Actriz y cantante. Espa�ola, pero de madre brit�nica. Leonor, pero tambi�n Elizabeth. Watling sin renunciar a Ceballos. C�mica y amiga de los papeles cerca de cualquier abismo. Leonor Watling (Madrid, 1975) lleva toda una vida pele�ndose contra las definiciones f�ciles, recurrentes o demasiado a mano. Ahora, regresa al cine despu�s de casi cinco a�os alejada de �l, que no de la actuaci�n sea en la tele (menci�n especial para la serie 'Nasdrovia') sea en cada uno de los muchos bolos de su grupo Marlango. Y lo hace con todos los honores de la mano de 'No mires a los ojos', una pel�cula de F�lix Viscarret que adapta la novela de Juan Jos� Mill�s'Desde la sombra' y que convierte una historia de fantasmas en muchas cosas a la vez: un retrato agrio de la soledad, una radiograf�a atinada y profunda del dolor y la p�rdida, y, ya puestos, hasta una muy seria comedia construida desde la perplejidad. Y en medio, una Leonor Watling que se niega a ser s�lo Leonor Watling.
- �Qu� le ha hecho el cine para que le cueste tanto regresar a �l? �Responde a alg�n plan?
- Es un plan para conquistar el mundo [se r�e]. Es eso o m�s bien que los proyectos que m�s me gustaban no eran de cine. Tan sencillo. Esta vez todo encajaba: el gui�n, la novela de Mill�s, que me apetec�a trabajar con Viscarret y que pod�a por fin volver a hacerlo con Paco Le�n.
- Pero habr� algo m�s concreto...
- S�, ese universo de Mill�s --que tiene tambi�n Murakami o Paul Auster-- de encontrar en lo m�s prosaico la posibilidad de una gran historia me fascina. No es una pel�cula fant�stica en la que salen fantasmas. Es una pel�cula ambientada en la vida cotidiana y en la que pasan cosas raras.
- �Cu�ntos fantasmas persiguen a Leonor Watling?
- A todos nos persigue alguno. El problema es cuando no reaccionas y te quedas ah�, bloqueado. Lo interesante de la pel�cula es que tambi�n muestra que todos tenemos nuestros propios armarios en los que nos escondemos de los dem�s [el personaje principal se cuela en una casa camuflado en precisamente un armario]. Y ah� s� que estamos todos. Todos enterramos cosas en lo m�s profundo. Siempre hay algo profundamente �ntimo que no podemos compartir con nadie y lo problem�tico es que te metas ah� y no puedas salir.
- Hay que salir del armario, entonces...
- Eso es.
- En cualquier caso, un actor o una cantante vive, por definici�n, fuera de todos los armarios, siempre a la vista de la gente...
- No es mi caso. Y no es que sea mejor o peor que nadie. Simplemente no puedo, soy muy pudorosa. Y lo ser�a igual si fuera abogada. No me sale hacer un v�deo por ejemplo hablando de mi vida. Tengo Twitter e Instagram, pero por trabajo. Nunca publico nada personal ni de mi familia. Pero imagino que es porque llegu� tarde. Yo ya ten�a la personalidad construida cuando aparecieron las redes. A veces pienso lo duro que tiene que ser empezar tu carrera cuando lo que m�s importa es cu�ntos seguidores tienes. Es terrible eso de que un contrato dependa del n�mero de 'followers'.
- �No teme haberse equivocado de profesi�n? El suyo es un oficio muy comprometido para pudorosos.
- No s�lo es eso mi trabajo. Me gusta eso que dec�a Fern�n G�mez de que ojal� los actores fu�ramos bultos sospechosos entre pel�cula y pel�cula. Recuerdo que lo pas� regular cuando despu�s de hacer la serie 'Raquel busca su sitio' me paraban por la calle. Llevaba mal relacionarme con gente que no me miraba. Luego hay momentos en los que nadie repara en ti. Te tienes que acostumbrar a estos cambios. Poco a poco, vas aprendiendo a no mirar tanto para arriba. Digamos que soy reactiva, no activa. Si la gente se me acerca de forma normal, mi reacci�n es afable. Si se acercan de manera rara, yo me pongo rara. Por otro lado, ahora todos somos observados, no s�lo los actores. Se ha democratizado el 'voyeurismo'.
- Y esos vaivenes de ser o no reconocida, �c�mo afectan a su ego?
