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El Mallorca regresa este sábado a Mestalla, el escenario de su final más icónica

El Mallorca regresa este sábado a Mestalla, el escenario de su final más icónica

Por Tommy M. Jaume
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tommyjaumemallorcadiariocom/11/5/11/26
jueves 28 de marzo de 2024, 18:22h

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Han pasado casi 26 años, pero el mallorquinismo no olvida lo que sucedió aquel 29 de abril de 1998. Aquel primaveral día, los barralets se enfrentaron al FC Barcelona en la final de la Copa del Rey que tuvo lugar en Mestalla, el estadio que este próximo sábado visitarán los de Aguirre para medirse al Valencia.

El 29 de abril de 1998, RCD Mallorca y FC Barcelona se enfrentaron en la final de la Copa del Rey en el Estadio de Mestalla. Una experiencia única e inolvidable para los más de 14.000 aficionados mallorquinistas que se desplazaron desde la Isla, la mayoría de ellos ataviados con unos inolvidables chubasqueros cortesía del Consell Insular. Sin duda, aquel fue el mayor éxodo balear del último medio siglo. Y eso, que en aquella época el partido se disputaba en miércoles.

El RCD Mallorca, dirigido entonces por Héctor Cúper, llegaba a la cita con la permanencia asegurada tras un curso en el que los barralets regresaban a la élite tras un lustro de ausencia. Además, puesto que el otro finalista ya estaba clasificado para la Champions, la plaza europea estaba garantizada. Toda una gesta, pues era la primera vez que se lograba. Un hecho, que el gran Johan Cruyff ya había vaticinado meses antes.

Por el camino hasta la final, los de rojo y negro dejaron en la cuneta a Sóller, Las Palmas, Athletic Club, Celta de Vigo y Deportivo Alavés. Enfrente, esperaba un Barça dirigido por Louis Van Gaal y con estrellas como Rivaldo, Figo o Luis Enrique aunque con ausencias destacadas como la de Pep Guardiola. En el torneo de la regularidad, los catalanes vencieron en el Sitjar (0-1, gol en clamoroso 'offside' de Luis Enrique) mientras que en el Camp Nou, no se movió el resultado.

EL GOL QUE MUCHOS NO VIERON

El encuentro arrancó con sendas amarillas para Marcelino y Rivaldo cuando apenas habían transcurrido ciento veinte segundos. En el minuto 6, Stankovic culminó una jugada de esas que sólo podía fabricar el siempre voluntarioso Gabi Amato. Como si se tratara de un funambulista sobre la línea de cal, el punta dejo atrás al exmallorquinista Nadal y al brasileño Giovani para servir en bandeja el gol al serbio. Inolvidable la celebración coral con los miembros del banquillo de un tanto que dejó en silencio a los cerca de 25.000 aficionados blaugranas.Cabe tener en cuenta que eran otros tiempos, todavía lejanos al actual monopolio culé. Y es que en 1998, el FC Barcelona tan sólo contaba con una Champions en su Museu.

Lamentablemente, parte de la hinchada mallorquinista se perdió el histórico momento debido al retraso del barco que les desplazó hasta la capital del Turia. Luego, antes del descanso, Roa repelió un remate a bocajarro de Anderson y después, desvió un balón suelto tras un saque de esquina.

FUTUROS ENTRENADORES BARRALETS EN LOS LATERALES CULERS

En el primer tramo de la segunda mitad, Van Gaal dio entrada a Roger en lugar de un Albert Ferrer que años después ocuparía el banquillo bermellón. El recién entrado ocupó el lateral izquierdo provocando que Bogarde -sustituto del también ausente con futuro barralet Sergi Barjuan- se colocara en el centro de la zaga.

El sistema mejoró notablemente las prestaciones de unos catalanes que empezaron a aprovechar las bandas. Así, un envenenado centro de Reiziger desde la derecha permitió que Giovani dejara el esférico para que Rivaldo batiera a Roa con un disparo que fue desviado por Valerón. Para los curiosos, señalar que el brasileño dedicó su tanto a su hijo Rivaldinho que esa misma noche celebraba su tercer cumpleaños. Era el minuto 66.

CON NUEVE

Después, llegó el escándalo. El colegiado, un joven Daudén Ibáñez, quiso erigirse como el gran protagonista de la velada. No satisfecho tras acribillar con faltas durante todo el partido a los de Cúper, decidió cargarse la final con las expulsiones de Mena y Romero. Por cierto, hasta aquella aciaga noche, el lateral no había visto ni una sola tarjeta en toda la temporada.

No obstante, el luminoso no volvería a cambiar. Los bermellones, aquella noche vestidos de completamente de blanco, tenían que afrontar toda una prórroga con nueve jugadores y con un Stankovic, visiblemente lesionado. Por cierto, era la tercera vez consecutiva que el título necesitaba de media hora extra para conocer a su dueño.

