El Marlon Brando yucateco (mitos y realidades yucatecas II) - EstamosAquí MX
Cultura

El Marlon Brando yucateco (mitos y realidades yucatecas II)

El Marlon Brando yucateco (mitos y rumores yucatecos II)

Una calurosa noche, de un sabor de aquellos que ponen de mal humor a la gente, un joven en una motocicleta circula por las calles de Mérida. No lleva rumbo fijo. Sentado en la montura de su ‘caballo de acero’, el chavo, de aquellos sin ninguna ideología ni lugar, maneja lentamente por calles y avenidas casi desiertas, sin gente ni ojos curiosos. El tipo lleva la mirada clavada en las desiertas aceras meridanas. A lo lejos divisa a un solitario transeúnte. A medida que se acerca al caminante, los ojos le brillan. Son casi las once de la noche.

El Motociclista enarbola de pronto un cinturón, que hace girar sobre su cabeza. Al pasar junto al sujeto, le asesta un fuertísimo cintarazo. Acelera su moto, pegando de gritos y con una sonrisa entre amigable y de miedo, mientras su víctima se retuerce de dolor. Días después, pero en esta ocasión con un pasajero detrás de él y por otro rumbo, siempre al calor de la noche, un ciclista se dirige a su hogar después un duro trabajo. El hombre de la moto y su acompañante hacen girar sus respectivos cinturones y le dan dos terribles azotazos al infeliz hombre, con todo el aspecto de obrero. Fue tan fuerte el dolor que sintió, que, soltando los manubrios de su bicicleta, dio un alarido de dolor, llevándose las manos a la espalda. Lo que propició que cayera al piso, fracturándose un brazo. Quedó ahí tirado por unas horas hasta que alguien, un buen samaritano, lo recogió y lo llevó al hospital más cercano, en donde le hicieron las primeras curaciones y le enyesaron el brazo. Minutos después se presentaron los agentes de la policía judicial a interrogarlo, el infeliz contó lo que le había sucedido. No tenía enemigos ni nadie que le hiciera daño. Los judiciales tomaron nota y se largaron rápidamente. Un simple caso más, pensaron.

rel="nofollow"

Sin embargo, días después, otra víctima. A ésta, además del fajado, le dio una bofetada. Al día siguiente, otra víctima más. Y así durante un mes.

El caso llegó a la prensa yucateca. Apodaron al perpetrador el “Marlon Brando”. Hay que recordar que la primera película sobre motociclistas fue “Wild One” (“El Salvaje”), protagonizada precisamente, para este servidor, por el mejor actor de la historia. Existe hasta la fecha y se vende bastante del actor, por entonces muy joven, montado en una Harley Davidson, con su chamarra de cuero y gorra de motociclista. Un icono. Las víctimas del Marlon Brando yuca lo describían así, con la Harley y la chamarra de cuero. Y así continuó durante muchísimo atacando a sus semejantes. La prensa local titulaba aquello “El Marlon Brando ataca de nuevo”.

Hubo una sección especial en el DAP para averiguar y detener a este peculiar amigo, que al parecer no le gustaba mucho a sus semejantes y a la humanidad. Lo más terrible de todo eran sus carcajadas al mirar el dolor que causaba. Dicha unidad especializada para atraparlo jamás logró su objetivo. Yo, el que escribe, sé quien era nuestro amigo Marlon Brando yucateco. Y así como comenzaron sus ataques, cesaron. Lo veo ahora ya un hombre de la tercera edad y con familia, y al recordarle aquella época, simplemente evita el tema. Como avergonzado. Le pregunté por qué y le enuncié varias razones hasta que, por fin, cierto día me confesó la razón de aquello que tanto placer le causaba: racismo.

Deja un comentario

Botón volver arriba
error: Contenido protegido !!

Descubre más desde EstamosAquí MX

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo