Mario Monicelli: El rey de la ‘commedia’
La mirada de Mario
"Todos me consideran el padre de la comedia italiana, aunque es difícil afirmarlo, porque cuando empezamos vivíamos un momento especial, con una atmósfera particular y ciertas cosas que se sentían en el aire." Quizás no le corresponda al cien por cien la paternidad de un género que reflejó a la perfección el día a día de la Italia de posguerra, pero no se hubiera entendido la evolución de ese cine sin la mirada de un Mario Monicelli (Viareggio, 1915) que siempre hacía referencia a otros compañeros de generación, de penurias económicas y de máxima imaginación. Apellidos de campanillas en la historia del cine italiano: los Comencini, Germi,
Scarpelli... o su colaborador durante sus primeros años de creatividad, Steno.
Traumas de juventud
Hijo de un periodista que sufrió la persecución de Mussolini ("era antifascista, había dirigido un periódico y lo echaron, no pudo volver a escribir, vio cómo sus amigos se acercaban al régimen... entendí perfectamente que se suicidara", recordaba en su visita al Festival de San Sebastián, en 2008, con motivo de una retrospectiva), Monicelli empezó a dirigir antes de enrolarse en la Segunda Guerra Mundial: un corto, un mediometraje y su primer (y perdido) largo, 'Pioggia d’estate' (1937).
Steno & Totò
Tras la guerra, no se pondría tras la cámara hasta 1949, con Totò busca piso, codirigida con Steno (alias de Stefano Vanzina, con quien había escrito varios guiones). Rodaron ocho films consecutivos (cinco a medida del cómico napolitano Totò), relatos populares que reventaron taquillas en la Italia de los 50 y que sentarían las bases de la evolución de Monicelli.
Sus obras maestras
El equilibrio entre la amargura de las tramas y la comicidad del tono aplicado en la commedia all’italiana ("el género viene de lejos, de la commedia dell’arte del siglo XVI", contaba Monicelli. El amor, la muerte, la pobreza, la violencia... la desesperación endulzada por la esperanza a través de la risa...) logró su máxima expresión en 'Rufufú' (1958) y 'La Gran Guerra' (1959). "No éramos conscientes de lo que estábamos haciendo..." confesaba el cineasta.
Cineasta singular
Autor de casi un centenar de guiones y director de casi 60 largos, Monicelli estuvo activo hasta el final de su vida (su último film, 'Le rose del deserto', es de 2006). Como su padre, escogió el suicidio para marcharse. Tenía un cáncer terminal y se lanzó por la ventana del hospital. Un final lleno de sentido.
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