Dar la vida a la madre de Spielberg delante del propio Spielberg se antoja, como poco, extra�o.
- Bueno, llevo actuando desde que cumpl� los 12 a�os. As� que imagino que he necesitado 30 a�os de experiencia para poder permitirme algo as�. Por momentos pensaba: "Menos mal que me han ofrecido hacer este papel ahora y no hace cuatro a�os". De todas formas, si lo pienso, no es la primera vez que me veo en una parecida. He estado haciendo una serie en televisi�n donde daba vida a Gwen Verdon, la mujer de Bob Fosse. La hija, Nicole Fosse, estaba todos los d�as en el plat�. Por momentos te sientes una impostora. �C�mo puedes llegar a ser o siquiera aproximarte a la persona que Nicole vio durante todos los d�as de su vida? Esa sensaci�n de fraude te acompa�a siempre, forma parte de la profesi�n.
- Suena muy masoquista...
- Bueno, es trabajo. Si te esfuerzas y trabajas ese sentimiento de inseguridad acabas por superarlo. As� que de alguna manera llegue al rodaje de Los Fabelman con la lecci�n aprendida. Por otro lado, si est�s delante de un grande como Spielberg y �l da el visto bueno a que seas su madre, desde ese momento ya te sientes capaz de todo. No necesitas ninguna otra aprobaci�n o aplauso en tu vida. Me atrever�a a decir que hubo un momento durante el proceso de esta pel�cula de lo m�s placentero. De repente, los 30 a�os de profesi�n de los que hablaba cobraron pleno sentido, se acabaron los sufrimientos.
- Toda la pel�cula habla de c�mo el arte, el cine en este caso, transforma una vida y le da sentido. Usted que empez� tan joven en esto �sinti� alguna vez algo parecido?
- La verdad es que mi historia es mucho m�s pueril. Por suerte o por desgracia, mi mundo empez� a estrecharse muy deprisa. Empec� a actuar profesionalmente a los doce a�os; me emancip� de mis padres cuando ten�a 15... Nunca llegu� a graduarme de verdad en un instituto. Me saqu� el t�tulo por correspondencia. Digamos que teniendo esto en cuenta, mis opciones en la vida se redujeron mucho. Me qued� sin opciones. No ten�a ning�n tipo de preparaci�n para hacer nada m�s el resto de mi vida. El �xito como actriz era una cuesti�n de supervivencia: o eso o nada.
- Me acaba de arruinar la siguiente pregunta m�s o menos absurda. Entiendo que no tiene sentido que le pregunte que habr�a sido de no ser actriz...
- No me lo quiero imaginar. No habr�a sido nada.
- �C�mo cree que ha marcado esa situaci�n, digamos, desesperada su vida?
- Me ha ense�ado sobre todo a ser madre. Mi obsesi�n como madre es ofrecer a mis hijos todas las opciones posibles para que puedan sobrevivir y ser felices. Si echo la vista atr�s, me doy cuenta de que empec� a amar mi profesi�n cuando ya era bastante mayor. Actuaba, s�, pero no sab�a muy bien qu� significaba eso. Fue m�s tarde, cuando empec� a apreciar el trabajo de colegas como Samantha Morton, Gena Rowlands o Meryl Streep, cuando cobr� consciencia de mi profesi�n. Y a trav�s de mi trabajo, mi mundo se ampli�. Crec� dentro de un ambiente extremadamente conservador donde todo era o blanco o negro, las cosas o estaban bien o mal. Y entonces, te das cuenta de que hay matices y de que hay muchas formas de ser mujer.
- Ha mencionado a sus hijos y pienso en su papel en la pel�cula de Spielberg. En el retrato que el director ofrece de su madre se subraya su renuncia a ser pianista para dedicarse al cuidado de sus hijos. Es una renuncia de la que se arrepiente y arrastra durante toda su vida...
- S�, para ella y para muchas mujeres de su generaci�n fue una decisi�n crucial el renunciar a su propia vida y sacrificarla por los dem�s que las marc� para siempre. Y, de hecho, para ella, renunciar a su carrera de pianista fue una peque�a muerte en vida.
- �Se imagina a usted misma en una posici�n similar o definitivamente es algo del pasado?
- Gracias a dios vivimos en un tiempo diferente. Es responsabilidad de todos, hombres y mujeres, crear espacios de corresponsabilidad que permitan trabajar, realizarte profesionalmente y ser madre. Entiendo que lo complicado es crear una vida donde no haya diferencia entre una cosa y otra. Pero por otro lado, tienes que ser consciente de que cada decisi�n acarrea un renuncia. Imagino que todo es tan complicado o tan sencillo como saber escuchar esa vocecita interior que te conoce. Se trata de saber escucharla o ignorarla.
- Me pierdo, �de qu� voz habla?
- Bueno, ignora esto �ltimo.
- En alguna entrevista he le�do que es una apasionada del boxeo y que de peque�a su �dolo era Mike Tyson. �Explica esto que se haya tomado su profesi�n como una pelea desesperada?
- S�, es curioso, me encantaba ver boxeo de ni�a. Ve�a combates con mi padre. As� que de alguna manera, la dureza y el car�cter extremo de ese deporte acab� por influirme como actriz. Nunca lo hab�a pensado de este modo. Te agradezco la pregunta. Acabo de hacer una conexi�n que no hab�a hecho antes. Dir� m�s, muchas veces cuando voy a trabajar me pongo la m�sica de Rocky para darme �nimos [tararea la canci�n y se r�e].
- Bueno, es una asociaci�n bastante f�cil. Pocos deportes se prestan tanto a convertirse en met�fora como el boxeo.
- S�, pero no s�lo eso. Cuando act�as, el set es un poco como un ring. Es una parte que est� iluminada y todo el resto queda en penumbra. No est�s luchando con tu compa�ero de reparto, pero de alguna forma se establece esa misma conexi�n cin�tica y desesperada que hay en un combate. A veces quieres sorprenderle con algo con le desequilibre; otras veces, te agarras a �l para no caerte... S�, actuar puede ser interpretado como una forma de pelea entre p�giles. Gracias por hacer de psic�logo.
- Usted dio vida a Marilyn Monroe en 'Una semana con Marilyn'. En los Oscar de este a�o, comparte nominaci�n con Ana de Armas por 'Blonde'. Como antecesora en el papel, �c�mo ha vivido toda la pol�mica que ha levantado la pel�cula de Andrew Dominik?
- Creo que el mito de Marilyn captura la imaginaci�n de todos porque apela a la ni�a que llevamos dentro. Sientes a la ni�a rota y quieres cuidar de ella. De alguna manera forma parte del subconsciente colectivo y de la necesidad de rescatar al ni�o o la ni�a que sufre.
- �Qu� opina del trabajo de Ana de Armas?
- Lo siento, no he podido ver a�n la pel�cula. Lo har� pronto.
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