Marco Asensio (Calviá, 1996) es más que un jugador. Es una unidad de medida. Cuando el Real Madrid lo fichó en 2015 por 3,5 millones de euros, no sólo se convirtió en merengue, sino también en un gran hito. Asensio es considerado como uno de los negocios del siglo que ha hecho el Real Madrid.
El club lo ficha en 2015 con 18 años y lo cede al Espanyol, donde maravilla con su juego en cada partido. La siguiente temporada ya debuta como madridista, deslumbra como hombre de rotación, con golazos que desafían la física y que tienen un enorme impacto en la historia del club —como en la final de la Supercopa de Europa y en la final de la décimosegunda Champions—.
El madridismo lo ama, pero su progresión se ve cortada por dos hechos. El primero, por el bajón general que sufre el equipo tras la primera marcha de Zinedine Zidane y el adiós de Cristiano Ronaldo en 2018. El segundo, por la maldita lesión que sufre en verano de 2019 en la que se rompe el cruzado y el menisco.
Para muchos futbolistas, esa lesión significa el fin de su trayectoria. Para Marco Asensio, no. Más bien parece que ha sido un punto de inflexión que le ha hecho volver con más fuerza y más determinación a los terrenos de juego. Nadie puede negar que la presente temporada está siendo la mejor de su carrera, con goles que se han traducido en valiosos puntos y un rol más determinante en el equipo.
La confianza de Carlo Ancelotti
Así nos describe su presente: “Me encuentro muy bien después de pasar un par de años difíciles. Estoy encontrando otra vez mi forma. Me encuentro muy bien”, ratifica, “estoy muy feliz”. Asensio ha encontrado su sitio en el Real Madrid gracias al apoyo de Carlo Ancelotti. Con el entrenador lombardo, el balear se ha desatado. Ahora es más agresivo, roba más balones, es más vertical y tiene más oportunidades de conducir en carrera.
A estas cualidades se suma una pierna izquierda que es un cañón y, a la vez, un guante. Efectivamente, suficientes cualidades para ser titular en el Real Madrid. “Estoy muy agradecido con la confianza que me está dando el míster”, concede con aplomo y sonriendo. “Me da libertad para aparecer en zonas más intermedias, que es donde aporto mi máximo rendimiento, no tengo que estar atado a la banda. Entendemos el fútbol de la misma manera y eso me da mucha confianza a la hora de jugar”.
Sus grandes noches esta temporada no sólo significan que Marco Asensio ha dado un paso adelante, ese que el madridismo le ha pedido con insistencia, sino también que la lesión, la mal- dita lesión, se ha olvidado. “Recuperar las buenas sensaciones es un proceso difícil. Me costó hacerlo. Toqué fondo; anímicamente es muy complicado de superar. Sólo tienes dos opciones: dejarte llevar o coger el toro por los cuernos”, explica.
En su recuperación ha sido clave tanto lo físico como lo psicológico. “Formé un equipo que me ayudó a recuperar la forma, trabajar el estado de ánimo, la alimentación, el descanso... Creo que se ha visto el cambio. Como te decía, me encuentro mejor que nunca y estoy en un momento muy feliz de mi vida. Y eso se nota en el campo y en la sensación de querer ir a por todas”, analiza.
Lo psicológico también es clave para el grupo. Asensio lo sabe bien por el bajón que experimento el Real Madrid con la salida de Cristiano Ronaldo. ¿Por qué suceden este tipo de situaciones? Asensio resuelve el misterio que, en su opinión, no radica ni tiene nada que ver con lo físico: “El fútbol es un estado de ánimo. Cuando el equipo gana, se refuerza mucho más. Cuando pierde, aparecen las dudas. Tenemos que estar conectados con lo que hacemos, unidos. Ahí es cuando aparecen las buenas rachas. Cuando el estado de ánimo se hunde, llegan los malos resultados”.
La carrera de Marco Asensio ha sido una montaña rusa. Cuando los chavales de su edad sueñan con aprender a conducir, él ya estaba echándose a la espalda equipos de Primera División. Si tuviera una máquina del tiempo, ¿qué le diría a su yo de los 15 años? “Que siguiese con esa fuerza, con ese desparpajo, que no perdiera la ilusión”, vuelve a sonreír. “También le diría que es importante que expresara sus dificultades, que es algo clave. Pero sobre todo le diría que iba a cumplir su gran sueño: jugar en el Real Madrid”.
