Mauricio, joya del Índico

Mauricio, joya del Índico

Playas blancas, fondos coralinos y un interior selvático forman el paisaje de esta isla paradisíaca

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Le Morne Brabant

Refugio de esclavos en el siglo XIX, esta montaña y su entorno fueron declarados Patrimonio de la Humanidad en 2008. Se localiza en la costa sudoeste.

COLIN DUTTON / FOTOTECA 9 X 12

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Costa Oeste

La playa de Flic en Flac es famosa por su oferta en deportes acuáticos y también por las puestas de sol que se ven desde la arena.

PAWEL WYSOCKI / GTRES

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Cap Malhereux

La iglesia de Notre Dame Auxiliatrice se erige a poca distancia del mar. Su misa de los domingos con cantos espirituales es una cita indispensable.

JEAN-PIERRE DEGAS / GTRES

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Jardines de Pamplemousses

El Sir Seewoosagur Ramgoolam es uno de los mejores jardines botánicos gracias a Pierre Poivre, que en 1768 introdujo plantas tropicales del resto del mundo.

JORDAN BANKS / 4CORNERS / FOTOTECA 9 X 12

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Cascadas de Rochester

Su laguna es uno de los rincones más refrescantes de la costa sur. La pista de tierra que conduce hasta el salto discurre entre campos de caña de azúcar.

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Chamarel

Las dunas «de siete colores» forman parte del circuito que también visita el Parque Nacional Black River Gorges. En los alrededores se cultiva un café de gran calidad.

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Bahía de Tamarin

Las aguas del río Rempart desembocan en esta plácida ensenada de la costa oriental.

Mapa: BLAUSET

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La vuelta a la isla de Mauricio

1 Bahía de Tamarin. Una base perfecta para conocer la costa oeste. En sus aguas es posible nadar entre delfines.

2 Port Louis. En la capital no hay que perderse el mercado.

3 Cap Malhereux. La punta norte tiene rincones inolvidables.

4 Jardín de Pamplemousses. Imprescindible para conocer la riqueza botánica de la isla y de los territorios tropicales.

5 Île aux Cerfs. Las playas más puras de Isla Mauricio. Está situada frente a la bahía Trou d’Eau Douce, en el este.

6 Rochester Falls. Poco altas, pero con una laguna deliciosa.

7 Chamarel. Las dunas de siete colores y la cascada de cien metros de altura son dos visitas imprescindibles.

8 Le Morne Brabant. Una montaña simbólica para el país.

La playa de Tamarin es la única de Isla Mauricio en la que se oye el rugir del mar. En esta bahía las olas se cuelan por un hueco del arrecife coralino que rodea la isla, como si la quisiera proteger del océano y de los ciclones. Con 58 kilómetros de largo y 330 de costa, Mauricio es la mayor isla de un país formado por tres grupos insulares más: Rodrigues, Cargados y Agalega, auténticos paraísos en medio del Índico.

Tamarin es un buen inicio a la ruta que da la vuelta a la isla en el sentido de las agujas del reloj. A lo largo de este viaje una de las frases que más se escucharán es «pas de problèmes» (sin problemas), que resume el carácter integrador de Isla Mauricio, hogar de más de un millón de habitantes, la mayoría de origen indio, que hablan siete lenguas y practican 25 religiones.

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El primer contacto con la costa mauriciana es, pues, la costa noroeste, la más protegida del viento y la de clima más suave. Aquí se encuentran las playas de arena blanca de Flic en Flac, Trou aux Biches y Mont Choisy, las favoritas de los isleños para contemplar la puesta de sol. Las carreteras estrechas que remontan el litoral hacia Port Louis, la capital, pasan por pueblos llenos de actividad, con hombres en bicicleta y mujeres que visten saris multicolores. Conducir por la isla confirma el dicho mauriciano: «Con los franceses íbamos por la derecha, con los ingleses por la izquierda, pero desde la independencia, vamos por el centro».

La capital mauriciana

Port Louis, a 28 kilómetros de Tamarin, es una ciudad pequeña que parece tener de todo, incluso un barrio chino, un casino y un hipódromo. Merece la pena visitar el mercado y perderse entre los puestos que venden frutas tropicales, pareos vistosos y especias de olor fuerte y picante. Media hora en coche separa la ciudad de Port Louis de Grand Baie, la capital del turismo y la diversión en la isla. Conviene no detenerse y disfrutar con el paisaje que surge a continuación: las playas largas dejan paso a arenales blancos delimitados por negra roca volcánica.

