'En Chingaza no va a llover lo suficiente en 2040 y no tendría sentido otro embalse allí’: Secretaria de Ambiente de Bogotá

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Bogotá

'En Chingaza no va a llover lo suficiente en 2040 y no tendría sentido otro embalse allí': Secretaria de Ambiente de Bogotá

El embalse de San Rafael hace parte del sistema Chingaza.

Ambiente Bogotá

Foto:

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Adriana Soto, secretaria Distrital de Ambiente, habla del problema de Bogotá y la región con el abastecimiento de agua.

De acuerdo con las proyecciones, en menos de dos décadas, la principal fuente de agua que tiene Bogotá y la región enfrentará mayores problemas por la falta de lluvias en la cuenca del río Guatiquía, que es clave en el abastecimiento del sistema Chingaza, que representa el 70 por ciento del consumo de la capital y 12 municipios de la Sabana.
Es por eso que la secretaria de Ambiente de Bogotá, Adriana Soto, afirma que, bajo los escenarios de cambio climático que se están proyectando, se deben evaluar todas las alternativas, no solo el proyecto Chinganza II, sino también la cuenca alta y media del río Bogotá y del Sumapaz.
“Según los escenarios de cambio climático de aquí al 2040, como el río Guaitiquía, van a tener una disminución de su regulación hídrica en aproximadamente el 40 por ciento. Entonces, hay que pensar en escenarios alternativos”, dice Soto, quien hace un llamado a tener un consumo racional y a darles un uso a las aguas lluvias.

La pregunta que nos hacemos ahora todos los bogotanos es ¿cómo sigue el tema del agua en la ciudad?

No hemos alcanzado los niveles deseables de porcentaje de llenado de los embalses, que están alrededor del 20 por ciento. Estos son los niveles deseables. Estamos muy por debajo, en alrededor del 16 por ciento. Y esto se debe principalmente a que no ha llovido lo suficiente en estos embalses en estos últimos días.
Con respecto al consumo, hemos logrado disminuir el consumo promedio que tiene Bogotá, que es de alrededor de 17 metros cúbicos por segundo, y ya estamos en alrededor de 16, pero necesitamos bajarlo aún más. Sobre todo si en los embalses no llueve. Eso quiere decir que esa meta de ahorro de agua, de reducción de consumo, tiene que ser más acelerada y para eso, por supuesto, vamos a necesitar contar con la ciudadanía.
Adriana Soto, Secretaria de Ambiente de Bogotá

Adriana Soto, Secretaria de Ambiente de Bogotá

Foto:Secretaría Distrital de Ambiente

¿Esto es un problema del cambio climático o también de cultural de los bogotanos, que no hemos sido buenos administradores de un recurso finito como es el agua?

Uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde. La crisis climática nos ha obligado a pensar en ese recurso escaso que es el agua. Frente a un fenómeno climático extremo, como ha sido este fenómeno de El Niño que, desde el primer día del gobierno del alcalde Galán, nos ha puesto a pensar sobre la necesidad de hacer un cambio cultural en el consumo de agua, en la restauración de las cuencas abastecedoras de agua y, por supuesto, en los páramos donde nacen estas cuencas.
Hemos pensado en un proyecto muy ambicioso con Conservación Internacional para que a mediano y largo plazo estas cuencas, estos páramos, estén en condiciones de resistir la embestida del cambio climático y puedan garantizar la regulación hídrica de Bogotá.

¿Qué acciones ciudadanas se podrían hacer para que nos volvamos buenos administradores del agua?

Lo primero es un consumo responsable. La mayor parte del agua se nos va en los hogares y de los hogares la mayor parte del agua se consume en aseo personal. Entonces, las duchas de más de 3 minutos son historia. Y lo que hacemos con esa agua que nos sobra. Por ejemplo, el agua que se desperdicia mientras se calienta la ducha y que de ahora en adelante yo recogería y la reutilizaría para otros usos, como el aseo, los inodoros, en fin. Se necesita también un cambio en la forma en como construimos la vivienda y en la forma como usamos y recirculamos el agua residual.

Usted ha dicho que uno de los propósitos de la administración, además de garantizar el líquido, es atender páramos y cuencas. ¿Cuál es la situación de esos páramos y esas cuencas?

Los páramos están en estrés, por supuesto, porque el cambio climático, con el incremento de temperaturas, hace que estos páramos estén en unas condiciones menos buenas de lo que estaban hace 3 o 4 décadas. Lo que dicen los escenarios de cambio climático es que de aquí al 2040 la temperatura en Bogotá Región, eso incluye a los páramos, va a estar entre 1 y 2 grados centígrados más, eso es un montón.