Cero tatuajes, muchas zapatillas
En el fútbol, los tatuajes y los peinados estrambóticos son la norma. Lo raro es el estilo pulcro de Marco Asensio. El mallorquín no tiene ni un milímetro de tinta en su piel y se peina igual que cuando tenía 15 años. Su ropa es sobria, huye de colores estridentes y de logos exagerados. “Me gusta, sobre todo, la ropa cómoda y elegante que pueda llevar cada día”, sintetiza él. ¿Y hay alguna prenda que le guste especialmente? “Me encantan las zapatillas de adidas, sobre todo las colecciones Y-3 [del diseñador japonés Yohji Yamamoto] y las Yeezy [del rapero Kanye West]. No te puedo decir un modelo concreto que me guste más... En realidad me las compro porque me gusta el color y la forma y así voy creando mi colección”, dice riéndose.
A pesar de tener un estilo propio basado en los principios de la comodidad y la elegancia, no hay ninguna prenda que Marco Asensio no se pondría. Pero sí tiene claro, por ejemplo, que “los pantalones pitillo no nos sientan muy bien a los futbolistas porque, obviamente, nos quedan muy apretados por los músculos. Lo que yo busco es comodidad, pero eso no implica que haya prendas que descarte”.
En Instagram, divina fuente de inspiración a base de scroll, Marco Asensio sigue a J Balvin, Bad Bunny o Drake, todos ellos referentes de la nueva masculinidad. ¿Tiene algún ídolo a nivel estético? “Todos ellos me gustan por cómo visten y cómo piensan. Pero lo que más me gusta es su colección de zapatillas”, confiesa con una risa franca.
Benzema como espejo
Asensio ha adoptado los golazos como rutina y a Benzema como ejemplo. Esta temporada, ha logrado su primer hat-trick con el Real Madrid en el partido de Liga contra el RCD Mallorca y, como ya viene siendo habitual en él, ha metido un buen puñado de golazos que pasarán a formar parte de sus grandes éxitos, como los que consiguió contra el Inter de Milán o contra el Granada.
Pero a pesar de la espectacularidad de sus tantos, el atacante se sigue quedando con el primero que marcó de blanco, el de la Supercopa de Europa contra el Sevilla en 2016. “Ese gol es difícil de igualar por varios motivos: por el ambiente que había en las gradas; por lo importante que fue; porque mi familia estaba en las gradas; por- que hizo que me diera cuenta de que ya era jugador del Real Madrid... Fue un momento muy especial. Aunque yo siempre digo que el mejor gol siempre está por llegar”.
El renacimiento de Asensio no sólo se percibe en su entrega, sino en detalles como la celebración de los goles. Aunque le hemos visto quitarse, des- aforado, la camiseta, la esencia para expresar alegría consiste en pellizcarse sus hombros para que su nombre se lea bien cuando la lleva puesta. “Raúl celebraba los goles así, señalándose la camiseta. Es uno de mis referentes”, cuenta. “Siempre he pensado que cuando metiera un gol importante, iba a hacer lo mismo, para mostrarme y para reivindicarme. Lo hice contra el Bayern, en los cuartos de final de la Champions de 2017. A la gente le gustó, así que me he quedado con ese estilo”.
Su carrera mantiene ciertos paralelismos también con la de Benzema. El francés es uno de los mejores delanteros del momento y un referente absoluto del Real Madrid. Pero al principio no fue comprendido por el Bernabéu. “Lo de Benzema tiene un mérito tremendo”, remarca él. “Ha aprovechado esas críticas para hacerse mejor. Para mí es una inspiración, por cómo ha crecido como futbolista y como persona. Es un emblema y un gran capitán”. Está claro que Asensio aspira a seguir los pasos del galo. De momento, es una divisa que no ha parado de subir de valor. Y eso, en el fútbol, es oro.
Fotografía: SILVIA TORTAJADA
Estilismo: JUAN LUIS ASCANIO
Maquillaje y peluquería: VÍCTOR MARESCO (COOL)
Producción: SARA RAMOS
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