Críticas de Love Life (2022) - FilmAffinity
Haz click aquí para copiar la URL

Love Life

Drama Taeko vive felizmente junto a su marido Jiro y su hijo Keita, pero un inesperado accidente cambia radicalmente sus vidas. Tras el repentino regreso de Park, el padre biológico de Keita, Taeko empezará a plantearse un nuevo objetivo vital, aunque para ello deba romper con todo lo que había construido hasta entonces.
Críticas 3
Críticas ordenadas por utilidad
14 de marzo de 2023
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
*El frío de una mirada

Tras la victoria en Cannes con Harmonium, Kōji Fukada regresa siguiendo fielmente la estela de un cine japonés dirigido y arquetipado por maestros como Hirokazu Koreeda. Siempre focalizados en los lazos familiares, Kōji Fukada explora ese Japón burgués tan multifacético y lo analiza desde diferentes perspectivas. El punto de partida del cineasta es una canción de Akiko Yano, que da título a la película Love Life y sirve de inspiración para transmitir las sensaciones que se llevan a la escena con gran delicadeza.

Love Life nos abre las puertas a la tensión y la incomodidad de una familia inmóvil y vacía. Todos se evitan y sus miradas raramente se cruzan. Taeko, la mujer, vive con su marido Jiro y su hijo Keita, de un matrimonio anterior. Tras un accidente, su ex marido vuelve a aparecer y la aparente serenidad nuclear se desvanece.

*Entre cuatro paredes

Una casa fría y silenciosa es el escenario en el que se mueven los personajes como fichas en un ajedrez. Hasta que una tragedia rompe la inmovilidad y comienzan a mirarse, por fin a la cara, unos a otros. Se genera un vacío que necesitaba ser llenado y la vida surge desde ahí, escalando el recinto en el que se habían encerrado.

¿Por qué? Porque Kōji Fukada no profundiza en el dolor como tal, sino en la soledad que se siente al no poder compartir el sufrimiento con nadie. La composición de los planos nos muestra el interior de habitaciones vacías, una sucesión de casas desiertas donde se pasea una sola persona, aunque conviva una familia completa. Es curioso, pero la forma de contar esta tragedia es a través de una obra muy luminosa y colorista, espaciosa visualmente. La puesta en escena es sólida: planos generales, escenas largas y tomas estáticas pero intensas.

*Conclusiones

Love Life es un relato de dolor y luto, profundamente anclado en la cultura social japonesa, allí donde todo, con demasiada frecuencia, debe expresarse sin palabras. Los acontecimientos se suceden de forma glacial, lejos de emociones fuertes, emulando la actitud de aparente desapego con la que los protagonistas abordan cuestiones muy dolorosas. Quizá el obstáculo sea justo esa brecha cultural que no permite la identificación con la manera tan gélida, emocional y escénica, de gestionar la tragedia.

Escrito por Soraya Unión Álvarez
Cinemagavia
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
21 de mayo de 2023
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pasan las décadas, cambian los nombres y las formas fílmicas mutan, pero la sensibilidad que el cine nipón exhibe para retratar las relaciones humanas se mantiene intacta. Una tradición cinematográfica que siempre pone el relato en el foco de sus prioridades pero reflexionando tantas veces sobre la manera de filmarlo. Un ejemplo preciso de esta destreza desinteresada de exhibicionismos se encuentra en el presente título, nuevo trabajo de un talentoso realizador que aun espera el prestigio que merece. Se presentó en la Sección Oficial del pasado Festival de Venecia, donde no recibió reconocimiento en el palmarés, y nos llega a salas 9 meses después sin haber tenido presencia en certámenes posteriores. Un placer poder ver en primicia Love life de un Kôji Fukada que ya nos apabulló en Harmonium y nos convenció sobremanera en The real thing. Un trágico drama familiar que recomiendo con entusiasmo, pues nos hallamos con la película de mas soberbia en su guion de los últimos meses. Un silencioso y humanista relato de sanación que construye gradualmente hacia el pasado desde el presente, dejando abierta una puerta de felicidad para el futuro. Una vía de acceso a un torrente de emociones sin alzar la voz ni recurrir a estrategias de precipitación afectada.