La ruta hacia el norte culmina en Cap Malhereux, el punto más septentrional de la isla y también el de nombre más trágico (malhereux significa desgraciado) por los naufragios registrados en su costa. Este lugar era lo primero que divisaban los barcos del siglo XVIII y también el puerto donde los colonos franceses esperaban a las mujeres que llegaban para casarse con la esperanza de una vida mejor. El actual pueblo de pescadores tiene como visita imprescindible la misa cantada de los domingos en la iglesia de Notre Dame Auxiliatrice.

El viaje toma ahora rumbo sur hacia los Jardines de Pamplemousses a través de carreteras sinuosas flanqueadas por campos de caña de azúcar. Estos extensos cultivos ocupan el 70% del territorio de la isla y han ido desplazando a los antiguos bosques de filaos y pandanos.

En el Jardín Botánico de Pamplemousses, a 17 kilómetros de Cap Malhereux, crecen gran parte de las especies isleñas así como plantas tropicales del resto del mundo. La palmera talipot (Corypha umbraculifera) es una de las más originales, pues tarda 60 años en florecer y produce millones de flores con más de 500 kilos de semillas. O los nenúfares gigantes de hojas circulares, que flotan en los estanques con sus bordes mirando siempre al sol.

Viajando hacia la costa oriental, en una media hora aparece la bahía turquesa de Trou d’Eau Douce, desde donde salen los barcos rumbo a la paradisiaca Île aux Cerfs. Bastan quince minutos de travesía para alcanzar unas playas consideradas entre las más puras del océano Índico. La arena, fina y blanquísima, destaca bajo las verdes hojas de las palmeras y también en el fondo de piscinas naturales, bañadas por un mar que parece iluminado por una luz entre verde y azulada.

La ruta alrededor de Isla Mauricio desciende a continuación bordeando la costa para ver los tesoros naturales del sur: las Rochester Falls, el selvático Parque Nacional Black River Gorges y las Tierras Coloreadas de Chamarel. Las Rochester Falls son unas cascadas de solo diez metros de altura que seducen, sobre todo, por la tentación de nadar en su laguna rodeada de vegetación. Se accede desde Souillac, un pueblo emplazado 20 kilómetros al sur de la ciudad de Mahébourg, donde se sitúa el aeropuerto internacional de la isla.

Sorpresas geológicas

Con las montañas del parque Black River Gorges siempre a la vista, la carretera litoral alcanza la península de Le Morne Brabant. Esta peña de 556 metros de altura y 12 hectáreas de superficie sirvió de refugio a los esclavos huidos en el siglo XIX y, desde 2008, es Patrimonio de la Humanidad. Las Tierras Coloreadas de Chamarel surgen de camino a la bahía de Tamarin, inicio y también final del viaje alrededor de la isla. Desde el pueblo de Chamarel se conduce entre cafetales y palmeras hasta que el terreno se transforma en un manto de dunas de colores, en una gama que va del marrón al dorado y al rosa. Este fenómeno se debe al contenido mineral de las cenizas volcánicas, que se separan espontáneamente por colores debido a sus distintas densidades. Cerca de estas arenas policromas, la cascada de Chamarel vierte sus aguas en un circo rocoso desde un centenar de metros de altura.

Los últimos días de viaje en Isla Mauricio deberían reservarse para disfrutar de la bahía Tamarin. Una jornada de surf, senderismo en las montañas donde nace el río Rempart o un emocionante baño entre delfines confirmarán la idea de paraíso que transmite Mauricio. Ante tales estímulos resulta inevitable dar la razón a los isleños cuando cuentan que «en Isla Mauricio la mar no es mala, viene de muy lejos y se queda aquí para descansar».

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PARA SABER MÁS

Documentos: pasaporte y billete de regreso.

Idioma: inglés, francés y criollo.

Moneda: rupia de Mauricio (Rs).

Diferencia horaria: dos horas más que en España.

Costumbres: En los templos hindús hay que descalzarse antes de entrar.

Cómo llegar: El aeropuerto de isla Mauricio recibe vuelos de París, Londres, Nairobi (Kenia), Johannesburgo (Sudáfrica), Isla Réunion y de los Emiratos Árabes. El trayecto más rápido desde España es vía París o Londres.

Cómo moverse: Para recorrer toda la isla, lo mejor es alquilar un coche o una moto. Otra opción es contratar un taxi por un día entero (hay que acordar el precio antes). Se conduce por la izquierda. También hay autobuses de línea.

Alojamiento: Los hoteles con cabañas frente a la playa son los más bonitos, pero también los hay más baratos, aunque normalmente están situados en el interior.