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Los del R�o zanjan 30 a�os de pol�mica: "Nosotros somos los �nicos padres de La Macarena. Los dem�s son beneficiarios"

Un documental de Movistar Plus+ repasa la accidentada historia de un �xito planetario al que todos quisieron subirse. Volvemos con Los del R�o a los rincones de Sevilla donde todo empez�: "All� nos pagaban 300 pesetas. 20 duros eran para el taxista y el resto, a repartir"

Los del R�o, con la Torre del Oro al fondo.
Los del R�o, con la Torre del Oro al fondo.Jos� Aym�
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Rafael observa temeroso la puerta enrejada al final del jard�n. Del otro lado de la linde un grupo de se�oras se apelotona m�vil en ristre, sonrisa de oreja a oreja, mano libre presta a saludar en el primer cruce de miradas. "�Por ah� vamos a salir, con toda esa gente esperando?", pregunta el hombre con una voz chiquitita, casi infantil. "En Dos Hermanas no nos para nadie por la calle, pero aqu� no nos dejan ni caminar". No es para menos, pero comprobaremos que, efectivamente, es bastante inc�modo. S�, saldremos del lujos�simo hotel Alfonso XIII por esa puerta y daremos un paseo por el centro de Sevilla -a pie, primero; despu�s, en coche de caballos como mandan los c�nones tur�sticos- y no, no ser�n las �ltimas se�oras que se arremolinen en busca de un selfi. Esto no ha hecho m�s que empezar.

Rafael Ruiz Perdigones es la mitad de Los del R�o, el d�o que puso a bailar al planeta entero La Macarena a mediados de los 90, que fulmin� todos los r�cords musicales y que dej� im�genes para la Historia que, al menos en Espa�a, son hoy sin�nimo de verbena, de jarana, de boda, bautizo y comuni�n. Los de R�o remiten inevitablemente a la fiesta y esa, dicen, es su mayor riqueza. "Tenemos la Gran Manzana de Nueva York, las llaves del condado de Florida, en Miami sale una procesi�n de la Esperanza Macarena en Semana Santa gracias a nuestra m�sica", enumera logros la otra mitad del conjunto, Antonio Romero Monge.

La de Los del R�o podr�a ser una de esas grandes historias sobre el sue�o americano, pero esta ir�a m�s all� que ninguna. Lo fueron todo en todas partes y todos quisieron que se les viera con ellos. Hasta Hillary Clinton volvi� hace unas semanas a rendirse a su coreograf�a casi tres d�cadas despu�s de aquella reelecci�n de su marido que muchos vincularon al voto latino atra�do a golpe de cadera y de rumba sevillana. �Aaaaay! En sus varias vueltas al mundo se les han resistido muy pocos pa�ses. A la India, recuerdan, no fueron porque se casaba la primog�nita de Antonio. "�Imag�nate que nos pasa algo o hay alg�n problema y dejo colgada a Rosa, menudo l�o!", recuerda el padre.

Los del R�o, junto a la plaza de toros de Sevilla
Los del R�o, junto a la plaza de toros de Sevilla.Jos� Aym�

Sus 60 a�os en la m�sica y los 30 de su hit planetario protagonizan el documental Macarena que estrena Movistar Plus+ el pr�ximo 18 de marzo. Ante sus c�maras desfilan todos los que, incluso remotamente, estuvieron involucrados en el rocambolesco ascenso a la cima de La Macarena, plagado de acusaciones cruzadas y con mogoll�n de dinero en juego.

Resumiendo mucho la cuesti�n: Los del R�o lanzaron su rumbita alegre en 1993 y la convirtieron, dos a�os y mucha insistencia despu�s, en canci�n del verano en Espa�a. La discogr�fica vio el potencial y encarg� una versi�n m�s discotequera con una voz femenina cantando en ingl�s, que cay� en manos de Fangoria. Fue esta �ltima canci�n la que cruz� el charco y termin� en manos de un grupo naciente en Miami, los Bayside Boys, que se lanz� a hacer su propio 'remix' sin pedir permiso a nadie y conquist� las radios estadounidenses.

Por el camino, la banda Desmadre 75, que 20 a�os atr�s hab�a triunfado con 'Saca el g�isqui, cheli', sali� a la palestra argumentando que el ritmillo final "Macarena, Macarena, Macarena" recordaba demasiado al estribillo "Micaela, Micaela, Micaela" de su tema 'Tengo una pena que me consume'.

Para saber m�s

En esa cadena de dimes y diretes se alcanzaron varios acuerdos de copyright, hubo alg�n que otro ghosting y se libr� una ardua batalla en los tribunales que termin� en tablas. Todo esto sin mencionar el baile, que seg�n la leyenda urbana surgi� espont�neamente de la mente de un monitor de aquaer�bic cualquiera en la piscina de un resort vacacional cualquiera, pero por el que tambi�n han ido reclamando lo suyo sucesivos core�grafos a lo largo de los a�os.

