Crítica del disco de IQ - 'Frequency' (2009)

IQ sin Orford o cómo encontrar la 'frecuencia' correcta en las viejas influencias

IQ - 'Frequency' (26 mayo 2009)
Inside/Out
Calificación: 8/10

IQ - Frequency

1. "Frequency" 8:29
2. "Life Support" 6:27
3. "Stronger Than Friction" 10:31
4. "One Fatal Mistake" 4:53
5. "Ryker Skies" 9:45
6. "The Province" 13:42
7. "Closer" 8:10

Duración total: 61'57''

Músicos:
- Peter Nicholls: Voz principal y coros
- Mike Holmes: Guitarras y teclados
- John Jowitt: Bajo
- Andy Edwards: Batería y percusión
- Mark Westworth: Teclados

Grabado entre enero de 2007 y febrero de 2009 en los estudios Aubitt (Southampton) y en los estudios Redbridge (Bolton).
Género: Neo-progresivo.
Compuesto por IQ. Letras de iPeter Nicholls
Producido por Michael Holmes.


IQ

Vamos a ser claros desde el principio, para evitarnos malentendidos. El nuevo álbum de estudio de los IQ, que ha venido marcado por la salida de Martin Orford, un miembro básico en la banda, es un discazo. Y de ahí para adelante, comentaremos muchas cosas que hay que decir, pero teniendo esto siempre claro. 'Frequency', si olvidamos algunas cosas que ahora se tratarán, es una obra de arte, un álbum sublime de arriba abajo, del principio al final, que ni debería sorprender viniendo de ellos ni debería ser tratado con frialdad. Hoy en día, sin llegar a ser pesimistas, cualquier disco como éste debe ser bienvenido para salvar nuestro maltrecho mundo musical.

¿Qué reproches podemos hacer a IQ? En realidad, ninguno. Quizás las bandas que en los 80 se dispusieron, con valor y amor al arte, a rescatar el rock progresivo que nació y casi muere en los 70 -de éxito y excesos-, no han sido lo suficientemente valoradas. Sólo Marillion se ha llevado el cartel de estrellas, mientras que Pendragon, IQ, Arena o Pallas quedaron con algunos estigmas más que injustos. Algo así como bandas que se dedicaron a copiar a Genesis, YES y compañía sin aportar nada nuevo. Versionadotes, copiadores, con una música comercial, cercana al pop. El llamado neo-progresivo, vaya. Las etiquetas, como siempre, son malas. Todo esto lo digo porque no puedo, como decía, dirigir duros reproches a IQ por este disco. El grupo se ha dedicado a plasmar la música de los mejores hacedores del género en este 'Frequency'. Sin más.

E insisto, no es una ofensa. No acuso de plagio. Pero si se escucha la primera pieza del disco, que también se llama 'Frequency', uno escucha perfectamente a Camel. Pero a los Camel de los 90, en los que Andy Latimer es el alfa y omega. En sus majestuosos pasajes de guitarra uno entiende que IQ ha estado escuchando el álbum 'Rajaz' y se ha inspirado -o algo más- en temas como 'Lawrence' o 'Sahara'. Pero 'Frequency' es también un homenaje al progresivo en sí mismo, con teclados que imitan el sonar del melotrón setentero. Una maravilla para los oídos. Pero es mucho más que eso. Es un tema épico y tremendamente sinfónico. Una joya sonora. Gran comienzo para un gran disco.

Nada más aparcar el coche de lujo con el que entran a escena, nos ofrecen 'Life Support', una tranquila melodía con pasajes absolutamente copiados de los Genesis más clásicos. El nuevo teclista, Mark Westworth, que tenía la difícil tarea de hacer olvidad a Orford, hace lo que puede. Y muy bien. Aquí se puede sentir al mejor Tony Banks, envolvente y mágico. Con algunos guiños a Rick Wakeman. En definitiva, un tema melancólico con aires bluseros pero sobre todo progresivo, lleno de teclados.

'Stronger Than Friction' es quizás lo más flojo del álbum y aún así es muy aceptable. Se trata de una composición alegre y cercana al pop, que recuerda a los Yes más pastorales. Parece que en cualquier momento se va a ver a Jon Anderson salir a escena. Pero cuando uno puede llegar a empezar a dudar de la estabilidad creativa en el disco llega 'One Fatal Mistake'. Para mí la más entrañable pieza de 'Frequency'. Es una balada tremendamente bien compuesta, medida hasta el detalle en una producción majestuosa, cuidadosa y preciosista. Parece robada a los Genesis de Collins en su mejor momento, pero no, son IQ haciendo la canción más corta del álbum -no llega a 5 minutos- con más gusto que talento, pero ganándose al oyente.

Sin embargo, el tramo final de 'Frequency' no tiene nada que ver con lo escuchado. Más tensión y contundencia, al estilo Pendragon en 'Pure' (2008). Toca endurecer el tono para despertar a los más exigentes. 'Ryker Skies' rompe con todo lo anterior, ya que aunque sigue siendo puro progresivo lleno de atmósferas paisajísticas de los teclados, las guitarras suenan más duras. A mí, qué queréis que os cuente, me suena al mencionado último trabajo de los Pendragon de Nick Barrett y Clive Nolan. Y es otro piropo, no crean. Ese disco me maravilló y aún me tiene fascinado.

Y la sorpresa, en cambio, llega aún más a fondo con el siguiente tema: 'The Province'. Si bien su antecesora ofrecía variación de tonalidad, en esta ocasión llega un paso adelante en concepción. Una canción larga, de casi cuarto de hora, donde se escucha de todo. Guitarras muy neo-progresivas para empezar, pasaje bucólico intermedios como puentes para los estribillos y mil vueltas de sonido. Sobre la mitad de la canción hay una mezcla entre Genesis y Marillion que, en lugar de pensar en que hay poca originalidad, lo que se siente es un orgasmo musical absoluto. Tremendo solo de teclados nuevamente setenteros -esta vez con aires de organillo clásico-, y volver a empezar. Temazo.

La despedida corre a cargo de... sí, otro temazo. 'Closer' es una despedida especial, muy melancólica, tremendamente preciosista en la producción, donde casi se puede sentir la vibración de las cuerdas de la guitarra acústica, donde uno puede imaginar el viento soplar sobre un vergel lleno de hermosura. La combinación posterior entre esa guitarra y unos teclados de piano bellísimos vuelven a alcanzar el cenit en este disco, que se cierra de la mejor manera posible.

Lo dicho: nada de reproches. Sería injusto. IQ salva la salida de Orford de manera brillante -también la de Cook en la percusión-, con un álbum para el recuerdo. Son 28 años haciendo buena música, 2 años de grabación en estudio, una producción cuidada. Todo eso hay que saber valorarlo. Aconsejo, por cierto, si se es muy seguidor de la banda, la versión limitada del disco, 'Frequency Tour CD 1' y 'Frequency Tour CD 2', con rarezas y versiones en directo.

  • Lo mejor: Honestos con sus raíces y sus influencias musicales, IQ se hace un homenaje a los grandes grupos del progresivo y, de paso, a ellos mismos.
  • Lo peor: Pese a que es un gran disco, convendría que para su 30º aniversario, dentro de 2 años, se centren mucho en algo que esté aún más trabajado en la creación.
  • Imprescindibles: Desde el inmejorable comienzo de 'Frequency', pasando por la melancólica 'One Fatal Mistake' y cerrando con un impresionante tema que es 'Closer'.

Puntuación: 8/10