LA OCASIÓN DE AMATO

Evidentemente, los azulgranas dominaron durante un tiempo suplementario que además, ese año experimentaba con el gol de oro. Es decir, la final podía acabar en cualquier momento. De esta manera, acorralaron a los isleños generando numerosas ocasiones. En las más claras, el poste rechazó sendos remates de Pizzi y Giovani. Eso sí, a punto estuvo Amato de portar el trofeo a Palma tras un testarazo que se marchó ligeramente desviado.

EL PENALTI DE STANKOVIC

En los penalties, el drama. Roa detuvo los lanzamientos de Rivaldo y Figo, y además transformó el suyo. Stankovic tuvo la Copa en sus botas, pero su tiro se marchó fuera en una acción que hasta 2003 fue la mayor pesadilla del mallorquinismo.

Finalmente, y ya en la muerte súbita, Hesp detuvo el lanzamiento de Eskurza. El Barça -que no se jugaba un título en esta suerte desde la final de la Copa de Europa de 1986 en Sevilla ante el Steaua de Bucarest- era campeón y además, podía presumir, 39 años después, de lograr el doblete.

COMO UNA CHAMPIONS

El ahora seleccionador Luis Enrique celebró el triunfo luciendo una camiseta de los Boixos Nois subido a una valla. Por entonces, el asturiano ya había olvidado su enfado tras ser sustituido y su posterior reacción, tirando al suelo el chándal de mala manera.

Por otro lado, Figo festejaba bailando su tercera Copa (segunda en España), Pizzi extendía una bufanda con la leyenda 'Antimadridista' y Roger ondeaba una senyera.

LAS LÁGRIMAS DE BELTRÁN

En el bando insular, jugadores como Roa y Mena lloraban desconsoladamente sobre el verde mientras el Presidente Beltrán lo hacía en el palco en presencia del Rey Juan Carlos, la ministra Esperanza Aguirre, los presidentes de la Comunitat Valencia y de la Generalitat (Eduardo Zaplana y Jordi Pujol, respectivamente) y el de les Illes Balears, Jaume Matas.

Señalar que tampoco se perdió la cita el cantautor catalán Joan Manuel Serrat ni un Nicolau Casaus que no pudo reprimir las lágrimas de alegría.

DESPEDIDAS Y VALORACIONES

Al acabar el envite, un aliviado Luis Figo admitió que "no quiero ni pensar que hubiera pasado si Stankovic llega a marcar su penalti".

En cuanto a Bartolomé Beltrán, el Presidente dejó entrever su marcha. "Entiendo que he cumplido un ciclo llevando al club hasta aquí y ahora tengo que reflexionar", explicó el mandatario. Serra Ferrer, por su lado, señaló que "esta noche se tendría que haber dado dos copas porque ambos equipos la merecieron". El pobler, que siete años antes había portado al RCD Mallorca a su primera final de Copa, era por entonces técnico de los catalanes.

Una vez finalizado el choque, fue el momento de las valoraciones. "Pido perdón a la afición" afirmó un Cúper que como superstición, se giraba de espaldas antes de cada penalty que los suyos lanzaron. El argentino afirmó que "estoy muy orgulloso de la actitud de mis futbolistas y del equipo que tengo" y señaló que "todo el mundo se ha dejado la piel en el campo y para mí eso es suficiente".

En cambio, Mena reconoció que "pegué una patada impresionante y cometí un error imperdonable al dejar a mi equipo con diez" añadiendo que "asumo mi culpa". Pocos días después, al argentino fue presentado, junto a Juan Carlos Valerón, por el Atlético de Madrid. Hay que recordar que tras ver la roja por su entrada a Rivaldo, el ex de Lanús se dirigió al colegiado diciéndole: "Ponte la camiseta del Barça".

LOS HÉROES DE MESTALLA

A pesar de la derrota, aquel día es recordado con orgullo por todos los que aman a este centenario club. A la salida, la imagen de los valencianos en sus balcones, despidiéndolos entre aplausos y gritos de ánimo siempre perdurará en sus memorias. Aquel día, el RCD Mallorca fue capaz de ganarse el respeto y la admiración del resto del país. Ese 29 de abril de 1998 nacieron los Héroes de Mestalla.

Al día siguiente, los culers(que en verano habían alzado también la Supercopa de España) organizaron una rúa que recorrió las arterias principales de la Ciudad Condal. Una celebración de la que también formó parte el equipo de balonmano tras levantar la Copa de Europa.

Mientras, el presidente Beltrán acudió en persona al Port de Palma para recibir a todos aquellos aficionados que habían viajado en barco, tal y como hizo Miquel Contestí en 1991 tras perder en el Santiago Bernábeu la primera final copera de la historia barralet frente al Atlético de Madrid.

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