El Mundial que Pelé no quería jugar

El Mundial que Pelé no quería jugar

Fútbol

En México’70 se vio la mayor exhibición de una selección, un torneo en el que la estrella de Brasil (y del momento) declinó en principio estar tras el varapalo en Inglaterra cuatro años antes

Jairzinho, Pelé, Carlos Alberto, Tostão, Gérson y Rivelino en la celebración del cuarto gol de Brasil en la final contra Italia

Jairzinho, Pelé, Carlos Alberto, Tostão, Gérson y Rivelino en la celebración del cuarto gol de Brasil en la final contra Italia

Rolls Press/Popperfoto

Minuto 86. Recuperación de Tostão en campo propio. Triangulación al primer toque entre Clodoaldo, Gérson y Pelé. Clodoaldo (el menos habilidoso de mediocampo hacia delante) sortea a cuatro hombres antes de abrir a la izquierda. Desplazamiento en largo de Rivelino a Jairzinho. Pase al omnipresente Pelé. O Rei espera la incorporación de Carlos Alberto por el carril diestro. El balón llega al capitán de Brasil y, con un disparo cruzado, fusila a Albertosi. El marcador del Azteca refleja un 4-1 incontestable de la verdeamarela sobre Italia. El cuarto gol es el colofón a una segunda parte extraordinaria de los brasileños, a un Mundial para enmarcar, guardado en la retina de millones de aficionados de todo el globo.

Luego llegarían Cruyff, Maradona, Messi... pero antes siempre estuvo Pelé. Es una postura innegociable para todos aquellos coetáneos del diez de Três Corações que disfrutaron en vivo de esa Brasil campeona del mundo en México’70. Si el trono de Pelé no se discutía, mucho menos después de esa exhibición coral comandada por la estrella del Santos. Una exhibición que a punto estuvo de no producirse porque Pelé no quería jugar ese Mundial.

La decepción en Inglaterra’66 había sido tremenda. Antes del campeonato la población brasileña (y la mayoría de aficionados) daba por hecho que la seleção regresaría con el trofeo Jules Rimet bajo el brazo y encadenaría así tres Mundiales. Lo nunca visto. Tenían a Pelé, el hombre del momento, en la plenitud de su carrera (25 años). ¿Qué podía salir mal? 

Sin embargo, el equipo naufragó. No pasó de la fase de grupos, un desastroso final para algunos futbolistas que habían tocado el cielo en Suecia’58 y Chile’62. En el decisivo partido contra la Portugal de Eusébio, Pelé estuvo en el punto de mira de la defensa rival. Fue cazado en varias ocasiones y, mermado, no pudo rendir al nivel esperado

Tostão: "Ese equipo supuso una revolución para el fútbol, el inicio del fútbol moderno"

En el Mundial celebrado y ganado cuatro años antes solo pudo jugar los dos primeros partidos. Un dura entrada de un defensor checoslovaco acabó con su participación. Harto de las lesiones, dijo que Inglaterra sería su última Copa del Mundo.

Pelé estuvo dos años sin representar a su país. No fue hasta el 25 de julio de 1968 cuando se volvió a enfundar la camiseta contra Paraguay. Marcó dos goles; uno de libre directo y otro de cabeza. Siempre reconoció que tuvo la presión de la dictadura militar para volver, aunque aseguró que tomó la decisión por convencimiento. 

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Pelé anotó cuatro goles en Méxio'70 y dos 'no goles': uno de disparo desde el centro del campo y otro tras sortear al portero uruguayo en semifinales

Sporting Picture / Reuters

Eran unos años convulsos en Brasil. La privación de libertades a base de una sangrienta represión dejaba el país en muy mal lugar. Qué mejor que un Mundial para desviar la atención si se conseguía el título. Según Pelé, nada beligerante contra el régimen –más bien al contrario–, la consecución de la Copa del Mundo sirvió para apaciguar los ánimos, al menos durante un tiempo.

Esta vez nadie pecó de soberbia, a pesar de contar con cinco mediapuntas que brillaban con luz propia: Gérson (São Paulo), Rivelino (Corinthians), Jairzinho (Botafogo), Pelé (Santos) y Tostão (Cruzeiro) –quienes reprochan a Pelé no haber jugado nunca en Europa, cosa que no pudo hacer durante la mayor parte de su carrera debido a las leyes brasileñas de la época que retenían el talento, obvian la calidad exuberante del campeonato brasileño–. La obra de los cinco 10 era de João Saldanha, destituido tres meses antes del Mundial por su carácter contestatario -no gustaba a la dictadura de Garrastazu Médici- y su tenso desencuentro con Pelé. 

Mário Zagallo: "Mi mayor socio se fue y con esa sonrisa, te guardaré conmigo; eres eterno"

Quería que en México O Rei, cuestionado antes del torneo, jugara de delantero centro, posición que acabaría ocupando Tostão cuando Mário Zagallo asumió el cargo. El resto es historia. “Ese equipo supuso una revolución para el fútbol, el inicio del fútbol moderno”, rememoró el legendario Tostão hace un par de años en La Vanguardia.

Tanto el acompañante de lujo de Pelé en esa delantera como el resto de integrantes de la selección más brillante de la historia han mostrado sus respetos estos días. “Simplemente, el más grande de todos los tiempos”, asegura Tostão. “Tuve el honor de jugar a su lado. Un verdadero genio”, señala Gérson. “Mi mayor socio se fue y con esa sonrisa, te guardaré conmigo. Eres eterno”, remata Zagallo, también excompañero.

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