Los páramos están en estrés, por supuesto, porque el cambio climático, con el incremento de temperaturas, hace que estos páramos estén en unas condiciones menos buenas de lo que estaban hace 3 o 4 décadas

Eso quiere decir que los páramos, por supuesto, van a tener dificultades para la adaptación. Por eso es que hay que reducir la presión de este sistema de páramos que abastecen un 100 por ciento de agua a Bogotá y que son Sumapaz, Guerrero, Guacheneque y Chingaza. Eliminar las presiones de ganadería y cultivos, como la papa, en esos páramos es fundamental para que estén en las mejores condiciones de resistir ese incremento en las temperaturas.
Pero lo otro que es importante es que las cuencas abastecedoras, según los escenarios de cambio climático de aquí al 2040, como el río Guaitiquía, van a tener una disminución de su regulación hídrica en aproximadamente el 40 por ciento. Entonces, hay que pensar en escenarios alternativos y lo que va a hacer esta administración es justamente tomar en cuenta no solamente las tendencias de precipitación y de aumento en temperatura de varias décadas, sino proyectarlas para saber cómo se van a comportar las lluvias y, por supuesto, la temperatura en estas zonas y la regulación hídrica. Conservar y restaurar las cuencas que abastecen de agua de Bogotá va a ser y va a estar el corazón del proyecto que vamos a desarrollar desde la Secretaría.
Lluvias

Aunque han regresado las lluvias estos no son con intensidad.

Foto:iStock

¿La cuenca del Guatiquía es el principal abastecedor de Chingaza?

Es correcto. Chingaza abastece en un poco más del 70 por ciento de agua a Bogotá. Las fuentes de abastecimiento alternas, teniendo en cuenta el escenario que va a ocurrir en Chingaza, muy probablemente de aquí al 2040, es pensar en la cuenca alta y media del río Bogotá y, por supuesto, pensar en las cuencas que nacen en el río Sumapaz y abastecen, de hecho, ya de agua a Bogotá.

¿De dónde puede obtener agua Bogotá?

Estas aguas lluvias se pueden aprovechar muy eficientemente, no para consumo humano, sino para el regado de jardines, el lavado de fachadas. Cada gota cuenta.

La deforestación en la Amazonía y el cambio climático podrían reducir el suministro de agua de Bogotá proveniente de Chingaza. Actualmente, más del 70 por ciento del agua de la ciudad proviene de este páramo. Se estima que para 2040, la disminución de lluvias podría reducir la disponibilidad de agua en un 40 por ciento en los principales ríos que alimentan los embalses de Chuza y San Rafael.
No todo son malas noticias. Se prevé un aumento del 40% en las lluvias en los páramos del occidente de Bogotá, lo que podría incrementar el caudal del río Bogotá entre un 20 por ciento y 40 por ciento y que nos lleva a verlo como una alternativa importante.
Es crucial considerar estos escenarios climáticos al planificar el futuro abastecimiento de agua de Bogotá, evitando invertir en infraestructuras innecesarias donde no va a llover o donde los ríos no van a tener suficiente agua. La administración del Alcalde Galań considera vital restaurar y conservar los ríos clave que nacen en estos páramos para garantizar la seguridad hídrica y la resiliencia ante el cambio climático de la ciudad y la región: hemos venido trabajando desde el primer día de nuestra gestión estructurando un proyecto para lograr este objetivo de la mano de Conservación Internacional, la Región y el gobierno nacional.
Vamos a tener una temporada de lluvias en Bogotá, según los pronósticos del IDEAM, que van a estar por encima del promedio. Por un lado, estas aguas lluvias se pueden aprovechar muy eficientemente, no para consumo humano, sino para el regado de jardines, el lavado de fachadas. Cada gota cuenta. Por otro lado, el cambio climático nos da típicamente periodos de sequía muy extremos como el que estamos viendo y luego vamos a periodos de lluvias extremas y así sucesivamente. Este año ya hemos tenido temperaturas récord, sin precedentes, en los meses de enero y febrero y muy posiblemente en abril también.

¿Cree que es necesario que reabramos la discusión honesta, sensata, sobre la posibilidad de tener un Chingaza II?

Chingaza II fue una de las alternativas que se planteó en la anterior administración como una opción para garantizar el abastecimiento de agua. Sin embargo, en esta administración lo que se hará es evaluar todas las alternativas bajo los escenarios de cambio climático que acabo de mencionar, particularmente, cómo se comportará la temperatura, la precipitación y la regulación de las cuencas, no solamente en Chingaza, sino también en el sistema de la cuenca alta y media del río Bogotá y también en Sumapaz.

¿En esta administración esa discusión no se va a abrir?

