El Nápoles recibió en casa al Lecce, recién ascendido en un partido que se presentó como un trámite para los partenopeos y como una perfecta oportunidad para reencontrarse con la senda de la victoria de manera contundente tras las dudas sembradas ante el Fiorentina la pasada jornada.

Cogió las riendas el conjunto local en el inicio, pero rápido se dieron cuenta los jugadores de que lo que prometía ser un partido tranquilo fue uno de los más disputados del equipo hasta el momento.

Ndombele y Anguissa no fueron capaces de mantener el dominio inicial y cedieron espacio a un Lecce sin complejos que creció rápidamente, sintiéndose como un igual ante un equipo que buscaba el liderato de la Serie A.

Si bien el partido estaba siendo disputado, no hubo demasiadas ocasiones ni giros de guion antes del minuto 22, momento en el que un torpe Ndombele cometió penalti al intentar despejar un balón muerto en el área.

Colombo se posicionó desde los once metros para convertir, tan concentrado que cuando batió a Meret el árbitro se vio obligado a anular el tanto porque no había dado permiso para ejecutar la pena máxima. Colombo no se lo podía creer. Ya con más nervios volvió a colocar el balón en el punto de penalti, pero, en esta ocasión, Meret adivinó el lanzamiento y mantuvo el marcador con empate.

El fallo empujó al Nápoles, que respiró aliviado. El doble penalti sirvió como un doble aviso para los 'azzurri', que metieron una marcha más y al minuto ya estaban por delante. Elmas, en un claro fallo de marcaje de la defensa visitante, se encontró un balón suelto al borde del área pequeña que, sin oposición más allá de la del meta rival, introdujo sin problemas para poner el 1-0. Demasiado castigo para un Lecce que, eso sí, no se iba a rendir tan rápido.

Y es que en el minuto 30, ocho minutos después del penalti fallado y con un gol encajado entre medias, Colombo se desquitó de su fallo con una obra de arte en forma de zurdazo desde fuera del área. El italiano recibió entre líneas y tras un rápido giro fulminó la escuadra napolitana para devolver la igualdad en el marcador.

Spalletti dio entrada a Zielinski, Lobotka y Kvaratskhelia, intocables para el técnico italiano -hoy rotando-, antes de que se cumplieran los primeros diez minutos de la segunda mitad. Lo notó el Nápoles, que especialmente con Kvara gana en profundidad y asociación con Osihmen, algo solo en el partido de hoy, bien cubierto por la zaga del Lecce.

Pese al buen hacer del Nápoles, que tuvo ocasiones para poner el 2-1, los nervios y la tensión aumentaron. Después de un inicio de campaña intachable en juego y resultados, dos empates seguidos podrían empezar a generar dudas alrededor del proyecto.

Entró el 'Cholito' faltando cinco minutos para sumar efectivos en ataque en busca del gol del alivio. Pero para el Lecce era un punto demasiado valioso en su retorno a la Serie A como para perderlo y renunciaron al ataque. Se encerraron los once jugadores en campo propio, en ocasiones hasta nueve dentro del área pequeña, creando un fortín inexpugnable que el Nápoles no consiguió derribar.