Dejémoslo claro desde el principio. Normalmente cuando hacemos un artículo de “¿Qué fue de…?” gira en torno a una figura cuya carrera está truncada, abandonada o en proyectos de mucho menos relumbrón de los que le hicieron famoso. Decir esto de Malcolm McDowell sería en gran parte una mentira. Nacido en Horsforth, West Yorkshire allá por 1943, el actor inglés ha tenido una carrera enormemente prolífica y continua. Sin embargo, su icónico papel como Alex, el protagonista de ‘La naranja mecánica’ de Stanley Kubrick, nos ha nublado la vista sobre el resto de su trayectoria. A eso debemos de sumarle que, al fin y al cabo, por su rostro ha pasado casi medio siglo, por lo que es habitual que no reconozcamos al joven protagonista de la película de Kubrick. Verle le hemos seguido viendo, y mucho, pero puede que no nos hayamos ni dado cuenta de que ese señor mayor de mirada amenazante era nuestro querido drugo.

Exitosos inicios

malcolm mcdowell 'la naranja mecánica'
Sunset Boulevard//Getty Images

Su primera película fue la genial ‘If…’ (1968), donde interpreta a un joven de tendencias violentas en un internado para pijos. El clásico del Free Cinema no solo supuso su debut por la puerta grande en la gran pantalla, también el inicio de una trilogía bajo las órdenes de Lindsay Anderson que completaría con ‘Un hombre con suerte’ (1973) y ‘Britannia Hospital’ (1982). Gracias a ‘If…’ Kubrick descubrió al perfecto Alex para su película. El rodaje de esta cinta es casi tan mítico como sus imágenes. McDowell, conocedor de que estaba ante la oportunidad de su vida, lo dio todo ante el exigente método del creador de ‘2001. Una odisea del espacio”. No utilizó dobles y en una paliza se rompió dos costillas, en la escena del ahogamiento casi pierde el conocimiento tras tanto tiempo sin respirar y en la famosa escena del visionado forzado no solo se le secaron los ojos, la sujeción de los párpados también le rayó uno de ellos y le dejó tuerto casi un mes. Si todo valió la pena para convertirse en una de las figuras del siglo XX solo podría responderlo él. El problema vino después.

Las ediciones domésticas de la película suelen venir acompañadas de dos documentales: ‘Stanley Kubrick: Una vida en imágenes’ y ‘O Lucky Malcolm’. En ambos se repasa la vida y obra de las dos figuras clave de la película respectivamente, pero también se contrapone una anécdota que podría explicar por qué no volvieron a trabajar juntos. Es el propio McDowell, con Kubrick ya fallecido, el que cuenta los hechos. Relata que Kubrick le pidió ir a su casa para rodar más voz en off de la prevista en un principio. Conociendo la forma de trabajar de Kubrick, eso fue trabajo de semanas. McDowell asegura que, como en el rodaje, ambos se llevaron muy bien e incluso jugaban al ping-pong en los descansos. El problema vino cuando el actor exigió al director cobrar esas semanas de trabajo extra, mientras que el cineasta lo consideraba parte de lo previamente acordado. Siempre en palabras del actor, ya que Kubrick ya había fallecido en la fecha de realización de ambos documentales, eso truncó las promesas orales de volver a trabajar juntos ¿Podría haber sido Malcom McDowell el protagonista de ‘El resplandor’?

El rostro de todas las polémicas

malcolm mcdowell en 'la naranja mecánica'
Sunset Boulevard//Getty Images

Pero no volvamos a caer en reducir su carrera a una sola película, por muy mítica que esta sea. Hablamos de un hombre que ha participado en casi 200 largometrajes y en varias series de televisión. En su etapa juvenil protagonizó varias de las mejores películas inglesas de la época. Además de la citada trilogía de Anderson y la cinta de Kubrick, protagonizó ‘Caza humana’ (Joseph Losey, 1970) o ‘Los pasajeros del tiempo’ (Nicholas Mayer, 1979). El problema es que con las polémicas cintas de Anderson (de corte izquierdista y levemente antisistema) y la prohibición de 'La naranja mecánica' en Reino Unido durante décadas, McDowell parecía tener un imán para cintas conflictivas. Terminó de redondear su fama encarnando al Emperador Calígula en la cinta del mismo nombre que dirigió Tino Brass en 1979. En otras palabras, McDowell acabó, sin saberlo, en la película porno más cara de la historia, en la que la productora, Penthouse, añadió escenas de sexo explícito, sin consultarlo ni con el director ni con los actores. El escándalo fue tal que la película acabó siendo un fracaso de casi 18 millones de dólares que luego no encontró su público entre tal lío de versiones.

Quizás si todo hubiese salido de otra forma, una trilogía protagonista con Lindsay Anderson, una película con Kubrick y una gran producción romana habrían catapultado a McDowell hasta Hollywood, pero lo que hizo fue convertirlo en un habitual de la censura y la polémica. Su salto al cine americano llegó, pero fue con otra cinta atrevida y alejada de la industria, el remake de Paul Schrader de ‘La mujer pantera’ (1982), protagonizado por él junto a Nastassja Kinski, otra que se no caracterizaba precisamente por cintas para toda la familia.

