Luis Aragonés, el sabio, tenía una teoría para la fase final del campeonato. Según él todo se decidía en las últimas 10 jornadas. Era uno más de sus apriorismos tan sencillos como lógicos, propios de una mente preclara para el fútbol como ha habido pocas en la historia de este deporte.
Según Luis había que llegar con opciones a estas últimas diez jornadas y no fallar, sea en la lucha por el título como en el resto de objetivos. Ahora estamos a falta de 9. El Real Madrid aventaja en 8 puntos al Barcelona, pero no puede confiarse y en especial en sus dos siguientes partidos. En la 32ª Madrid y Barça se verán las caras en el Bernabéu. Hasta entonces los blancos juegan con los dos finalistas de Copa antes y después del gran partido del 6 de abril en la Cartuja, y con el Mallorca en medio de la eliminatoria de Champions ante el City. De tal forma que al Clásico del Bernabéu el conjunto de Ancelotti puede llegar con los 8 puntos actuales o no, convirtiendo ese partido en la gran baza del Barça.
Ancelotti, muy cercano a la idea competitiva de Luis, sabe que el campeonato está orientado, pero no decidido. El Madrid necesita ganar en los siguientes dos partidos para llegar ante el Barça al menos con los 8 puntos de ventaja, y aún así el Clásico se antoja decisivo. Se repite algo parecido a lo que sucedió la temporada pasada, entonces fue en el Camp Nou y el Barça ganó en el último instante tres puntos que le confirmaron en el liderato.
Territorio Aragonés. Aquel donde los grandes muestran su fortaleza. El campeón será el que gane todos los partidos. Al tiempo.