Televisión Española no ha tenido que esperar mucho este 2024 para encontrar su primer éxito. A diferencia de otros años, en los que le costaba que sus series llegasen al público, anoche estrenó la miniserie 'La ley del mar' y obtuvo un buen resultado: lideró la noche y congregó ante la pantalla a más de millón y medio de espectadores (y ahora puede verse en streaming en RTVE Play). Lo hizo con una ficción basada en hechos reales, con un fuerte componente social y protagonizada por Luis Tosar, Víctor Clavijo, Àlex Monner y Blanca Portillo, entre otros. Se trata de la versión ficcionada de la odisea que vivió el pesquero Francisco y Catalina que recogió a los pasajeros de un cayuco de 51 inmigrantes en las aguas del Mediterráneo.

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La historia real en la que se basa 'La ley del mar' se remonta a julio de 2006. Un barco español, con 11 marineros a bordo procedentes de Santa Pola y Muxía, faenaba cerca de la costa de Malta para pescar gambas, cuando divisó una embarcación llena de gente en una situación precaria y riesgo de hundimiento. Tras valorar la situación, Pepe, el patrón, decide que deben prestar ayuda humanitaria y suben a su barco de apenas 25 metros de eslora a esas personas que han encontrado en el mar. Con ellos se dirigen hacia el puerto más cercano, el de La Valeta para desembarcar. Pero, para su sorpresa, antes de tocar tierra se encuentran con un no por parte de una patrullera. Malta rechaza a los inmigrantes y se abre un conflicto diplomático sobre qué hacer con estas personas.

"Conocía la historia, vi el documental que se hizo y me hizo mucha ilusión cuando me hicieron llegar el proyecto", explicaba Tosar en el South Festival hace unos meses. "Volví a verlo y a encontrarme con el patrón de verdad, Pepe, que es un personaje inconmensurable. Su dignidad y valentía es algo que no es habitual, enfrentarse a una realidad en la que estás solo. Fue un momento muy duro para toda la tripulación y los migrantes, pero él se mantuvo al pie del cañón con una fortaleza que no es lo habitual siendo pescador". Y expresaba un deseo para este proyecto: "Me encantaría pensar que la ficción sirve para cambiar un poco la realidad".

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"Pepe es un personaje como de otra época, comprometido con su moral y eso me llamaba mucho la atención y quería corroborarlo", confiesa Tosar, que conoció al hombre en que se basa su personaje. "Cuando hablas con él, es una persona con principios tan claros que te sorprende". Y relata cuál fue la clave para construir su personaje: "Mi gran duda cuando hablé con él por teléfono era preguntarle si había pasado miedo. Me parecía troncal para el personaje saber si estaba acojonado o le daba todo igual. Me dijo: 'Me daba lo mismo, sabía que era cuestión de tiempo. Yendo con la verdad por delante se solucionará'. Él es una persona extraordinariamente íntegra que no sueles encontrarte. Normalmente nos movemos en un mar de dudas, somos muy volubles y ofrecemos cosas volátiles".

La serie no solo se centra en lo sucedido en el barco, sino también en los despachos -ahí entra en juego Portillo en el papel de la diplomática que hizo fuerza para solucionar el problema- y también en tierra, en Santa Pola, donde conocemos a las familias de los pescadores, cómo vivieron el suceso y también lo difícil de llevar que es tener a un familiar con esta profesión. "Hemos podido conocer a Pepe y a Pepi [su esposa]. Si hablas con ellos, él te dirá que la parte mas dura es la que vivió ella. Él creía que tenía la historia controlada, sabían hasta dónde forzar, pero en tierra lo pasaban mal porque la incertidumbre era total. Las comunicaciones era difíciles y la tensión fue absoluta", dice Tosar.

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Coproducida entre RTVE y À Punt, la autonómica valenciana, la serie nace de la productora Studio 60 que lidera Flipy, quien llevaba más de una década intentando levantar este proyecto, primero como película y después como serie. "Son historias importantes para contar. Tiene un ritmo pausado y está rodada así darle verdad. Los actores le han dado mucha verdad, te crees que son pescadores. Ha sido un trabajo muy de equipo". Alberto Ruiz Rojo, director de la serie, añade: "Empezó como una locura. Teníamos mucho metraje en el barco y optamos por lo más arriesgado: 18 jornadas seguidas rodando en el mar donde nos convertimos en una gran familia". Y cree que mereció la pena, ya que se transmite esa sensación de familia y piña entre los tripulantes y los rescatados.

"Curiosamente, rodamos el final lo primero. En televisión todo va el revés", recuerda Tosar, "El día del rescate todos nos emocionamos viendo la dimensión de lo que puede ser un rescate en alta mar. Fue muy bonito recrear ese momento, el mas emotivo. Para ellos [en la historia real], fue muy especial también porque de alguna manera todos se rescataron unos a otros. Es un viaje de ida y vuelta entre gente que viene de mundos que no tiene nada que ver y de los que aprenden". Para el equipo televisivo la experiencia fue muy emotiva porque algunos de los figurantes también tenían o conocían duras historias relacionadas con migración. "En una pequeña medida nosotros lo vivimos en el barco, te cuentan sus historias, gente que lo vive todos los días"

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Para Tatiana Rodríguez, guionista, era importante que no solo hubiese una mirada blanca en la historia. "Parte de gente de Santa Pola que rescata a un grupo de inmigrantes, pero sí queríamos no ser maniqueos, no dejarlo en la historia de rescatar a unos pobres que se ahogan. Queríamos que sirviera también para contar algo en sus vidas. Vemos casos a diario, pero no sabemos tanto. Para mí el gran descubrimiento [al documentarse] es que son viajes de años y la patera es quizá lo mejor de todo eso. En la serie, la tripulación les descubre y ven que son como ellos, que su vida no es tan diferente, salvando las distancias. Si cuando conozco al otro veo que es parecido a mí, cambia la historia. Está hecho con todo el respeto y también con la necesidad de saber".

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Álvaro Onieva

Nací en Wisteria Lane, fui compañero de piso de Hannah Horvath y 'Chicago' me volvió loco porque Roxie Hart soy yo. Tengo la lengua afilada, pero, como dijo Lola Flores, "me tenían que dar una subvención por la alegría".