- Lo llevo bien. Cuesta m�s acostumbrarte al temor de que dejen de llamarte para trabajar. Pero yo vivo en un espacio en el que me siento reconocida, apreciada... Y mi tipo de fama no es incompatible con llevar a mis hijos al parque.
- �Ser actriz sirve para cantar mejor? Y al rev�s, �saber cantar le hace mejor como int�rprete?
- En absoluto. Siempre tienes el miedo de que la gente crea que te est�s aprovechando en alg�n sentido. Cuando canto quiero que la gente tenga claro que lo que hago es m�sica, que no soy una turista... A nivel personal, cantar y actuar a la vez sirve mucho: te coloca el ego; entiendes el trabajo desde varios puntos de vista... Gracias a Marlango, llego a los rodajes muy tranquila con mi ego; no siento la necesidad de imponer nada ni de hacerme ver. Ya impongo y hago lo que quiero cuando canto.
- Digamos que tiene el ego en su sitio...
- Cada uno tiene su propio ego y, pese a lo que se cree, un pol�tico o un periodista tienen m�s ego que un actor. En mi caso, todo depende m�s de la fe que tenga en lo que estoy haciendo antes de que en lo que digan los dem�s de m�. Lo peor que te puede pasar es que cuando sufres el s�ndrome del impostor se acerque alguien para decirte que qu� maravilla lo que acabas hacer. Eso te hunde.
- �Eso del s�ndrome del impostor lo cura la madurez?
- A m� no. Cada vez que abordas algo, escribir una canci�n o empezar una pel�cula, da igual lo que hayas hecho antes. Siempre empiezas de cero. Todo es igual de dif�cil que la primera vez. John Hurt me dijo una vez que ya le hab�a dicho Orson Welles que con el paso del tiempo esta profesi�n se pone cada vez m�s dif�cil. Si Welles y Hurt ten�an claro esto, imagine los que no somos ni Hurt ni Welles. Con la edad descubres que al contrario de lo que pensabas cuando eras joven no s�lo hay una o dos maneras de hacer las cosas, sino muchas m�s. Y eso lo hace todo m�s complicado.
- "Con la edad", ha dicho. �C�mo le afecta hacerse mayor delante de la c�mara?
- Ya no es tan grave como antes. Tengo la sensaci�n de que me ha tocado el cambio. Cuando ten�a 30, me dec�an: "Ya ver�s en los 40 que se olvidan de ti".
- �Qu� ha cambiado?
- Ha cambiado la sociedad. Una productor o productora no tiene la responsabilidad social de educar a nadie. El cine, en general, no deber�a tener esa tarea. No se le puede exigir a nadie que contrate a actores mayores para concienciar de nada a nadie. Se est�n hipotecando la casa y tienen que hacer pel�culas que la gente quiera ver. Y ahora la gente quiere ver tambi�n pel�culas y series con actores y actrices de m�s de 25 a�os.
- Tambi�n somos m�s los de cierta edad cierta...
- S�, igual somos m�s. E imagino que las plataformas han ayudado. Ya no hay que ir a un p�blico determinado, sino a muchos. Se han abierto mil mesas de juego en el casino y... Nadie abre una mesa de blackjack si s�lo hay gente jugando en las tragaperras o el p�quer. Imagino que va por ah�. Ha cambiado todo. Las se�oras ahora tambi�n tienen una vida de deseo. Antes las se�oras s�lo eran eso: se�oras. Eran personajes de se�oras y ya. El otro d�a alguien me pregunt�: "�Cu�ntos guiones te llegaban con desnudos innecesarios?".
- �Y?
- Pues no lo s� porque yo tambi�n estaba metida en esa narrativa. Y aunque se quer�a ver m�s el cuerpo de la mujer y nosotras lo pas�bamos peor por ello, he vivido situaciones en las que el actor tambi�n estaba incomod�simo. No es s�lo una cuesti�n femenina.
- Hace poco Maribel Verd� hablaba de c�mo ha cambiado todo el que ahora existan los llamados coordinadores de intimidad. Eso s� que es un cambio en la narrativa de la que habla...
- Si hay coordinadores de escenas de acci�n, �por qu� no los va a haber de escenas de sexo? Pero yo, sin embargo, he tenido una ventaja en esto...
- �Cu�l?
- Que empec� con el mejor coordinador de escenas er�ticas que fue Bigas Luna. Luego he vivido situaciones muy comprometidas, pero ven�a muy bien ense�ada.
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