Posy Simmonds: 'Satrapi, Altarriba, Sacco, Sattouf...¿quién duda que no son alta cultura?' - Infobae

Posy Simmonds: 'Satrapi, Altarriba, Sacco, Sattouf...¿quién duda que no son alta cultura?'

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Sergio Andreu

Barcelona (España), 4 may (EFE).- La británica Posy Simmonds es dueña de una fórmula difícil de definir: ¿literacómic? ¿comicatura?, un híbrido perfecto que combina viñetas y textos, más o menos largos, con el que reactualiza clásicos de Flaubert o Dickens, donde disecciona con ironía las miserias de la clase media y el mundo literario.

Simmonds es una de las invitadas en Comic Barcelona, que se celebra estos días, principal cita del sector en España y una de las más importantes de Europa, y a sus casi ochenta años (Berkshire, 1945) se muestra jovial cuando se le pide que explique, por enésima vez, cuál es su estilo, gestado en las colaboraciones en entregas, algunas diarias, para The Guardian, entre otras cabeceras.

"Nunca me di cuenta de que era un formato propio cuando aparecían como serie en el diario, pero cuando se publicaron como libro y se tradujeron al francés, recuerdo que allí me decían '¿pero, esto qué es? ¡Hay demasiado texto! Realmente, es algo distinto, difícil de definir. Art Spiegelman ('Maus') dice que son cómics que necesitan un punto de libro", bromea la dibujante en una entrevista con EFE.

'Gemma Bovery', inspirada en 'Madame Bovary', 'Cassandra Drake" que se nutre del Mr Scrooge del 'Cuento de navidad' o 'Tamara Drewe' que toma como fuente 'Lejos del mundanal ruido', de Thomas Hardy, son ejemplos de este género, algo folletinesco, con el que practica la sátira, marca de la casa, y donde las clases acomodadas del mundo rural, una de sus fijaciones, no salen muy bien paradas.

"El texto me permite que avance la historia y evito dibujar lo que no me gusta dibujar, pero he de ser más concisa", comenta la autora acerca de una combinación que le permite jugar con lo mejor de ambos mundos y que practica con una dosis perfecta de humor y mal carácter que atrajo al cine (tanto 'Tamara Drewe' como 'Gemma Bovery' han tenido sus respectivas adaptaciones).

La misma carga de ironía con la que sacude al ego de escritores en 'El mundillo literario', un recopilatorio de lo que ocurre entre bambalinas del sector editorial, y en el que nadie se queda sin su ración de sarcasmo.

"Ser escritor no es bajar a la mina, pero sigue siendo algo difícil. No hay que olvidar que llevan una vida muy solitaria, llenas de dudas sobre lo que hacen. Los pobres tienen sus inseguridades...", comenta, sin dejar entrever si habla en serio o no.

Simmonds, con una exitosa carrera también en los libros para niños ('Fred' tuvo su versión animada), es una institución en su país -y miembro de la Orden del Imperio Británico- gracias a ese estilo propio que le exige inteligencia y agilidad y que la llevó a ganar el pasado enero, el Gran Premio del Salón de Angouleme, el de mayor prestigio en este sector tradicionalmente muy masculino.

Cree que el haberse formado profesionalmente en los periódicos, donde la presencia de ilustradoras era más habitual, le evitó toparse con ciertos tics y comentarios machistas en el día a día laboral.

Reconoce la creadora que, a pesar de su maestría en ambas facetas, se siente más cómoda con el dibujo. "Escribir me resulta más difícil, acostumbrada a hacer bocadillos para las viñetas. Cuando escribo, hablo en voz alta con los acentos que pongo a mis personajes", explica.

Al enterarse de que acaban de conceder a Marjane Satrapi el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades, un galardón de prestigio en España, la autora inglesa no duda en elogiar el trabajo de la dibujante y activista franco iraní.

"Tiene una forma extraordinaria de contar la historia de Irán y de sus mujeres, una visión personal", señala Simmonds sobre la creadora de 'Persépolis'.

Asimismo, ve en este premio un reconocimiento al cómic como medio y afirma no entender a aquellas voces que dudan de sus capacidades expresivas y de que pueda ser considerado cultura con mayúsculas.

"Los trabajos de Satrapi, de Antonio Altarriba, de Joe Sacco, o los de Sattouf sobre Siria ¿no son obras importantes? Los cómics y las novelas gráficas son una herramienta democrática y sencilla que pueden funcionar como testigos documentales y si lo hacen entreteniendo son aún más eficaces", argumenta. EFE

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