‘Men’ (2022) crítica: cine de terror radical en la obra más redonda de Alex Garland
‘Men’ es la película más redonda de Alex Garland: A24 vuelve al cine de terror más radical con una inteligente alegoría del patriarcado

‘Men’ es la película más redonda de Alex Garland: A24 vuelve al cine de terror más radical con una inteligente alegoría del patriarcado

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‘Men’ es la película más redonda de Alex Garland: A24 vuelve al cine de terror más radical con una inteligente alegoría del patriarcado

Escrita y dirigida por Alex Garland, ‘Men’ es una de esas películas planteadas desde la libertad autoral más absoluta y al mismo tiempo encaja perfectamente en el canon del cine de terror con aspiraciones intelectuales que suele acoger la productora A24. Tras despuntar este año con el divertido slasher en el mundo del porno ‘X’, ahora, la factoría del nuevo terror indie vuelve a los terrenos de atmósfera y cuidado estético de forma más radical que nunca.

Y es que el surrealismo libre de Garland y su falta de respuestas hacen parecer convencionales las narrativas de Robert Eggers y Ari Aster. El autor demostró con sus primeras películas su manejo de personajes dentro de un marco en donde puede aislarlos y alterar su realidad, pero aquí lo lleva a sus máximas consecuencias, logrando una obra más coherente, pese a que las incertidumbres y la falta de concreción son su herramienta principal. Lo que no conseguía el tibio clímax de ‘Aniquilación’ o la tendencia a la literalidad de ‘Ex Machina’ aquí respira de forma mucho más madura.

‘Men’ remonta las capacidades de narración visual de Garland, haciéndole algo más que un esteta, logrando numerosas secuencias en las que el texto no es necesario, un revulsivo para sus espesos bloques de exposición y diálogos vacíos de algunos episodios de la sobrealargada ‘Devs’, pero al mismo tiempo deja claro que es un autor literario y trata su obra como un cuento, o una pequeña novela, en donde los límites del texto los pone la imaginación y la capacidad de abstracción.

Una película de terror libre, simple y polémica

Y es que la trama es muy simple, empezando cuando Harper (Jessie Buckley) se muda al campo para alejarse del fantasma de su ex novio James, de quien estaba en proceso de divorciarse cuando se suicidó. Pronto se encuentra con una serie de hombres que de una forma u otra le recuerdan y reactivan la culpa por el trauma que está sufriendo, en especial se ve amenazada por uno en particular que la persigue totalmente desnudo. Y es mejor no saber mucho más.

‘Men’ tiene un ritmo pausado y nunca intenta ocultar sus intenciones, ni como película de terror ni como metáfora explícita de la presión psicológica que ejerce la cultura heredada sobre la mujer. Entretanto, Garland consigue condensar una atmósfera que logra poner la piel de gallina a través de algunas set pieces escalofriantes como la del túnel, con Buckley maravillada por los ecos. La partitura de Ben Salisbury y Geoff Barrow recogen esos sonidos como parte de la banda sonora y se convierte en un leit motiv deliciosamente tétrico.

Men 1

Toda la dimensión estética está muy cuidada ya sea su mirada a una impresionante campiña inglesa o retratando las forma en las que la oscuridad se entromete en un lugar tranquilo, macerando la permeabilidad a lo extraño y la ruptura con la realidad, con un gran trabajo del director de fotografía Rob Hardy que encuentra la forma de permitir que la mística folk horror del medio rural británico penetre en un espacio familiar, gracias a ángulos curiosos, un sentido de la geografía amenazante y retratos que exprimen el poder telúrico de un lugar aparentemente idílico.

Además del recital de Buckley hay que reconocer la versatilidad sórdida de Rory Kinnear. En la piel de distintos hombres, pero siempre logrando resultar incómodo y perturbador. El actor es veterano en adaptaciones de M.R. James y esta parece adoptar parte de la dinámica de horror de aquellas, pero con un añadido de body horror digno de Brian Yuzna y su ‘Society’ (1989) que cogerá a muchos por sorpresa, con un clímax que es capaz de condensar con mucha mala leche el ciclo continuo del patetismo masculino y su opresión caprichosa.

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Doppelgangers rurales

‘Men’ es una película de terror de autor llevada al extremo, y Garland lleva su metáfora al terreno de lo explícito, que puede resultar obvio, pero tiene suficientes cabos sueltos como para crear debates e interpretaciones, ya que todo lo que se ve tiene a un narrador único y no fiable con lo que la idea de “todos los hombres son iguales” que sobrevuela el concepto desde su título, tiene más de una interpretación llevada por la forma en la que el personaje lidia con la información que percibe que con una verdad absoluta que la película quiera convertir en tesis.

De alguna manera es una nueva visión modernizada de ‘Repulsión’ (1965) y como tal no está destinada a ser asimilada de forma literal, y si aquella tenía brazos que salían de las paredes de un pasillo, esta tiene recuerdos traumáticos y hombres verdes procedentes del folklore y las iglesias. Resultará difícil incluso para grandes gourmets del terror, pero A24 tiene afición por el riesgo y nuevos lenguajes que enfadará a muchos y crearán un nuevo título controvertido para discutir en el futuro.

Men

Hija de su tiempo sin necesidad de disculparse, ‘Men’ utiliza el simbolismo como rastro de migas de pan envenenadas hacia una serie de ideas que nos llevan al pecado original y la estigmatización histórica de la mujer, pero sin dejar nunca de elaborar una película de terror contundente e inmersiva, casi una reflexión sobre el tercer acto de ’28 días después’ (2002) que cambia a los militares por estereotipos masculinos que, por muy evidentes que parezcan, no son menos reconocibles y verdaderos.

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