One Piece Film: Red (2022)

Largometraje anime que hace el número 15 de entre los originados por el manga “One Piece”, de Eiichiro Oda. Valga esto como advertencia de que estamos ante un universo longevo, con situaciones y personajes que el fan conocerá sobradamente, pero el resto del mundo mundial no tanto.

Estamos en una época distópica, en que hay un Gobierno Mundial, y una Marina que vela por el orden. Luego también pululan por ahí unos Piratas, que no aceptan las rigideces sociales. Y en fin, tenemos a Uta, cantante de voz prodigiosa, que hasta ahora solo es conocida por el Caracol de las Comunicaciones de Vídeo, que para entendernos sería el YouTube de ese mundo. Pero ahora ha convocado un concierto al que acuden millones de seguidores, con éxito absoluto, también porque con sus letras propugna un mundo feliz, lleno de libertad y diversión. Los piratas pretenden secuestrarla, pero resulta que uno de ellos, Luffy, reconoce a Uta como amiga de la infancia, ambos fueron criados por el pirata Shank. Pero por motivos que se desvelan paulatinamente, Uta recaló en la solitaria isla de Elegía, donde Gordon se ocupó de su educación musical.

Me he detenido en describir un poco la trama, pero aún habría podido llenar más párrafos, porque si por algo se caracteriza el relato es por lo alambicado y barroco del mismo, en que se acumulan los elementos, pues descubrimos que hay un mundo real y otro virtual, al estilo Matrix, algunos flash-backs de infancia, bastante resentimiento acumulado, bibliotecas con secretos ancestrales, y hasta demonios responsables de la llamada música tot.

A pesar de todo el film tiene algo que cautiva, visualmente es deslumbrante, algo también algo mareante en los pasajes más dinámicos. Abundan las bonitas canciones, que a veces cambian de tono, y el diseño de las imágenes combina estilos diversos, con mucho colorido, y criaturas imaginativas. Lo que no impide algunos rasgos del anime como la heroína sexy y curvilínea para enamorar a los adolescentes, y algunas bromas típicas del género.

La trama se hace larga en bastantes momentos, hay ocasiones en que parece que todo ha terminado, pero se vuelve a la carga, y el film exige cierto grados de complicidad. Pero Goro Taniguchi consigue despertar el interés, y sobre todo los amantes de la animación japonesa disfrutarán.

Quizá sean imaginaciones mías, pero el dibujo-emblema del sombrero que Luffy hace a Uta se me antoja un homenaje a "El principito" de Antoine de Saint-Exupéry.