"Nosotros somos los �nicos padres de La Macarena. En particular, yo soy su padre y su madre. Los dem�s son beneficiarios", zanja el tema Antonio desde en el claustro del hotel por el que se mueve como Pedro por su casa y saluda a cada empleado por su nombre con un abrazo y un ratito de charla. "Ustedes tienen las llaves, pueden hacer lo que quieran", confirma el director del establecimiento, que tambi�n baja a saludar y gu�a al fot�grafo hasta una espectacular chimenea que servir� de fondo para una de las sesiones de fotos que se suceder�n a lo largo de la ma�ana. "En esta sala conocimos al Rey Juan Carlos. Est�bamos tocando en una fiesta privada y se asom�. Desde entonces, tan amigos", contin�a Antonio la visita abriendo puertas, girando esquinas, hasta que recala en un sof�.

Los del R�o, junto a la Torre del Oro sevillana.
Los del R�o, junto a la Torre del Oro sevillana.Jos� Aym�

Vuelve el hombre a entrar en harina, tiene claro su titular. "Un d�a volv�amos en avi�n desde Estados Unidos y un tipo nos cont� que se estaba yendo de vacaciones a Europa con toda la familia gracias a lo que hab�a ganado con La Macarena. A m� me provoca una gran satisfacci�n haber llenado de alegr�a el mundo entero, haber beneficiado incluso a desconocidos, pero que se sepa que el padre y la madre de La Macarena se llama Antonio Romero Monge". Ah� queda eso.

"�C�mo iba yo a saber cuando le solt� a aquella bailarina venezolana que aquello iba a convertirse en 'el himno del planeta'?"

No hubo un momento eureka, un d�a en el que Los del R�o se dijeron: "La que hemos liado". Todo fue progresando escalonadamente y de repente, estaban cantando en la Super Bowl, o en la ceremonia de apertura de los Juegos Ol�mpicos de Atlanta, o ante el Juan Pablo II salt�ndose todos los protocolos para deleite de Su Santidad. "Es que un �xito como ese no exist�a. Yo ten�a ya un mont�n de canciones hechas. �C�mo iba a saber cuando le solt� a aquella bailarina venezolana 'dale a tu cuerpo alegr�a Magdalena' que aquello iba a convertirse en el himno del planeta, como han llegado a decir los medios?", asegura Antonio.

Aquella Magdalena, coincid�a en nombre con otra canci�n de la �poca, una hija suya se llamaba Macarena y el resto es historia. "La canci�n del verano dura tres o cuatro meses, mira el Despacito, pero esto fue otra cosa", a�ade Rafael.

La alusi�n no es balad�. La de Luis Fonsi ha sido la �nica canci�n que ha logrado superar la permanencia de La Macarena en lo m�s alto de la lista Billboard Hot 100: el tema de Los del R�o (en su versi�n miamense, evoluci�n de su versi�n fangoriana) estuvo 14 semanas en el n�mero uno en 1996; el de Fonsi con Daddy Yankee (en su versi�n anglosajona junto a Justin Bieber) rein� dos semanas m�s 21 a�os despu�s. "Con este chaval nos encontramos en los Grammy Latinos y fue muy humilde. Nos dijo: 'A ver si dentro de 25 a�os estoy yo solamente asomado al balc�n de La Macarena'", cuenta Rafael. Y Antonio pone la puntilla: "Date cuenta de que en los 90 hab�a tel�fono, pero poco m�s. Ni redes, ni nada. Todo era machacar, machacar, machacar... �l se encontr� ya con el jard�n plantado".

No s�lo la tecnolog�a (o la falta de ella) contribuy� al esfuerzo �mprobo que llev� a dos animadores de fiestas de Dos Hermanas al olimpo de la m�sica mundial. Es que Antonio y Rafael empezaron desde muy, muy abajo. "Mira, ah� al fondo de esa calle estaba El Guajiro, por ah� pasaron todos los grandes: Antonio El Farruco, Rafael El Negro, Manolo Escobar, Chiquetete, Enrique Montoya padre... Nosotros empezamos en 1963 y nos pagaban 300 pesetas. 20 duros se iban para el taxista y el resto a repartir. C�mo ha cambiado todo...", se�ala Antonio desde un coche de caballos que les ha parecido la mejor idea para el paseo sevillano, quiz� con idea de pedir al cochero Pedro que arree a Boticario en caso de que las fans se pongan demasiado insistentes.

"Nosotros empezamos en 1963 y nos pagaban 300 pesetas. 20 duros se iban para el taxista y el resto a repartir"

Andrea pide una foto para su amiga con notorio acento gallego. "Es que a ella le da verg�enza...". A cambio, y mientras posan, Los del R�o le componen una cancioncilla con su nombre que coronan, c�mo no, con un buen �aaaaaaaay!. Otra mujer se acerca y, quiz� fruto de los nervios, se olvida de decir su nombre pero repite varias veces que es de Alicante. "Ah, la millor terreta del m�n", espetan ellos. Tienen salida para todo y una sonrisa contagiosa. "A las fans siempre hay que respetarlas como admirador, pero nada m�s. Porque donde tengas la olla... no te presentes con do�a Troya", gui�a un ojo Antonio. Resistirse a las tentaciones, de la carne y de todo tipo, ha sido el pilar en el que han fundado una uni�n profesional que cumple 60 a�os. "Hemos pasado de todo y hemos probado de todo, para ver c�mo era. Todo es una farsa y una ruina para las familias", dice Rafael, y los dos env�an un recuerdo "a los amigos que se fueron por culpa de la droga".

