La casa vitivinícola Viñedo San Miguel destaca en contiendas internacionales previo al Curso Mundial de Bruselas que se celebrará en nuestra ciudad el próximo junio.

Tan sólo este mes, cuatro de sus etiquetas recibieron medallas en el Concurso Internacional de Lyon, Francia, siendo no sólo el único viñedo guanajuatense, sino el único mexicano en resultar premiado en esta contienda. 

Días más tarde, algunas de sus botellas también fueron reconocidas en el concurso Los Angeles International Wine Competition y por la Guía Peñín de España. Para dar más detalles sobre las preseas, Jorge Solís, director del viñedo otorgó una entrevista a Periódico AM.

“Nos encanta siempre medirnos en los mejores concursos de vino en el mundo y competir con las mejores marcas. En estas competencias las reglas son más severas, pero también es una forma de medirnos nosotros mismos.

Obtuvimos cuatro medallas en Lyon y estamos muy contentos porque es uno de los concursos más importantes del mundo.

Una o dos semanas después fue el concurso Internacional de Los Ángeles y ganamos una medalla de oro y una de plata; aquí lo interesante fue que nuestra medalla de oro, el Syrah, se llevó además la denominación ‘Best Of Class’ con 90”, comentó Jorge Solís.

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Las etiquetas ganadoras

En Lyon, Francia, las etiquetas merecedoras de medalla de oro fueron Blancs, Sauvignon Blanc, Syrah y Latiendo. 

En Los Ángeles, Latiendo obtuvo medalla de plata y Syrah los reconocimientos antes mencionados. 

Además, hace unos días la Guía Peñín, el manual español de vino más grande y reconocido del mundo, otorgó una puntuación mayor a 90 a 4 vinos de Viñedo San Miguel, entre ellos el Syrah, Malbec Reserva, Cabernet Sauvignon y Blend.

Todos estos reconocimientos elevan los ánimos de la vinícola rumbo al próximo Concurso Mundial de Bruselas. 

“Confiamos plenamente en la calidad de nuestros vinos y no de manera soberbia, sino que al final son los mismos vinos que estamos mandando las pruebas internacionales los que se van a ir ahora a Bruselas”, explicó el director.

La importancia de las añadas

Muchos de los vinos premiados se encuentran desde hace tiempo en el mercado y son ya reconocidos por el público, sin embargo no se trata de las mismas botellas que acaban de ser premiadas.

“Normalmente cuando compartimos los nombres de las etiquetas ganadoras no mencionamos la añada (el año de la cosecha), porque suele ser difícil que sean las mismas que están en el mercado y la gente pueda buscarlas.

Cuando mandamos nuestros vinos a concurso, también se trata de reafirmar que la medalla que tuvimos la añada anterior vuelva a ganar”, comentó el director Solís. 

El experto también recordó que el año que aparece en las botellas corresponde al año en que se cosecharon las uvas de las que está hecho el vino y el fruto de cada año es distinto de acuerdo a las condiciones climáticas en que creció y a la madurez de la planta.

En ese sentido, destacó el trabajo de Abisaí Vargas, enólogo del viñedo y Abraham González, ingeniero agrónomo del lugar, quienes trabajan en conjunto para lograr que cada etiqueta de vino mantenga la continuidad del sabor aunque la uva sea distinta. 

“Una medalla también representa el reconocimiento al trabajo de producción que existe detrás de cada uno de nuestros vinos; a toda la gente del campo, porque de ahí viene la calidad de nuestros vinos. 

Somos un viñedo que no compramos uva, todo se gesta aquí tanto del campo como de producción vinícola y estamos muy contentos de seguir reafirmando el tema de calidad y compromiso”, finalizó Jorge Solís. 

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