Late Night (2019), de Nisha Ganatra

Molly Patel, joven de origen indio que trabaja en el departamento de comunicación de una planta química, podría hacer realidad el sueño de su vida en Nueva York, cuando es contratada como una de las guionistas del programa cómico nocturno de variedades de Katherine Newbury, legendaria presentadora de origen británico y ganadora de varios Emmys y Globos de Oro. Pero Newbury, a pesar su fuerza en la pantalla, es una mujer egocéntrica y su programa está perdiendo fuerza entre las nuevas generaciones. Única mujer de su equipo, y no blanca, Molly podría ser vista como simple “cuota”, pero ella está decidida a aportar algo único al show, en peligro de desaparición ante la pujanza de otro joven cómico.

Mindy Kaling es la guionista y coprotagonista de este film, y sin duda se ha inspirado en su propia experiencia como comediante, donde juega al contraste entre el idealismo de su personaje y el encontronazo con el mundo real donde dominan con frecuencia los egos, y donde las personas son literalmente números. Dirige otra mujer de origen indio, Nisha Ganatra, curtida en la realización de episodios de series.

Estamos ante una comedieta desigual, a la que se le notan mucho sus costuras, siempre plegadas a la frivolidad, la corrección política y la moralina imperantes en el Hollywood sedicente progresista, sobre todo en el tratamiento de las relaciones de pareja y la infidelidad, o la diversidad sexual y racial.

Como el film contiene algún gag gracioso, se ve con más o menos agrado, aunque todo sea bastante previsible. Lo mejor es sin duda Emma Thompson, una actriz como la copa de un pino, que eleva la altura de un libreto que no pasa de correcto. Sabe a poco el pequeño papel de John Lithgow.