Esa discusión se va a analizar porque lo que dan las proyecciones que ya mencioné es que en Chingaza al 2040 no va a llover lo suficiente y el Guatiquía va a perder regulación hídrica. En principio, de acuerdo con estos escenarios, no tendría sentido hacer otro embalse en esas inmediaciones.

Ahora tenemos emergencias del aire, estamos casi que en una emergencia cada mes. ¿Qué es lo que está pasando con el aire?

En 2024 estamos rompiendo récords, vamos en cuatro alertas ambientales. En el 2023 tuvimos tres alertas por mala calidad del aire y en el 2022 solamente una. La diferencia del 2024 hasta la fecha es que estas alertas han estado aumentando, muchas de ellas o la mayoría de ellas, están directamente relacionadas con el fenómeno de El Niño, que ha generado una mayor incidencia de incendios forestales, como en enero en los cerros orientales, pero sobre todo en la Orinoquía y en la Amazonía.
En el páramo de Sumapaz emergen los ríos Paguey, Bajo Sumapaz, Panches, Cujía, Negro, Medio Sumapaz, Pilar, San Juan, Alto Sumapaz y la quebrada Negra.

Páramo de Sumapaz

Foto:Cortesía Óscar Perfer. Fotógrafo CAR Cundinamarca

Aquí quiero recordar que Bogotá depende directamente de lo que ocurra en la Amazonía y en la Orinoquía. Hay un cordón umbilical que nos conecta con estas dos regiones. Si deforestamos la Amazonía, si incendiamos la Amazonía y la Orinoquía, eso inmediatamente genera un impacto importantísimo en la calidad del aire de los bogotanos y, particularmente, de las zonas de Bogotá que tienen mayores niveles de pobreza como el suroccidente.

También hay una cuota de responsabilidad de los bogotanos, ¿este caso esa cuota de responsabilidad no pesa tanto como las causas externas?

En el caso de la última alerta por mala calidad del aire, que está vigente desde el viernes pasado, teníamos que un 75 por ciento cuando se declaró por cuenta del material particulado generado por los incendios forestales regionales, es decir, en la Orinoquía y en Venezuela. Y un componente de ese 75 por ciento eran las arenas del Sahara y el 25 restante sí eran por factores endógenos. Endógenos que quiere decir que hay material particulado que aporta el transporte de carga, particularmente si hablamos de fuentes móviles, pero hay un componente muy importante que es el material resuspendido, que son las carreteras destapadas o las obras que generan este material, y como no ha habido lluvias, ese material es un elemento importante.
Y, por supuesto, con estos días calurosos que hemos tenido, con temperaturas máximas en algunos puntos de la ciudad de entre 26 y 27 grados, se genera un proceso de inversión térmica y eso hace que ese material particulado en el suroccidente de la ciudad no se mueva.
Imagen de la planta de Tibitoc

En la planta de Tibitoc , a la que llega agua del río Bogotá, se está tratando más volumen.

Foto:Acueducto de Bogotá

Extramicrófono hablamos del plan de resiliencia al cambio climático, ¿Qué significa ese plan de resiliencia?

Para que Bogotá sea más resiliente al cambio climático tenemos que trabajar todos juntos. No es solamente el Distrito, sino también el Gobierno Nacional, las regiones. ¿Qué significa Bogotá más resiliente al cambio climático dentro del Plan Distrital de Desarrollo? Significa que vamos a trabajar en unas estrategias como las zonas por un mejor aire en el suroccidente. Significa que en agua vamos a tener proyectos de conservación de páramos y de restauración de cuencas abastecedoras de agua, pero también de los cuerpos de agua que hacen parte de la estructura ecológica principal, como los humedales; que vamos a tener una estrategia para tener más coberturas naturales, más coberturas verdes, no solamente árboles, una diversidad de coberturas naturales en la ciudad que nos van a ayudar a regular estas islas de calor y también a regular el material particulado, esa es una inversión en bienestar...

¿Y regular el transporte de carga?

Esto está dentro del componente de aire. Además de las zonas por un mejor aire, vamos a tener inversiones importantes en un fondo que se llama el Foncarga para ayudar a renovar estos vehículos de carga que están obsoletos para ponerlos con la última tecnología y así disminuir el material particulado, particularmente en el suroccidente que es donde circulan estos vehículos.

¿Usted vive en una torre de edificios o en una casa? En una torre de edificios. ¿Y allá cierran el tanque o dejan el tanque abierto el día que tienen racionamiento?

Vivo en edificio y me todo pedir que por favor cerraran la llave.
ERNESTO CORTÉS
Editor General EL TIEMPO
@Ernestocortes28
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