Luis Enrique vuelve con el PSG a San Sebastián; el técnico nunca
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Luis Enrique vuelve al Reale Arena, el estadio donde nunca ganó

El técnico asturiano visitó cuatro veces el feudo realista sin éxito con un empate y tres derrotas

El técnico asturiano visitó cuatro veces el feudo realista sin éxito con un empate y tres derrotas
Luis Enrique Martínez, entrenador del PSG. | Europa Press

Se presenta Luis Enrique Martínez (Gijón, 1970) en San Sebastián a punto de acceder a cuartos de final de la Champions. En seis de las últimas nueve ediciones su equipo, el Paris Saint Germain, no lo consiguió con lo cual la cosa no es una tontería. Presentar de nuevo la candidatura para ganar la Liga de Campeones es el reto. Sin duda uno de los favoritos al título.

Sin embargo no lo hace en una época brillante de juego. No es excelente la presentación en los partidos ni la resolución. Ganará el equipo parisino, sin problema, una nueva liga casera y estará, si no sucede una catástrofe, en la antepenúltima ronda de la élite europea. Aún así hay peros al trabajo del asturiano, muy suyo a la hora de plasmar su obsesiva forma de ver el fútbol. Dicen sus allegados más próximos que Luis Enrique trabaja a destajo sin apenas descanso. Eso es lo que le ha hecho estar un tiempo relativo, más bien corto, en todos sus proyectos. Dos años en el Barça b, uno en Roma, uno en Vigo, tres en Barcelona con el primer equipo y cuatro en la selección. Nunca eterno en un lugar. Quizá una clave para el éxito.

Viene Luis Enrique a un estadio maldito para él. Nunca ganó como técnico en el Reale Arena o Anoeta para los clásicos. Una derrota con el Celta en 2013, dos con el Barcelona (2015 y 2016) y un empate con el equipo azulgrana (2017). Siempre se le dio mal y este martes tiene que defender el 2-0 de la ida. Un resultado cómodo pero que no te puede hacer relajar. Sería peligroso.

No es el ex seleccionador un tipo propenso a la relajación. Sabe bien que si no estás atento, cualquier equipo de Europa puede hacerte daño. Es cierto que no se vislumbra, ojalá nos equivoquemos, el partido que le haría a la Real remontar esto. Sería épico porque no están los donostiarras en su mejor momento. Es, de hecho, el peor de la era Imanol. Sin encontrar gol fácilmente, muy lejos en Liga de los puestos de arriba y eliminado esta semana de manera muy dolorosa por el Mallorca en la Copa. No es el momento.

Sabe Luis Enrique que tiene armas suficientes para salir ileso de Donosti. Cuenta con jugadores muy veloces arriba que hacen del partido una gran oportunidad para jugar rápido a los espacios. La Real tiene que dejarse todo para intentar remontar y en ese escenario Mbappe es una garantía.

Para eso no tendrá el entrenador visitante, ni siquiera, que romper esa racha negativa en Anoeta. Puede incluso perder por un gol, seguir sin tener simpatía por este estadio y, sin embargo, pasar la eliminatoria. No deja de ser una curiosidad que el escenario blanquiazul sea una pesadilla para Luis Enrique que claudicó siempre en terreno realista. Incluso una vez, en enero de 2015, se le mostró, de manera indirecta, la puerta de salida en el Barcelona.

Fue aquella noche en la que el técnico dejó en el banquillo a Messi y a Neymar. Un partido a principios de enero, volviendo de navidad con la Liga en juego. A cuatro puntos del Real Madrid, líder en ese momento y que había perdido esa tarde en Mestalla. El Barcelona podía acercarse pero al asturiano le apetecía guerra. Las dos estrellas en el banco. Sólo Suárez arriba. El Barcelona perdió el encuentro con tan sólo unos minutos del argentino y del brasileño. El día siguiente tenía que rendir cuentas.

Según cuentan, dos días antes de esa noche, en un entrenamiento a puerta cerrada, Luis Enrique tuvo una agria discusión con Leo Messi a raiz de un partidillo y de una falta no pitada por el asturiano, que ejercía de árbitro. Dicen que se dijeron varias cosas a la cara y a Luis Enrique eso no le gustó. Dos días después el argentino y Neymar, que había venido con retraso de las vacaciones, fueron suplentes. El resto es historia. La charla en el vestuario en la que se le aconsejó a Luis Enrique llegar a un entendimiento. Nunca más volvió a suceder y el año acabó con el triplete.

Envuelto ahora en una relación fría con la estrella del PSG, Kylian Mbappe, Luis Enrique tiene que gestionar este nuevo panorama. Le ha sustituido tres veces en un encuentro que el equipo no tenía resuelto. Este martes Mbappe será titular y el técnico, que ya dijo que se tenían que acostumbrar a jugar sin él, hará otro malabarismo en rueda de prensa. Si esto acaba en mayo con todos los títulos será bienvenido este affaire. Si no, habrá lio. Pero el lio lo sabrá gestionar Lucho porque él es así. Siempre que pueda, que no siempre puede, querrá ser el líder.

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