Las vidas de este d�o de amigos han transcurrido paralelas. Antonio se cas� en marzo del 73; Rafael, en septiembre. "Un d�a me dijo, cabreado: 'Claro, como t� te acuestas calentito todas las noches...'. Y a los pocos meses hab�a pasado por el altar", rememora Antonio. "En un momento dado ten�amos tres ni�as cada uno. Yo tuve un ni�o y fue �l corriendo a tener otro", agrega su compa�ero. "Ahora yo tengo cinco nietos y �l tiene tres, ya est� �l a ver si logra empatarme", vuelve el primero. Ya m�s serios, desgranan la f�rmula de la longevidad para una relaci�n profesional y personal tan intensa: "T� empiezas a trabajar de la nada y vas consiguiendo cosas. Por muchas peleas, por muchas discusiones que tengas, co�o, no vas a tirar por la borda todo el trabajo que cuesta que la gente te escuche y ganarle la partida al mundo, �no?".

Compartieron pensi�n y hambre en Madrid con todas las grandes promesas del flamenco que migraban a finales de los 60 en busca de una vida mejor. Cuando triunfaba uno se dec�an que ya llegar�a su oportunidad. "Los primeros 15 a�os fueron muy duros, si en lugar de un d�o hubi�ramos sido uno no existir�amos. Nos anim�bamos mutuamente", reconoce Rafael. Y un d�a, eran los animadores favoritos de la 'jet set': en invierno, en Madrid; en verano, en Marbella.

"Los primeros 15 a�os fueron muy duros, si en lugar de un d�o hubi�ramos sido uno no existir�amos"

Dos claves ten�a su �xito. La primera, el saber estar: "A veces iban otros artistas y luego faltaba un cenicero de plata, y claro, no les volv�an a llamar. Si t� supieras en cu�ntos dormitorios de grandes personalidades nos hemos cambiado... No hay que meter las manos en la bandeja de canap�s por mucho hambre que pases, y hemos pasado much�simo, y no hay que sentarse hasta que te indiquen tu sitio", explica Rafael. Eso, y jam�s contar nada de lo que vieron, a�adimos nosotros tras varios intentos infructuosos entre sonrisas p�caras. La segunda, decir que no. "Supimos elegir a nuestra clientela y decidir d�nde no ten�amos que volver. Los del R�o iban con los Reyes y eso era lo que quer�a la gente", apunta Antonio, y mira hacia la sala en la que empez� todo, all� en el Alfonso XIII de Sevilla hace una eternidad.

Su �ltimo encuentro con Don Juan Carlos ha sido en enero, cuando viajaron a Abu Dhabi para cantarle el Cumplea�os feliz. Le han visto muy bien: "Hay veces que no podemos ni hablar porque no para de re�rse. Le encantan nuestros chistes". El sentido del humor fue la principal arma de Los del R�o cuando la voz y las manos no les daban para m�s en la en�sima fiesta del mes. Y ojo, que aqu� viene una exclusiva: no todo en las actuaciones de Eugenio era genuinamente suyo. "Com�a con nosotros todos los d�as en Casa Lucio, y al propio Lucio tengo por testigo de que ven�a a aprenderse chistes para luego disfrazarlos a su manera. Le ense��bamos como 30 cada vez", revela Antonio, y reclama autor�a: "El del loro y el butano, que le serv�a de cierre tantas veces, en realidad se lo cont� yo".

En esa euforia madrile�a en v�speras de La Movida, Los del R�o llevaron el flamenco a las discotecas, levantaron al p�blico de las sillas con sus sevillanas y aquel �xtasis colectivo de sus actuaciones termin� conquistando el mundo hasta hoy en esta celebraci�n de La Macarena. �Qu� opinan dos de los inventores de la m�sica moderna de los 90 de la m�sica moderna de los 2020? Responden muy diplom�ticos pero dejan entrever que nada bueno: "La m�sica no tiene fin, va evolucionando. Es como la arquitectura, f�jate este palacio en el que estamos. La calidad que estamos viendo aqu� no la tiene una pared lisa de las que se construyen ahora", dice Antonio, y recuerda a Manuel Alejandro: "No, no hay un digno heredero. Est� la cosa muy parada".

A sus 76 a�os tienen Antonio y Rafael la vista fijada en el futuro, como siempre. Siguen paseando por Sevilla, encantados de vivir "en el mejor lugar del mundo", no como esos que se van a Miami, con esas distancias enormes y esa humedad. Lo de retirarse ni lo contemplan. "�Jubilarnos? La gente se jubila y se muere a los seis meses de puro aburrimiento. Nosotros nos levantamos todos los d�as pensando en que tenemos que seguir dando alegr�a al cuerpo de los dem�s. Como hizo La Macarena".