El perdón y la segunda oportunidad como terapia. La construcción del entendimiento y la convivencia solidaria desde el rencor. Enunciación fílmica de relaciones heterodoxas con empatía y desde una mirada higiénica. Un excelso trabajo de transmisión precisa y regulada de exposición narrativa a través de las acciones. Una historia de reducidos personajes y espacios, que muestra su cotidianidad y tormentos con naturalidad cotidiana. El viaje discurre por etapas muy diferenciadas, pero desde sus primeras secuencias se siembran múltiples pistas y señales que harán el nudo y el desenlace mucho mas catárticos. El lenguaje de signos o un esteta juego de fichas dan cuerpo e interés al largometraje, pero este es lo suficientemente plural en matices de construcción para que sean rasgos orgánicos de la diégesis en lugar de focos de interés que habrían monopolizado tantas otras películas. Personajes entrañables, costumbrismo en las vidas de personas de a pie y contundencia en un guion que desvela paso a paso información relevante que engrosa el conflicto. Y la puesta en escena también acompaña: Fukada da importancia a los espacios de la acción desde encuadres con múltiples focos de atención que dan relevancia narrativa a elementos del mobiliario, combinando pausas cuando el tempo dramático lo precise con variados movimientos de cámara, bien recurriendo a pausadas panorámicas de izquierda a derecha, combinaciones de desplazamientos en el eje de cámara con movimientos mecánicos o incluso frenéticas tomas flotantes de seguimiento a personajes que andan por la calle. Todo ello combinado con sincronía matemática con el posicionamiento y coreografía interna de los personajes.

La concepción de emotividad del equipo creativo de Love life, en consonancia con la sensibilidad asiática, es contenida y puntualmente hierática, lo cual puede ser interpretado por muchos espectadores como fría o complicada para conectar. Y como punto de ignición del desarrollo dramático, el filme se apoya en un accidente presentada desde un innegable efectismo trágico. El progreso argumental es fluido y tonalmente compacto, pero las soluciones pasado su ecuador son levemente previsibles. Y si bien es determinante puntuando la belleza poética de su atmósfera contemplativa, la banda sonora recalca la intencionalidad de ciertas escenas desde una posición meliflua. No nos hallamos ante una gran película, obra revolucionaria o revelación plástica, pero sí ante una de las películas mas maduras y con mas gusto en su puesta en escena de los últimos meses, y que ofrece un visionado rico en impresiones.

Meticulosa, tierna y esperanzadora, Love life despliega con cuidado un drama de cámara de intensas relaciones interpersonales que impacta en su narración y envuelve desde su planificación.
Néstor Juez
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
21 de mayo de 2023
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
La presencia de una persona ausente a través de objetos, lugares, melodías o de otras personas es algo que con la edad vas acumulando de forma natural e irremediable. Esa melodía que te transporta, ese gesto o expresión que te insinúa o ese lugar singular que te evoca son ejemplos que mantienen —no para siempre porque el tiempo también hace su trabajo— un recuerdo tan intenso que lo sientes como una presencia que no la ves aunque la "notas". Éste sería un elemento central que el director japonés, para mí todavía desconocido, Köji Fukada nos lo muestra de una manera destacada dentro de un melodrama familiar de una pareja que debe afrontar un duelo cruel a la vez que aparecen otros personajes en relación al pasado de ambos.

"Love live" está empapada de la mejor tradición japonesa para mostrar las relaciones personales en núcleos familiares, normalmente ampliados, a la vez que también se impregna de esa mirada cercana e intimista del mejor cine francés. El director nos regala un panorama sencillo, intenso y amistoso prestando mucho cuidado, al mismo tiempo, a un encuadre de media distancia para no caer nunca en un dramatismo tétrico y para insinuar que, a pesar de la crudeza de la situación, hay algo más alrededor –y también en el pasado– que vale la pena disfrutar y tener en cuenta. Este maravilloso equilibrio, añadido a un ritmo lineal y pausado y unas interpretaciones bastante notables, convierten a "Love life" en una película a tener en cuenta al conseguir que en ningún momento traspase la raya de la sensiblería farragosa.

K. Fukada también apuesta por el valor del sonido que envuelve las imágenes —no es casual que el lenguaje de signos se utilice entre dos personajes y que el motivo de inspiración haya sido una canción con el mismo título—, una sutil ironía, uno detallismo evocador, como pueden ser los reflejos de cristales y otros objetos brillantes, o una cámara con movimientos laterales que insinúan y refuerzan la idea comentada de la búsqueda de un sentido en todo lo que rodea la tragedia.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
M_Pelegri
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow