Crítica de 'Licorice Pizza'

Crítica de 'Licorice Pizza'

Fotograma de 'Licorice Pizza'
Fotograma de 'Licorice Pizza'
Cinemanía
Fotograma de 'Licorice Pizza'
Valoración:

Licorice Pizza comienza con un maravilloso y larguísimo plano secuencia que contiene todo el cine de Paul Thomas Anderson y, a la vez, toda la película que estamos a punto de ver. Nina Simone canta July Tree cuando los caminos de Alana y Gary se cruzan por primera vez, cuando Gary se enamora instantáneamente de Alana y la invita a salir y cuando Alana, que tiene veintimuchos años, se ríe de Gary, que no ha cumplido los 16.

Cooper Hoffman interpreta a Gary y ya desde esa primera secuencia es imposible no caer rendida a sus pies. Es un flechazo absoluto. Con su talento de niño actor, sus negocios de camas de agua, de máquinas de pinball, con su declaración a su hermano de ocho años: “He conocido a una chica y algún día me casaré con ella… Y tú serás mi padrino de boda”.

Es el hijo de Philip Seymour Hoffman y lleva a su padre en la cara, en cada gesto, en el talento que derrocha. Ella es la cantante Alana Haim. Ambos son debutantes y los perfectos Gary y Alana. Licorice Pizza es su historia de amor en El Valle (Los Ángeles) en los años 70, un escenario en el que Paul Thomas Anderson creció, que ya transitó en esa misma época en Boogie Nights y que recrea aquí entre la dulzura y la extravagancia: la crisis del petróleo en el año 73, novedosos restaurantes japoneses, pruebas de casting, estrellas de Hollywood en los locales icónicos de la noche angelina, el recuerdo de Grace Kelly, aspirantes a alcalde que esconden que son homosexuales...

Fotograma de 'Licorice Pizza'
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Cinemanía

Un Bradley Cooper enloquecido, con el pelo cardado y pantalones de campana borda al excéntrico Jon Peters, el peluquero de Barbra Streisand reconvertido en productor de Ha nacido una estrella, Sean Penn sobrevuela motorizado una hoguera y Tom Waits interpreta el que probablemente sea el mejor papel de su carrera cinematográfica, un director de cine mudo caído en el olvido que se bebe las penas en un restaurante de viejas glorias de Hollywood.

La película oscila como su imprescindible banda sonora entre lo eléctrico de estos personajes y situaciones, una energía muy propia de los años 70 y del primer amor, y la placidez de una siesta en pareja, más acorde con el peculiar ritmo de enamoramiento de sus protagonistas o de películas anteriores de Paul Thomas Anderson como Embriagado de amor. Pero Licorice Pizza escribe con su propia caligrafía el romance de sus protagonistas: es una historia sobre todo lo que pasa hasta que Gary y Alana se enamoran, de los camiones a conducir sin gasolina y marcha atrás, los negocios arruinados, los anuncios por la radio, las carreras hasta encontrarse en el punto justo.

Licorice Pizza es el reverso luminoso de El hilo invisible en la medida en la que enamorarse en esta película es algo bello, sin dobleces, feliz, como el propio filme, tan alejado de los personajes torturados de The Master o Pozos de ambición. De alguna manera, también recuerda a American Graffiti o a las películas más deshilvanadas de Richard Linklater en su forma deliciosa, líquida, tan inaprensible, en la que el tiempo fluye como en la vida.

FICHA TÉCNICA

'Licorice Pizza', de Paul Thomas Anderson.
  • Director:

    Paul Thomas Anderson

  • Género:

    Comedia

  • País:

    Estados Unidos

  • Sinopsis:

    Gary Valentine es un joven actor que se fija en Alana, una chica bastante mayor que él con la que empieza a coincidir. Gary intentará por todos los medios convencerle de salir con ella y entre medias les ocurrirán aventuras de todo tipo en el Valle de San Fernando, desde negocios de camas hinchables a salas de pinball.

  • Guion: Paul Thomas Anderson

  • Duración: 133 min.

  • Reparto: Alana Haim, Cooper Hoffman, Sean Penn, Tom Waits, Bradley Cooper, Ben Safdie

  • Veredicto: Cooper Hoffman demuestra que el talento va en los genes.

  • Distribuidora: Universal 

  • Estreno: 11/02/2022

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