Monopolizando secundarios

A partir de entonces, McDowell comenzó a visitar habitualmente la televisión y a dejarse ver en más producciones, pero con papeles mucho más pequeños. Desde finales de los 80 hasta ahora, McDowell ha participado en películas como ‘El juego de Hollywood’ (Robert Altman, 1992), ‘Bopha’ (Morgan Freeman, 1993), ‘Star Trek: La próxima generación’ (David Carson, 1994), ‘Un regalo para mamá’ (Richard Benjamin, 1994), ‘Tank Girl’ (Rachel Talalay, 1995), ‘Dos colgados en Chicago’ o ‘Soy espía’ (Betty Thomas, 2002) junto a otro centenar de títulos de bajo presupuesto o menor fama. Irreconocible si lo recordamos como el protagonista de ‘Calígula’, ‘If…’ o ‘La naranja mecánica’, con el pelo muy corto y, sí, muy blanco, McDowell no es la estrella que fue en los setenta y pudo ser en los ochenta, pero cuesta ver a un actor con más y más continuado trabajo en medio siglo de carrera.

malcolm mcdowell hollywood paseo de la fama
Mark Davis//Getty Images

En los últimos años su figura ha vuelto a cobrar importancia en producciones de más nivel y popularidad. Por ejemplo, también ha tenido hueco en producciones televisivas de prestigio como ‘Entourage’ (2004-2011), ‘Heroes’ (2006-2010) y ‘Mozart in the Jungle’ (2014-2018). Pocos habrán caído en que su rostro también asoma en películas tan populares como ‘Océanos de fuego’ (Joe Johnston, 2004), ‘Coco Chanel’ (Christian Duguay, 2008), ‘Rumores y mentiras’ (Will Gluck, 2010), ‘El libro de Eli’ (Albert y Allen Hughes, 2010), la oscarizada ‘The Artist’ (Michael hazanavicius, 2011) o la nominada el pasado año ‘Bombshell: El escándalo’ (Jay Roach, 2019). Sin embargo, el único que parece atreverse a querer recuperar a Malcolm McDowell como figura principal es Rob Zombie, que le ha llevado a papeles principales en películas como ‘Halloween: El origen’ (2007), ‘Halloween II’ (2009) o ‘31’ (2016).

Visto lo visto, no podemos decir otra cosa sobre la carrera de Malcolm McDowell que hablando de éxito. Tocó el cielo nada más empezar con películas tan populares como arriesgadas, radicales y provocativas. Al resto de su carrera le abandonó casi siempre la popularidad, pero no esa vertiente de riesgo, violencia y locura para la que su intensa mirada ha nacido. Sin embargo, pese a protagonizar durante décadas decenas de películas al filo de la navaja, muchas de baja estofa, el inglés lleva medio siglo de carrera sin pausa, enlazando un proyecto tras otro con una periodicidad que muchos envidiarían. Los premios, eso sí, no han vuelto a mirar hacia su dirección desde que en 1972 le nominaran a un Globo de Oro por su eterno papel de Alex. Hayamos reparado en él o no, lo cierto es que Malcolm McDowell y su todavía característica presencia, nunca nos ha abandonado. Vamos que, como diría su personaje, "De repente caí en la cuenta de que el pensar es para los atristos y que los omniosos cuentan con la inspiración y con lo que el señor manda".

malcom mcdowell y fans de 'la naranja mecánica'
Araya Diaz//Getty Images
Headshot of Rafael Sánchez Casademont
Rafael Sánchez Casademont

Rafael es experto en cine, series y videojuegos. Lo suyo es el cine clásico y de autor, aunque no se pierda una de Marvel o el éxito del momento en Netflix por deformación profesional. También tiene su lado friki, como prueba su especialización en el anime, el k-pop y todo lo relacionado con la cultura asiática.

Por generación, a veces le toca escribir de éxitos musicales del momento, desde Bizarrap hasta Blackpink. Incluso tiene su lado erótico, pero limitado, lamentablemente, a seleccionarnos lo mejor de series y películas eróticas. Pero no se limita ahí, ya que también le gusta escribir de gastronomía, viajes, humor y memes.

Tras 5 años escribiendo en Fotogramas y Esquire lo cierto es que ya ha hecho un poco de todo, desde entrevistas a estrellas internacionales hasta presentaciones de móviles o catas de aceite, insectos y, sí, con suerte, vino. 

Se formó en Comunicación Audiovisual en la Universidad de Murcia. Después siguió en la Universidad Carlos III de Madrid con un Máster en Investigación en Medios de Comunicación. Además de comenzar un doctorado sobre la representación sexual en el cine de autor (que nunca acabó), también estudió un Master en crítica de cine, tanto en la ECAM como en la Escuela de Escritores. Antes, se curtió escribiendo en el blog Cinealacarbonara, siguió en medios como Amanecemetropolis, Culturamas o Revista Magnolia, y le dedicó todos sus esfuerzos a Revista Mutaciones desde su fundación. 

Llegó a Hearst en 2018 años y logró hacerse un hueco en las redacciones de Fotogramas y Esquire, con las que sigue escribiendo de todo lo que le gusta y le mandan (a menudo coincide). Su buen o mal gusto (según se mire) le llevó también a meterse en el mundo de la gastronomía y los videojuegos. Vamos, que le gusta entretenerse.