El cine italiano está de luto y conmocionado tras conocerse el desgraciado final de Monicelli. Según las primeras informaciones, el cineasta aprovechó que se había quedado solo en su habitación tras someterse a una terapia por su enfermedad para saltar desde la ventana. Las muestras de dolor y apoyo a la familia se han sucedido nada más saberse la trágica noticia e importantes personalidades de la cultura y la política italiana han expresado sus condelencias.

"Yo, que lo conocía profundamente y sabía de su gran dignidad y de su deseo de ser siempre independiente y autónomo, puedo entender este gesto. Últimamente había perdido también la vista, pero hasta el último momento había sido capaz de andar perfectamente. En definitiva, una persona sana que no toleraba la idea de poder depender de nadie", comentó el productor cinematográfico Aurelio de Laurentiis, quien trabajó junto a Monicelli en multitud de ocasiones. Por su parte, la presidenta de la región del Lacio (cuya capital es Roma), Renata Polverini manifestó que "Monicelli deja un gran vacío. Perdemos a un extraordinario director, autor de inolvidables filmes de la comedia a la italiana. Su suicidio nos deja a todos atónitos".

Mario Monicelli (Viareggio, 1915) trabajó con destacados protagonistas del cine italiano como Alberto Sordi, Totò, Vittorio de Sica, Sofía Loren, Marcello Mastroianni, Vittorio Gassman y Ornella Muti, entre otros. Enamorado del cine desde su adolescencia y tras una etapa de formación en los que ejerció como secratario de edición, ayudante de dirección y guionista, en 1949 por fin le llegó la oportunidad de debutar como director en colaboración con Steno. Juntos realizaron ocho películas, casi todas cómicas e interpretadas por Totó, caracterizadas por un sentido del humor rico en escenas originales, aunque algo mecánico. De ellas, la más importante es 'Guardias y ladrones' de 1951. Tras su colaboración con Steno, deja a un lado la comedia más pura y empieza a barnizar sus films con un tono que mezclaba el humor, lo patético y lo absurdo de forma muy inteligente y crítica. 'Padres e hijos', en 1956 y 'El médico y el curandero' en 1957 son obras destacadas dentro de la obra de Monicelli, el cual cosecharía uno de sus mayores éxitos con 'La gran guerra', de 1959, hecha en clave cómico-patética y que cuenta la historia de dos soldados cobardes que acabaron muriendo como héroes. La película ganó el León de Oro del Festival de Venecia y fue candidata al Oscar. Durante las décadas de los 60 y 70 su labor cinematográfica no paró, cosechando éxitos de taquilla muy importantes como 'Los compañeros', ganadora del Festival de Mar del Plata en 1963, 'La armada Brancaleone', considerada como una de sus mejores películas, 'La Mortadela', una sátira sobre la burocracia aduanera protagonizada por Sofía Loren, o 'Habitación de hotel'. En 1987 fue homenajeado en la Mostra de Cinema del Mediterrani, celebrada en Valencia y en 2008 el Festival de Cine de San Sebastián organizó una muestra retrospectiva de su obra.

Descanse en paz, Maestro.

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Habitación para cuatro (1975)

Rufufú (1958)

La armada Brancaleone (1965)