La pel�cula que revoluciona Reino Unido: "La escena de la mamada la viv� en Magaluf. Ese instante resume muy bien lo que significa el sexo a esa edad"

Todo empez� en Magaluf. �Es uno de los recuerdos m�s vivos que conservo en mi memoria... Pero, cuidado, tambi�n tengo buenos recuerdos de Espa�a. La escena de la mamada en la pel�cula la viv� en un bar de Magaluf�, comenta Molly Manning Walker, de 30 a�os, al otro lado de Zoom. Ella es la directora de uno de los fen�menos del a�o en el Reino Unido y, poco a poco, en toda Europa. Desde el estreno de How to have sex (literalmente, C�mo tener sexo) en Cannes en mayo del a�o pasado, la pel�cula no ha parado de crecer hasta convertirse en otra cosa o, mejor, en otras muchas cosas: en un tema constante de conversaci�n, en una cinta de visionado casi obligatorio en los institutos brit�nicos y en un ejercicio de reflexi�n sobre asuntos tales como el cuerpo, el sexo, el placer, el consentimiento, la violencia machista, la tristeza y, llegado el caso, hasta el amor. Todo eso, sin dejar de ser un solo instante un retrato a la vez violento, claro y muy tierno de un tiempo de nacimiento y de destrucci�n.

La escena de la que habla la directora deja poco a la imaginaci�n. En un momento de la cinta (por cierto, fue rodada en Creta, que no en Mallorca), los animadores del bar invitan a los chicos a subir al escenario. Acto seguido, son las chicas las requeridas. Entre risas, alcohol y la obligaci�n de la fiesta, el juego consiste en que ellas practiquen sexo oral a ellos. Es decir, la mamada de la que habla la cineasta. Todo est� permitido. La libertad. �Eso dice mucho de lo que se espera que hagamos a esa edad. Se espera que el hombre disfrute p�blicamente delante de todos, que demuestre su confianza en s� mismo, que exhiba su poder. De ella, en cambio, se espera que complazca al hombre y que no sienta nada. Ese instante considerado de manera asilado resume muy bien lo que significa el sexo a esa edad�, explica Manning Walker mientras el momento al que se refiere se dibuja de nuevo en la memoria del espectador con una claridad extra�a y blanda entre la pesadilla y la fiebre.

�Esper�bamos que las chicas se vieran reflejadas, pero nuestra intenci�n no fue nunca did�ctica ni que sirviera para abrir un debate. Sin embargo, de repente ha pasado y, sin querer, la pel�cula se ha convertido en algo m�s grande. Lo que me gusta es que no se habla de ella en t�rminos de esc�ndalo ni nada parecido. Al rev�s, una asociaci�n ben�fica la utiliza para hablar del consentimiento en los colegios. Asusta un poco la responsabilidad y da miedo que el problema siga ah� tan presente. Dice mucho de lo poco que hemos avanzado el que la conversaci�n siga siendo tan necesaria�, reflexiona entre orgullosa y se dir�a que abrumada. �Ha sido un a�o excitante, pero tambi�n agotador. Jam�s pens� que acabar�a por dar tantas entrevistas�, a�ade.

Para situarnos, How to have sex cuenta el viaje de tres amigas al fondo de la locura; la locura de ser quienes son; la locura de querer dejar de ser lo que son. Las tres, encabezadas por una actriz descomunal como la reci�n llegada Mia McKenna-Bruce, est�n dispuestas a perder la virginidad con el riguroso cumplimiento de cada uno de los ritos impuestos: alcohol, frenes� y m�s alcohol y m�s frenes�. Y as� hasta caer en la cuenta de que las cosas no son como se las hab�an contado y descubrir de golpe que quiz� eso que llamamos consentimiento no basta.

�Por supuesto que es importante un s� verbal rotundo. Pero no es suficiente. El consentimiento deber�a ir respaldado de un lenguaje corporal. No deber�a ser una cuesti�n binaria de simplemente decir s� o no. Deber�amos ser capaces de reconocer si la persona con la que estamos se lo est� pasando bien, si estamos disfrutando nosotros mismos y de la compa��a del otro. Creo que, en general, tendr�amos que acostumbrarnos a preguntarle a la gente c�mo est�. Me conformar�a con que el mensaje que quedara de la pel�cula es que tenemos que ser m�s amables unos con otros y estar dispuestos a examinar y calibrar la presi�n que ejercemos unos sobre otros�, explica se dir�a que con una paciencia ensayada hasta la extenuaci�n.

Cuenta que la experiencia le ha demostrado que hablar funciona; que, a su modo, la pel�cula acaba por ser un espejo capaz de ense�ar el otro lado. �Mi mayor sorpresa es ver que muchos chicos que han visto How to have sex son capaces de reconocer el dolor y angustia de ella en la escena de la playa y, a la vez, darse cuenta que en alg�n momento ellos han actuado igual que �l... Vivimos en un mundo en el que la mayor�a de las mujeres sienten que han sido violadas o agredidas, y la mayor�a de los hombres no se considerar�an jam�s a s� mismos como agresores o violadores. Hay una gran desconexi�n entre lo que est� ocurriendo y lo que la gente cree que est� ocurriendo. Quiz� tengamos que volver a lo b�sico y aprender de verdad a tener relaciones sexuales de nuevo, porque es evidente que algo va mal�, dice.

El momento de la playa es, sin duda, el m�s cruel de la cinta. Todo parece ir bien, ella consiente, �l cumple y, sin embargo, todo acaba de la peor de las maneras. �Para m� todo se reduce en parte en que hay mucha verg�enza a�n a la hora de hablar de sexo, del placer femenino y de lo que es tener buen sexo. No se trata de cumplir un protocolo, sino de disfrutar, de tener una experiencia gozosa�, dice, se toma un segundo y sigue: �Cuando eres adolescente, el objetivo es huir, emborracharse y tener sexo. Eso es lo que proponen ese tipo de vacaciones de la pel�cula. Y no, lo correcto deber�a ser descubrir lo que necesitas y lo que sientes por los dem�s. Y hacerlo de una forma libre disfrutando de la experiencia �nica de ser adolescente". Queda claro.