�Mi vida es broma y alegr�a�, contaba a este peri�dico hace siete a�os Lucas Nogueira (S�o Gon�alo, Brasil, 1992), un chico al que no se le intu�a cielo, un diamante que nunca ser�a pulido. Infinito, como su sonrisa, como su pelo enmara�ado, como los tatuajes que le cubren hasta los dedos de las manos y el rostro. Un 'Beb� gigante', como le bautiz� un amigo de la familia en su Brasil natal, entonces promesa de genio en Madrid, hoy juguete roto tras su paso sin �xito por la NBA; el otro lado del deporte, retirado prematuramente a los 28 a�os.
Nogueira lo anunci� el mi�rcoles, a trav�s de una carta en sus redes sociales en la que pon�a de manifiesto �los momentos tristes� que le sacaron de las canchas. Las lesiones que fueron el colmo, pero tambi�n las frustraciones de un chico al que el entusiasmo siempre le presion� hasta desenfocarle. Aterrizado a los 15 a�os a la cantera del Estudiantes, en 2014 dio el salto a los Raptors, donde tras cuatro temporadas de sinsabores acab� por salir por la puerta de atr�s, de vuelta a la ACB con el Fuenlabrada, de nuevo el fracaso deportivo, un paso por Bahrein, vuelta a Brasil (Fortaleza Basquete Cearense) y adi�s a las canastas cuando deber�a estar en plenitud.
Contaba entonces Lucas, al que todo el mundo llamaba Beb�, que un d�a le detuvo la Polic�a cuando caminaba por el barrio de El Viso. Un episodio racista al que ni siquiera daba mucha importancia, como a casi todo en aquella juventud de buenos augurios. �Vivo aqu� al lado de Serrano y me vieron un poco sospechoso. No llevaba mi DNI. Le expliqu� que juego en Estudiantes y no lo creyeron. Me dijeron que nunca me hab�an visto en la tele. Les contest� que, o me llevaban a la comisar�a o me llevaban a entrenar, que llegaba tarde a Magari�os. Al final me dejaron ir�. Por entonces, con sus 213 cent�metros (230 de envergadura), ped�a a gritos oportunidades en el Estu, donde acabar�a explotando con Txus Vidorreta, pese a que siempre tuvo sobre �l la sospechas de la falta de madurez y concentraci�n, con la mente puesta al otro lado del charco desde que brillara en el Nike Hoops Summit de 2011.
Saudade
No hab�a d�a que en las gradas del Magari�os no hubiera un pu�ado de scouts de la NBA siguiendo sus evoluciones. Y �l, hijo adoptivo de un famoso jugador de f�tbol brasile�o, se hab�a pasado llorando su primer a�o en Madrid. �Fue fatal, muy duro�, recordaba de aquella 'saudade'. Despu�s, cuando ya las rodillas le empezaban a dar quebraderos de cabeza -se march� dos meses a EEUU en plena temporada a tratarse- fue la noche madrile�a la que le encandil�. �Todo el mundo sale un rato y bebe, pero yo lo hice una y otra vez y no hab�a nadie que pisara los frenos. He salido mucho. En Espa�a ten�a un partido a la semana. Era joven y dispon�a de algo de dinero y ning�n l�mite. Al final encontrabas la manera de salir de fiesta. No ten�a ninguna �tica de trabajo. Cuando fui a EEUU vi que un ni�o de 15 a�os ten�a m�s disciplina que yo. Es algo cultural�, reconoci� despu�s en la ESPN: �No soy una v�ctima, soy un chico sincero que siempre ha asumido la responsabilidad de lo que ha hecho. Deber�a haber tenido m�s oportunidades, pero quiz� no las merec��.
En el draft de 2013 hab�a sido elegido en el puesto 16 por los Hawks y se pas� meses esperando noticias desde Atlanta. Fue finalmente en 2014 cuando los Raptors, donde ya estaban sus derechos, se hicieron con �l, el tercer colegial en dar el salto a la NBA tras Sergio Rodr�guez y Fernando Mart�n, dejando en caja 600.000 euros a las necesitadas arcas del Estudiantes, donde ten�a un a�o m�s de contrato.
En Toronto, cuatro largas temporadas, 141 partidos. Nada de aquello con lo que so�aba. Cuando regres� a la Liga Endesa, trabaj� con el psic�logo Jos� Manuel Beir�n. Pero no result� el trampol�n que esperaba para volver a la NBA (apenas nueve partidos). Al fin, el beb� gigante Nogueira desisti� de perseguir su sue�o. Ahora, su hija Estella, que vive con su madre en Florida, ocupa sus pensamientos m�s que las canastas.
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